martes, 21 de febrero de 2023

Evangelio diario: 21-02-2023

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.

Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.

Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».




Comentario

En el evangelio de hoy vemos dos actitudes muy contrarias, una es la de Jesucristo anunciando a sus discípulos el gran misterio Pascual, su muerte y resurrección, es decir, anunciando la gloria y la Vida Eterna. Por otro lado, están sus discípulos pensando en las cosas mundanas, en el éxito aquí en la tierra, sin hacer mucho caso a lo que Jesús les está comunicando; nos dice el evangelio “por miedo” no le preguntan, posiblemente por miedo al sufrimiento, ya que sólo escucharían la palabra muerte y no resurrección.

Esta actitud de los discípulos nos interpela, pues algunas veces somos como ellos, ya que nos quedamos en el Viernes Santo y no pensamos en el Domingo de Resurrección, y otras tantas veces también vivimos centrados en el éxito que nos da el mundo y nos olvidamos que estamos hechos para el Cielo, que este mundo se pasa y la gloria que recibimos aquí abajo no sirve de nada. Todo es vanidad.

La gran tentación a la que se enfrenta el ser humano es a la ambición y al deseo de poder, de querer ser el primero y más que nadie. Sin embargo, Jesucristo nos esté indicando otro camino muy distinto y es que para ser el primero hay que ser el último y el servidor de todos, es decir, Jesús nos invita a vivir con humildad, que es desde donde conectamos con Dios. La humildad nos hace estar más atentos a los demás que a nuestras propias necesidades.

A los sencillos y a los pequeños se les revela el verdadero sentido de la vida y la felicidad. Los últimos en este mundo son los primeros en el Reino de los Cielos.

lunes, 20 de febrero de 2023

Evangelio diario: 20-02-2023

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 14-29

En aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos.

Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. Él les preguntó:
«¡De qué discutís?».
Uno de la gente le contestó:
«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces».
Él, tomando la palabra, les dice:
«Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron.

El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.

Jesús preguntó al padre:
«Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».
Contestó él:
«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó:
«¿Si puedo?. Todo es posible al que tiene fe».
Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:
«Creo, pero ayuda mi falta de fe».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.

El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.

Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.

Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
«Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
Él les respondió:
«Esta especie solo puede salir con oración».




Comentario

El evangelio de hoy nos presenta a Jesús bajando del monte donde se ha trasfigurado delante de Pedro, de Juan y de Santiago, por lo que han intuido que Jesús además de ser hombre es el Hijo de Dios “Este es mi hijo amado. Escuchadlo”. Ahora Jesús se encuentra con un padre con un hijo atormentado por un espíritu que no le deja llevar una vida normal y que ha pedido a sus discípulos su curación. Algo que no han conseguido. 

Viendo a Jesús acude a él para que sane a su hijo. “Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos”. La respuesta de Jesús es clara: “Todo es posible al que tiene fe”. Y apoyado en la fe vacilante del padre, cura a su hijo”. Y a esta fe, en el poder divino de Jesús, acude para explicar a sus discípulos por qué no han podido curar al muchacho. Con solo el poder humano de los discípulos no es posible curar enfermos, realizar milagros… hay que apoyarse en la fe, en el poder divino y en el amor divino de Jesús.




domingo, 19 de febrero de 2023

Domingo VII del Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro del Levítico 19, 1-2. 17-18


El Señor habló así a Moisés:
«Di a la comunidad de los hijos de Israel:
“Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”».




Salmo 102

R/. El Señor es compasivo y misericordioso

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.

R/. El Señor es compasivo y misericordioso

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura.

R/. El Señor es compasivo y misericordioso

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.

R/. El Señor es compasivo y misericordioso

Como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por los que lo temen.

R/. El Señor es compasivo y misericordioso




Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3, 16-23

Hermanos:
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?

Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: y ese templo sois vosotros.

Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio.

Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia». Y también:
«El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos».
Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios.



Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 38-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».



Comentario

El Evangelio de este domingo, pertenece al discurso de Jesús al comienzo de su ministerio público en Galilea. Jesús quiere enseñar a sus discípulos como deben comportarse con los demás, comenzando por las Bienaventuranzas. Les plantea una nueva justicia, que supera a la antigua, para vivir radicalmente en el amor de Dios.

Frente a la ley del Talión en la que permite la venganza ante un agravio, Jesús les pide no responder de la misma manera. Al contrario la propuesta va a ser la de amar a los enemigos. Esta nueva forma de enseñar, deja a sus discípulos desconcertados, pues lo más lógico es vengarse de quien ultraja. Y no solo a ellos, también este programa de vida, sigue cuestionando nuestro modo de ser cristiano.

