viernes, 13 de mayo de 2022

Evangelio diario: 13-05-2022

Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».




Comentario

Estamos en el contexto del adiós de Jesús a los suyos. Se impone dejar algunas cosas claras en esta hora final: una, obligado es creer en Jesús de Nazaret; y otra, es oportuno saber a dónde se dirige ahora.

¿Por qué creer en él? Porque, una vez más, nos dice que es el único camino que nos lleva hasta el Padre y es el absoluto necesario para nuestra salvación. Sabiendo a Jesús, es decir, conociéndolo y, sobre todo, siguiendo su camino, no sólo disponemos de la mejor orientación vital y creyente, sino que también disfrutamos de la vida en su más transparente verdad.

Porque Jesús el Señor es quien resume las mejores aspiraciones de nuestro corazón y los empeños más fraternos de nuestra esperanza. Dios, y su contexto amoroso, rehúye la mentira, es Dios de vivos y, con el empuje del Espíritu hace que nuestro recorrido vital, nuestra biografía, sea siempre nuevo, genere nuevos horizontes y recobre la altura de miras que nos acerca al Padre.

Instantes de despedida que suelen ser momentos para gustar las esencias de la verdad salvadora, el alcance del Evangelio y el compromiso vital de ser testigos de la verdad resucitada de Cristo. El texto evangélico es una forma de decir nuestra habitual ecuación salvadora: Cristo, el que nos orienta hacia Dios por el camino de la vida verdadera compartida y vaciada con el hermano. Nuestra verdad creyente, nuestra solidaridad efectiva. Pero no olvidemos que seguimos a una persona, Cristo y no a una doctrina.