Ante las diversas formas de mal que hay en el mundo, la alternativa que nos enseña Jesús, es amarnos, sacar lo mejor de nosotros mismos. El ejemplo es el amor de Dios que se nos da, y que se pone de manifiesto con la encarnación de Jesús, como hijo de Dios.

Por ello no nos podemos conformar con el mal que hacen unos cuantos, quejándonos que el mundo anda fatal. Debemos ofrecer una alternativa que emana del Evangelio de Jesús, y es hacer de nuestra vida una entrega hacia el bien.

Si ante cualquier situación de maldad que contemplamos cada día, respondemos del mismo modo, no tendremos ningún mérito. Más bien estamos haciendo lo mismo, y por tanto reproducimos el mal una y otra vez, como pescadilla que se muerde la cola.

Presentar la otra mejilla es responder al mal con el bien, y así podremos romper cadenas de violencia, injusticias, enfrenta-mientos, etc, que sacan lo peor del ser humano. Buscar lo bueno es una nueva forma de ser persona que nos ofrece Dios, afrontando el mal con las armas del amor, de la verdad, del diálogo y del encuentro.

El amor a los enemigos es la centralidad del mensaje de Cristo, para vivirlo con radicalidad e integridad, sin estrategias de poder económico, político o mediático. Es un don de Dios, que lo experimentamos con su bondad, y su misericordia. Es un proceso que debemos recorrerlo con normalidad, sin hacer gala de ello, y sin grandes ruidos o estridencias. Hacerlo vida de cada día, con pequeñas cosas y detalles, que en definitiva es lo que va constituyendo nuestro itinerario de fe.

sábado, 18 de febrero de 2023

Evangelio diario: 18-02-2023

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-13

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.

Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
No sabía qué decir, pues estaban asustados.

Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.

Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.

Le preguntaron:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Les contestó él:
«Elías vendrá primero y lo renovará todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito acerca de él».




Comentario

Todo el Evangelio de Marcos está orientado hacia la Pasión y muerte de Jesús, de modo que las secciones anteriores son casi un gran prefacio de este momento culminante. No es, pues, de extrañar que este pasaje de la Transfiguración esté imbuido de esta orientación y que se sitúe entre los dos primeros anuncios de la Pasión.

Dicho lo cual hay que resaltar la actitud en que se representa a los discípulos en este pasaje,  estaban asustados y no sabían qué decir, estaban perplejos.

El encuentro del hombre con Dios no puede sino producir perplejidad. Dios, en efecto, parece trastocar toda expectativa posible –racional o irracional– del hombre acerca de Dios; esto es, toda idea preconcebida de Dios está destinada al fracaso más rotundo. Esto no sólo nos serviría para desechar la mencionada crítica moderna de que Dios es un invento del deseo del hombre, sino también para considerar todos nuestros intentos humanos de aproximación a Dios como meramente provisionales. Una expresión de esto es aquella atribución que se suele hacer a Tomás de Aquino, que al final de su gran labor teológica habría dicho aquello de que “todo lo que he escrito es paja”.

Sea o no correcta esta atribución, lo relevante al caso es la idea que encierra: en efecto, ante Dios, toda teología y filosofía no es más que una expresión de la búsqueda de la racionalidad humana que está siempre en camino y que ante la presencia trascendente de Dios se queda “sin saber qué decir”.

Pero, ¿podemos hablar de alguna expresión de la presencia trascendente de Dios? En efecto: la mística y la estética son las dos grandes vías para este encuentro de dos seres trascendentes: Dios y el hombre. Podemos encontrar un ejemplo arquetípico de la unión de mística y estética en la obra de Fra Angelico, cuya contemplación estática nos pone en contacto transfigurado con el Creador, dejándonos, en verdad, sin palabras.

viernes, 17 de febrero de 2023

Evangelio diario: 17-02-2023

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 34 – 9, 1

En aquel tiempo, llamando a la gente y a sus discípulos, Jesús les dijo:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles».
Y añadió:
«En verdad os digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios en toda su potencia».





Comentario

La primera condición del seguimiento es negarse a uno mismo o renegar de uno mismo. Cuando se sigue a Jesús la única gloria que importa es la suya, no la nuestra; el poder único sobre el que ajustarlo todo, el de Dios; no servirnos nosotros de Dios para ejercer el nuestro, sometiendo a los demás. Por supuesto que los discípulos siguen preocupados buscando su perfección y autorrealización, pero siempre según criterios evangélicos y con las “Bienaventuranzas” por delante, nunca según lo que este mundo entiende por perfección. A ejemplo de Jesús, nuestra obsesión, como seguidores, será el Padre, y nuestro quehacer, el suyo, la implantación del Reino de Dios, viviendo y enseñando con nuestra vida el estilo de Jesús.

En el mismo contexto de libertad que ha querido Imprimir Jesús al dar sus paradójicas consignas, la segunda invitación se refiere a la cruz. Pero no a la cruz de Jesús, sino a la de cada uno de sus voluntarios seguidores. No les dice que vayan a acabar todos crucificados, sino que, teniendo en cuenta quiénes acababan crucificados, les dice que, por seguirle, tendrán que llevar un estilo de vida similar al de esos marginados. Que no esperen otros títulos ni otras glorias, reservadas para otros seguimientos. Y que no soporten como esclavos lo que tienen que cargar espontánea y libremente como hijos.


El que quiera irse con él, tendrá que dejar familia, oficio, barca y hasta aparejos y redes. Ligeros de equipaje, para facilitar lo único importante, el seguimiento. 

Los discípulos conocieron dos etapas en el seguimiento de Jesús: desde que le conocieron y fueron llamados hasta su pasión y muerte; y desde la experiencia de resurrección, ayudada por la presencia inequívoca del Espíritu Santo. Nosotros pertenecemos, como continuadores, a esta segunda etapa, la definitiva. Solo queda que cuantos nos miren puedan, como en un espejo, ver en nuestra vida el estilo de vida de Jesús, los valores que vivió y proclamó y el Reino de Dios que implantó.

jueves, 16 de febrero de 2023

Evangelio diario: 16-02-2023

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8,27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos le contestaron:
«Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».
Tomando la palabra Pedro le dijo:
«Tú eres el Mesías».
Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.
Y empezó a instruirlos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».




Comentario

Jesús pregunta por su identidad porque quiere saber hasta dónde son conscientes sus discípulos de ella. No es un colega más, no es un amigo más, no es un profeta más.

La primera pregunta es qué piensa la gente de mí. Después de hablarles, de hacerles signos del cielo, ¿quién dice la gente que soy? No hay claridad en la respuesta. Son contestaciones vagas y confusas. Pero Jesús busca una mayor claridad y compromiso.

¿Quién decís vosotros que soy? Es una pregunta que espera claridad y compromiso. No basta una respuesta fácil. La confesión de Pedro no se hizo esperar: Tú eres el Mesías.

Esa es la Identidad que espera Jesús que confesaran los más íntimos de sus seguidores. Tenía que asegurarse de que no hubiera dudas en ellos. Por eso, tras la confesión, les comunica y les comparte lo que va a suceder. Les enseña cómo va a sufrir, a ser juzgado, a morir y a resucitar al tercer día. Pero ellos no van a comprender. Pedro le increpa en la intimidad, pero Jesús le contesta con un espaviento: ¡Apártate de mí Satanás! Alejando de él toda tentación.

A veces no queremos que suceda lo que tiene que pasar, y queremos atar a la gente para que no cumpla con su misión en la vida. Nos olvidamos que las decisiones de nuestros hijos y familiares, amigos y compañeros, irremediablemente tienen que seguir su curso, y nuestra actitud se vuelve resistente a la pérdida, contradictoria, conservadora. Sin comprender que detrás de cada decisión algo muere en nosotros. Con esa actitud, como la de Pedro, sólo impedimos la vida y la libertad no impedimos el destino o la gracia de Dios.

Muchas cosas se quedan hoy en el tintero. Como la pregunta de si hemos entendido bien lo de llenad la tierra o dominarla. Mientras Dios nos invita a la vida, a proteger la tierra y cuidarla, nosotros queremos impedir que la vida suceda, la destruimos, la volvemos un desierto. Oremos para que no seamos impedimento en la vida de nadie para que done su vida por los demás, y seamos responsables y agradecidos con lo que Dios Padre nos ha dado.

miércoles, 15 de febrero de 2023

Evangelio diario: 15-02-2023

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8,22-26

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida.

Y le trajeron a un ciego pidiéndole que lo tocase.

Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó:
«Ves algo?».
Levantando los ojos dijo:
«Veo hombres, me parecen árboles, pero andan».
Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía todo con claridad.

Jesús lo mandó a casa diciéndole que no entrase en la aldea.



Comentario

Jesús había llamado la atención acerca de la ceguera que envuelve a los discípulos y les ata las manos, y a renglón seguido devuelve la vista a un ciego cuyo nombre se omite. Y es en Betsaida, destino al que demoraron no poco su llegada, Jesús y los suyos, tras un caminar un tanto complicado.

Es un signo más de salvación que apoya la fuerza de la llamada a seguir al Maestro; éste no rehúye el contacto y diálogo personales, el detalle humanizador tan fecundo y frecuente en los hechos salvíficos de Jesús de Nazaret.

Ése es su poder, y tal es su autoridad: luz que no solo da vista al ciego, sino que también abre los ojos para ver al Dios humanado que lo borda siempre en la clave de la compasión y misericordia. Por eso la criatura que deja que entre el Maestro en su vida vive una transformación que es, entre otras cosas, viva locución del mensaje de Jesús.

Luz que lleva a una vida nueva, que hace posible que el mundo se perciba con mirada limpia y compasiva en la que el dolor de los hermanos es irrenunciable imperativo para ser y ejercer de prójimo. Proceso de la fe que se trenza con las incertidumbres de nuestras debilidades e impaciencias, y, cómo no, con la fuerza de la esperanza que alimenta la luz de la palabra viva del Señor.

martes, 14 de febrero de 2023

Evangelio diario: 14-02-2023

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 1-9

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.  
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino. 
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa.” Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. 
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. 
No andéis cambiando de casa. 
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, en ella y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».





Comentario

Lo de Jesús y su evangelio nunca fue fácil. Bien sabe Jesús que lo suyo es un auténtico tesoro, que contiene no oro y plata, sino algo más sabroso y necesario para cualquier hombre: amor, sentido, esperanza, alegría… Un tesoro que vino a ofrecer a toda la humanidad. Pero desde el inicio, vemos que unos, con gran gozo, le aceptan y le meten en sus vidas. Y, sin embargo, otros, también desde el principio, le rechazan. Algunos le rechazaron hasta llevarle a morir injustamente en una cruz.

Jesús, en un momento de su vida, como nos relata el pasaje evangélico de hoy, elige a setenta y dos para que vayan por los pueblos, le preparen el camino y difundan su buena noticia. Pero no les engaña. Les advierte que unos les recibirán y otros le rechazarán. Y se lo dice de manera bien expresiva: “Mirad que os mando como corderos en medio de lobos”.

Su tarea es difícil porque se trata de que siendo corderos conviertan a los lobos en corderos, que conviertan a la fraternidad y al amor universal a los que no se sienten hermanos y se creen con licencia para hacer daño a los demás, llegando hasta matar.

La historia del cristianismo es la historia de la alegría y del dolor. De la alegría de los cristianos predicadores al experimentar que muchos de sus oyentes colocan a Jesús en el centro de sus corazones, y de su dolor, al ver que muchos rechazan el sublime tesoro de Jesús y su evangelio.

Santoral: Cirilo y Metodio, copatronos de Europa




Las figuras de los santos Cirilo y Metodio son hoy bastante conocidas y familiares en Occidente. El nuevo clima ecuménico y las relaciones con el Este de Europa han contribuido a acercarlos a nuestra sensibilidad, y a nuestras vida tanto espiritual como litúrgica. Hoy, además, contamos con textos importantes que nos introducen en sus biografías y obras apostólicas. Especialmente, la cuarta carta encíclica de Su Santidad Juan Pablo II, Slavorum apostoli, que resume los relatos hagiográficos sobre ambos santos, tamizados por la investigación histórica.

Paralelismo de dos vidas:
de una vida humanamente brillante,
al silencio monástico

San Metodio nació hacia el año 817, en el seno de una noble familia bizantina. Su ciudad fue Salónica, en aquel momento, próxima a la frontera con los eslavos.

Después de unos primeros estudios, propios de un joven de su rango social, desempeñará el cargo de arconte en una región poblada por eslavos. Tal circunstancia le permitió entrar en contacto con la lengua y la cultura de ese pueblo, de los cuales se serviría más tarde en su obra de evangelización.

Pero como a muchos jóvenes de la refinada cultura grecobizantina, Metodio pronto se sintió atraído por una vida más alta. Bastante joven aún deja sus cargos políticos, se hace monje, y andando el tiempo, con 40 años, llegaría a ser superior en una comunidad del monte Olimpo, en Bitinia. Allí recibiría a su propio hermano.

Constantino, el futuro Cirilo, más joven que su hermano, tendrá una vida más breve y, quizás, más brillante. Nace hacia el año 827, y a los 14 años se queda huérfano. Se educa con el futuro emperador Miguel III, recibiendo desde la primera hora una formación esmerada, propia de la civilización de su época, la cual lo eleva al cargo de bibliotecario del patriarca de Constantinopla. Pero hacia los 28 años, después de una carrera humanamente triunfal, también él se sintió atraído por la vida monástica, ingresando en la misma comunidad que su hermano Metodio regía. La vida de ambos hermanos tiene, pues, un claro paralelismo, humano y espiritual.

Y de modo igualmente paralelo, ambos tendrán como destino providencial el renunciar a dicha vida de retiro y silencio para servir al Reino de Dios como apóstoles. Si, como decían los antiguos, el monje tiene una vida existencialmente apostólica, ambos monjes hermanos, al proyectar a otros el mensaje de la Buena Nueva, realizan plenamente su vida y vocación a imitación de los apóstoles del Señor.

De monjes a apóstoles

Su nueva vida empezará pronto, si contamos de acuerdo con los años pasados por Constantino -Cirilo- en la vida monástica. Apenas tres años después de su ingreso en la comunidad de Bitinia, la corte imperial envía en misión al país de los jázaros (Cáucaso Norte), al joven monje Constantino.

Era, en realidad, una misión diplomático-religiosa, en aquella cultura en la que lo religioso y lo político-económico estaban tan fuertemente trabados. Pues aquel pueblo de las estepas, establecido en la costa del mar Negro, parece que se había pasado mayoritariamente al judaísmo, contándose también en él algunos seguidores del Islam. Una conversión a la fe cristiana podría significar una relación fraterna desde el punto de vista religioso, y a la vez, una potencial alianza político-militar y económica.

Parece que Cirilo tuvo un éxito apreciable, hasta el punto de que el relato hagiográfico hablará de miles de conversiones. La historia actual, más crítica y prudente, rebaja este entusiasmo, aunque no se niega a reconocer que el paso de Cirilo por esa tierra no quedó inadvertido, y tuvo una importancia histórica. Cirilo debió sostener varios debates públicos con doctores judíos y musulmanes, y su dialéctica y fervor le hicieron vencedor, atrayendo a aquel pueblo hacia la fe cristiana.

Este viaje tuvo, además, el éxito añadido de encontrar los restos del papa San Clemente, desterrado al mar Negro durante la época de las persecuciones. Pero tales resultados abrirían las puertas para dirigirse a otra nación eslava; esta vez en el centro de Europa.

En un mundo eslavo en formación, un Estado floreciente, Moravia, recibía ya importantes influjos espirituales y culturales desde la vecina Germania o Francia orientalis. Influjos no siempre acertados. La Slavorum apostoli recoge el bello y expresivo texto por el que el príncipe Ratislao de Moravia pide ayuda a la corte bizantina: «Han llegado hasta nosotros numerosos maestros cristianos... Pero nosotros los eslavos..., no tenemos a nadie que nos guíe a la verdad y nos instruya de modo comprensible»

Esta queja del príncipe moravo refleja cómo los primeros misioneros cristianos, de origen germano, habían desorientado a su pueblo con la misa latina y con lecturas que nadie entendía.

La propia encíclica Slavorum apostoli habla de las comprensibles dificultades que la precedente e inicial cristianización de los eslavos plantearía a Cirilo y Metodio, los misioneros que llegarían de Bizancio. Y es que el cristianismo occidental, después de las migraciones de los pueblos nuevos, había amalgamado los grupos étnicos recién llegados con las poblaciones latinas existentes, extendiendo a todos, con la intención de unirlos, la lengua, la liturgia y la cultura latinas.

De la uniformidad así conseguida se originaba un sentimiento de fuerza y compactibilidad que contribuía tanto a su unión más estrecha como a su afirmación más enérgica en Europa. Pero a la vez, y precisamente por esta razón, en el mundo latino-germano, existía el prejuicio de que sólo se podía celebrar la liturgia en las tres lenguas en las que estaba redactada el letrero puesto por Pilato sobre la cruz de Jesús -hebreo, griego y latín-, esta última lengua era el factor de unidad religiosa propia del mundo occidental, y considerada un elemento religioso-cultural intocable.

En cambio, Bizancio había conservado el sentimiento de la continuidad con el mundo cristiano y romano de los primeros siglos de la Iglesia, y recordaba mejor la pluralidad litúrgica y cultural del primer cristianismo. En Oriente se sabía que la sagrada liturgia se celebraba en persa, copto, armenio, siríaco, además de hacerlo en griego. En una perspectiva semejante, ¿no era fácil aceptar también al eslavo como lengua en la que expresar la fe cristiana?

Inculturación en el siglo IX

A partir de aquí, empieza la misión que marcará su vida y, sobre todo, que les hará entrar en la historia.

Con el fin de llegar a aquellos pueblos jóvenes, se proponen traducir varios textos litúrgicos y párrafos bíblicos suficientemente significativos. Y para ello elaboran un alfabeto en el que expresar gráficamente el eslavo, tomando como base el conjunto de los caracteres alfabéticos griegos al que añadieron un cierto número de signos con los que representar los sonidos peculiares de la nueva lengua.

Este esfuerzo cultural tendría un resultado espiritual: el empleo del eslavo en la liturgia, en la predicación, en la producción escrita de tipo religioso harían accesible el mensaje cristiano y llevarían la fe al joven pueblo centroeuropeo.

Muerte de Cirilo. Metodio queda solo.

Se pensaba precisamente en Cirilo como el nuevo obispo de los eslavos. Pero la muerte lo arrebató prematuramente. En el año 869, llegado su último día, Constantino quiso revestirse del hábito monástico para presentarse ante Dios. Ese 14 de febrero establecería precisamente la fecha de la celebración de la fiesta de ambos hermanos.

Metodio se quedó solo. Su figura, más discreta, se agiganta por las dificultades que debe afrontar.

Metodio brilla a gran altura en su responsabilidad episcopal de conservar la unidad de fe y amor entre las Iglesias de las que era miembro, es decir, la Iglesia de Constantinopla y la Iglesia romana.

En unos momentos en los que la tensión entre Roma y Constantinopla es tan fuerte, es recibido por Focio, el patriarca de Constantinopla, y por el emperador bizantino, quienes le apoyan con decisión. Y en los cuatro o cinco últimos años se dedica a perfeccionar la obra de traducción ya realizada junto con su hermano.

Pasa entonces del griego al eslavo el conjunto de la Biblia, varios tratados de derecho canónico y algunas obras patrísticas. Metodio muere en el año 884 u 885.

La celebración de la fiesta

La santidad personal, y la obra misionera de ambos hermanos, fue ensalzada por León XIII en su encíclica "Grande munus" y por Juan XXIII en su carta "Magnifici eventus".

En 1880 León XIII extendió el culto de ambos santos a toda la Iglesia, fijando su fiesta el 5 de julio, trasladándola en 1897 al día 7 de julio. Entre los eslavos de rito bizantino, la fiesta se celebra el 11 de mayo.

Después del Concilio Vaticano II, como consecuencia de la reforma litúrgica, la fiesta se puso el 14 de febrero. Con la carta Egregiae virtutis del 31 de diciembre d 1980, Juan Pablo II proclamó a Cirilio y Metodio copatronos de toda Europa, junto con San Benito.



 Documental sobre Cirilo y Metodio,
copatronos de Europa




Cuando en el siglo XX la fe cristiana era perseguida en Europa del Este, San Juan Pablo II sorprendió al mundo declarando Patronos de Europa a dos santos procedentes de lo que era entonces el imperio soviético.

¿Quiénes son aquellos a los que 750 millones de europeos deberían venerar? Se llamaban Cirilo y Metodio. Entre otras cosas, introdujeron la idea revolucionaria de que Dios debía de ser alabado en todas las lenguas. Ambos encarnan las palabras de San Juan Pablo II: “Europa debe respirar con dos pulmones”.

Este es el primer documental que revela en detalle la increíble odisea de estos dos apóstoles de los vastos territorios que van desde Chequia hasta Rusia. Tras su muerte, el gran cisma dividió las iglesias de Oriente y Occidente, sin embargo ambas siguen unidas en la veneración de Cirilo y Metodio.

Santoral: San Valentín



San Valentín - Miniatura eslava (detalle)

Cada 14 de febrero, la tradición popular celebra el día de los enamorados y la referencia obligada es San Valentín, patrono de los enamorados

Sin embargo, esta celebración y referencia al santo, solo es una cuestión popular, puesto que el calendario de la Iglesia no dedica ningún día a este santo. En realidad, el patrón de los enamorados es una herencia de la literatura inglesa del siglo XIV que ha llegado hasta nuestros días.

¿Existió San Valentín y por que no hay un día oficial dedicado a él?

El día de los enamorados, como tantos otros días, no deja de ser una estrategia comercial que, como tantas otras cosas en un mundo globalizado, hemos heredado del mundo anglosajón.

Más allá de ese día de carácter comercial, si buscamos en el catálogo de los mártires y santos de la Iglesia católica, es decir el martirologio romano, encontramos a varios mártires con el nombre de Valentín. Este hecho, unido a la insuficiencia de datos que diesen luz sobre alguna verdad histórica, llevó al papa Pablo VI a retirarlo del calendario católico en 1969.

Reliquias de San Valentín en Escocia

Sin embargo, por toda Europa hay iglesias en su honor, algunas de ellas afirman tener sus reliquias, como la iglesia de San Antón en Madrid, Santa María de Cosmedín en Roma, Iglesia Carmelitana de Whitefriar Street en Dublin, Iglesia de San Pedro y San Pablo en Vyšehrad (Praga), la parroquia de Gorbals en Glasgow o la Catedral de San Esteban en Viena.

Fue venerado desde el inicio como el santo al que se encomendaban los epilépticos, pero lo que hoy conocemos, su relación con el amor romántico, tiene origen en la Edad Media, en la literatura inglesa y desde ahí pasó a la tradición popular. La tradición eclesiástica, allá por el siglo V, le asignó el 14 de Febrero pues en esa fecha la iglesia registra el martirio de al menos uno de los tres mártires de ese mismo nombre.

La Iglesia conoce al menos a tres mártires con ese nombre, mártires en absoluto vinculados con el amor, sino con su adhesión incondicional a la fe en Cristo.

San Valentín oficiando una boda
Iglesia de Terni
 El primero fue Valentín de Roma (280), un mártir cristiano que fue condenado a la decapitación tras curar de la ceguera a la hija de un alto funcionario. Algunas versiones del relato señalan que, además, habría ejercido como sacerdote y casado a soldados en la época del emperador Claudio II. Matrimonios que contravenían las normas militares, porque los soldados tenían regulado de forma muy estricta este aspecto de su vida con el objeto de que concentraran todos sus esfuerzos en el campo de batalla. Sus restos, reposan desde el siglo IX en la Iglesia de Santa Práxedes en Roma.

En el mismo período histórico se encuentra la figura del obispo Valentinus de Terni, que con una historia similar, fue capaz de salvar de una enfermedad mortal al hijo de un famoso orador. Sus poderes hicieron que toda la familia del enfermo se convirtiera al cristianismo, y por todo ello fue perseguido por las autoridades imperiales y decapitado un 14 de febrero. Sus seguidores llevaron el cuerpo hasta la actual ciudad de Terni, donde fue enterrado.

Nada se sabe acerca del cual es el verdadero San Valentín, como hemos dicho antes se consideró que se debía eliminar del calendario romano al no haber datos suficientes y se pensó que era una duplicación del culto a San Valentín de Roma, que se había extendido a lo largo de la historia.

Finalmente, el martirologio romano también recoge un obispo conocido como Valentín de Recia en la actual Alemania. Se trata de un obispo itinerante que se dedicó a evangelizar las poblaciones alpinas. Murió el año 475, y casi trescientos años más tarde fue enterrado en Passau, Baviera. Por eso su culto se limita al área germánica. En cualquier caso, asociado a la curación de un niño epiléptico, por eso se le representa con un niño a sus pies.

La epilepsia era un enfermedad que en esta época se asociaba a una posesión demoníaca y por tanto la fe, y la práctica religiosa era un recurso obligado. San Valentín no fue el único, pero si al que más frecuentemente se recurría.

Fue el poeta inglés Geoffrey Chaucer (1343-1400) el primero en asociar San Valentín con el amor, en su obra El Parlamento de las aves. En ella narra cómo, por la fechas de San Valentín, “cada ave busca su pareja”. Chaucer tuvo una gran influencia en su época, pero también más allá, en los tiempos de William Shakespeare . Y es a partir de este momento que desde los círculos aristócratas hasta la cultura folklórica anglosajona, San Valentín pasa a ser el santo de los enamorados.

La reliquias de San Valentín en Madrid

Reliquias de San Valentín
Iglesia de San Antón - Madrid

Parece se que a finales del Siglo XVIII, el Papa regaló las reliquias del santo al monarca Carlos IV, quien a su vez, las donó a los Escolapios de Madrid. De este modo, los huesos (una calavera, dos fémures y varios huesos más) terminaron en la Calle Hortaleza, en el centro de Madrid. Las reliquias estuvieron ocultas a los fieles hasta el año 1984 y desde entonces se pueden observar en el interior de una urna de vidrio.

lunes, 13 de febrero de 2023

Cáritas con Turquía y Siria







































































Evangelio diario: 13-02-2023

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 11-13

En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.

Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
«¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.



Comentario

Jesús no acaba de entender que los descreídos fariseos le pidan “un signo del cielo”. “¿Por qué esta generación reclama un signo?”. Jesús ya ha hecho más que suficiente, con sus palabras y gestos especiales, como la curación de enfermos, para que sus oyentes crean en él y le acepten a él y a su mensaje.

La actitud de los oyentes de Jesús en su tiempo y en todos los tiempos, también en el nuestro, es doble: unos, haga lo que haga, le van a rechazar… no le van a dejar entrar en sus corazones, de alguna manera podemos decir que le van a matar… y otros le van, le vamos a aceptar con los brazos abiertos, nombrándole el Señor y Dueño de nuestra vida.

No valen los signos prodigiosos para creer en Jesús. Jesús no tiene más que dos vías para conquistarnos: sus palabras de vida y su desbordante amor hacia nosotros. Y a estas dos vías podemos añadir otra: Quien camina desde la amistad con Jesús por la senda que nos traza se encontrará en su corazón con la alegría, la felicidad, la vida abundante que tanto anhelamos.

domingo, 12 de febrero de 2023

Domingo VI del Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 15, 15-20

Si quieres, guardarás los mandamientos y permanece-rás fiel a su voluntad. Él te ha puesto delante fuego y agua, extiende tu mano a lo que quieras.

Ante los hombres está la vida y la muerte, y a cada uno se le dará lo que prefiera.

Porque grande es la sabiduría del Señor, fuerte es su poder y lo ve todo.

Sus ojos miran a los que le temen, y conoce todas las obras del hombre.

A nadie obligó a ser impío, y a nadie dio permiso para pecar.




Salmo 118

R/. Dichoso el que camina en la ley del Señor

Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.

R/. Dichoso el que camina en la ley del Señor

Tú promulgas tus mandatos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus decretos.

R/. Dichoso el que camina en la ley del Señor

Haz bien a tu siervo:
viviré y cumpliré tus palabras;
ábreme los ojos,
y contemplaré las maravillas de tu ley.

R/. Dichoso el que camina en la ley del Señor

Muéstrame, Señor, el camino de tus decretos,
y lo seguiré puntualmente;
enséñame a cumplir tu ley
y a guardarla de todo corazón.

R/. Dichoso el que camina en la ley del Señor




Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2, 6-10

Hermanos:
Hablamos de sabiduría entre los perfectos; pero una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, condenados a perecer, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.

Sino que, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman».

Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.





Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 17-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. 
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. 
El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. 
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. 
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. 
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego. 
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo. Habéis oído que se dijo:
“No cometerás adulterio”.
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. 
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”. 
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”. 
Se dijo: “El que se repudie a su mujer, que le dé acta de repudio.” Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegítima- la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio. 
También habéis oído que se dijo a los antiguos:
“No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».




Comentario

El pueblo judío había aceptado la ley de Moisés, con los mandamientos como norma suprema, pero parecería, que Jesús, que sienta cátedra de sabiduría desde los montes y las praderas, desde el templo y desde la barca, y hostigando por igual a los escribas, fariseos y demás letrados, tiene otras miras distintas buscando la voluntad del Padre.

No aceptaba ciertas prácticas religiosas que se quedaban en el cumplimiento, al pie de la letra, de la ley, de tal manera que podría pensarse que tenía una actitud crítica ante el Antiguo Testamento. Pero hoy, una vez más, Jesús se lo deja claro: “No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud…”

Ahí tenemos la clave que Jesús quiere manifestar a todos los que le escuchan, empezando por sus discípulos… La plenitud de la ley está en el amor… a Dios que es nuestro Padre y al hermano que son todos…

Hoy el evangelio nos propone varios ejemplos: la ley no solo prohíbe matar al hermano, sino que se debe evitar todo gesto, acto interior y conducta que indique animosidad contra el prójimo, cualquier forma de animosidad…

El precepto de adulterar, y no solo por la acción externa sino por las actitudes, deseos y acciones personales dentro de las relaciones del matrimonio… de tal manera que quiere restituir al matrimonio, con su nueva ley de la gracia, al estado de la indisolubilidad…

Y, por eso, va añadiendo una sentencia que nos manifiesta esa plenitud que pide Jesús: “pero yo os digo…” Y ahí es donde nos deja la referencia que cada uno debemos vivir como seguidores que quieren ser fieles discípulos en su camino.

Quiere que seamos sinceros y veraces con nuestros semejantes y que no invoquemos innecesariamente el nombre de Dios para justificar nuestras posturas y acciones… de tal manera que si actuásemos siempre con sinceridad bastaría nuestra palabra para tener siempre crédito.

La clave de este evangelio es la referencia a la reconciliación con el hermano. Es Jesús quien nos lo recuerda: “Si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja la ofrenda y vete primero a reconciliarte con tu hermano”.

A Dios no le agradan ni oraciones ni sacrificios de quienes no se perdonan de corazón o tienen algo contra el hermano. Quien no perdona de corazón al hermano, tampoco puede esperar ser perdonado por Dios.

El Evangelio de hoy “no es práctico”, como lo sería un código de obligaciones y prohibiciones que nos dispensase de vivir y de pensar. Pero es vital: el don de Dios pide una respuesta tan total como la generosidad de donde ha brotado, de Jesús: “pero yo os digo…”

Sólo después de repensar todo lo que nos dice el evangelio de hoy, hay dos cosas que nos extrañan igualmente en Jesús: lo infinito de su exigencia y lo infinito de su indulgencia. Él no desespera de nadie, pero tampoco le da a nadie la ocasión de enorgullecerse. No se extraña de las faltas ni de las debilidades, pero aguarda siempre un arrepentimiento y un amor que sean a la medida de la prodigalidad divina.

La Palabra de Dios es exigente para todos los que queremos seguirle, y así, el amor a Dios no es sincero si no nos lleva a amar a nuestro prójimo. Por ello hoy esa Palabra nos invita a vivir la actitud humilde de quien está dispuesto a hacer de su vida un camino sencillo de fidelidad al amor de Cristo y a los hermanos, expresado en una obediencia por amor a la Ley de Dios.