domingo, 28 de febrero de 2021

Segundo Domingo de Cuaresma

Domingo II de Cuaresma (28 de febrero)




En este domingo se nos anticipa el misterio de Cristo resucitado y glorificado a la derecha del Padre.

Así ocurrió en el misterio de la transfiguración que nos presenta el Evangelio: “Por la cruz, a la luz”. Dios entregó a su Hijo a la muerte por nosotros; pero la pasión es el camino de la resurrección.

Así hemos de vivir el misterio de la cruz siempre, y de modo especial en estos días de Cuaresma, llenos de esperanza en que un día también resucitaremos. Al participar en la eucaristía del cuerpo glorioso de Cristo, nos hacemos partícipes ya de los bienes eternos del cielo.

sábado, 27 de febrero de 2021

Domingo II de Cuaresma

Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 22, 1-2. 9-13. 15-18

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán.
Le dijo:
«¡Abrahán!».
Él respondió:
«Aquí estoy».
Dios dijo:
«Toma a tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de Moria y ofrécemelo allí en holocausto en uno de los montes que yo te indicaré».
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña. Entonces Abrahán alargó la mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
«¡Abrahán, Abrahán!».
Él contestó:
«Aquí estoy».
El ángel le ordenó:
«No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único hijo».
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.

El ángel del Señor llamó a Abrahán por segunda vez desde el cielo y le dijo:
«Juro por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. 
Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado mi voz».



Salmo 115

R. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!».
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.

R. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.

R. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

R. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.




Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 31b-34

Hermanos:
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, que murió, más todavía, resucitó y está a la derecha de Dios y que además intercede por nosotros?





Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-10

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.

Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
No sabía qué decir, pues estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.

Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.





Comentario

Es fácil pensar que la vida es bella y que eso implica la ausencia de dificultades. La vida implica felicidad y esfuerzo. No podemos potenciar solamente una de las dos dimensiones.

El relato de la Transfiguración, que hoy nos regala la liturgia cuaresmal, nos ayuda a comprender que el camino de la cruz también será el camino de la resurrección. Será la experiencia de salir de lo falso hacia lo verdadero. Dios actúa en nuestra historia abriendo el cielo sobre lo cotidiano de la vida. Es un momento luminoso en este viaje de la fe que hay que saber descubrir y disfrutar. Por eso necesitamos una nueva forma de mirar la realidad.

Para ayudar a tener esta mirada Jesús emprende con los discípulos el camino al monte. Es necesario subir, dejar lo llano, lo seguro, lo conocido e ir hacia arriba. Toda subida implica esfuerzo, pero al mismo tiempo nos posibilita tener una mejor visibilidad y ser más libres.

La experiencia que comparten los discípulos les descubre algo oculto e inaccesible. Es un momento de intimidad. La luz de Dios los envuelve. Esa misma luz les abrirá los ojos para reconocer a Jesús resucitado.

En la Transfiguración aparecen junto a Jesús, Moisés y Elías. La experiencia de la Transfiguración es tiempo de dialogo y escucha, de calidad en las relaciones. Jesús es el Hijo amado, en quien llegan a su cumplimiento las esperanzas expresadas en la alianza y la ley. Es contemplación de la identidad profunda de Jesús.

Necesitamos momentos como este: Jesús es la verdadera Luz que trasforma e ilumina la vida. Luz que ilumine la oscuridad que a veces parece envolver la realidad cotidiana.

Cuaresma puede ser entonces un tiempo oportuno de hacer juntos un camino nuevo que nos ayude a ser más libres para amar, servir y entregar la vida como Jesús lo hizo, para destruir el egoísmo y la indiferencia. Como nos recordaba el Papa Francisco: “La vida subsiste donde hay vinculo, comunión, fraternidad; y es una vida más fuerte que la muerte cuando se construye sobre relaciones verdaderas y lazos de fidelidad.” (Fratelli tutti 87).

Evangelio diario: 27-02-2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 43-48

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”. 
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. 
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».





Comentario

Las catequesis que nos han llegado de Jesús gracias al evangelista Mateo son grandilocuentes. La presente trata sobre la lógica de Dios a la hora de ser personas justas. “El pueblo que el Señor se escogió como heredad” había ido ajustando tanto la Justicia de Dios a la letra humana que la primera estaba desvirtuada. Es por eso que Jesús les dice “habéis oído que se dijo (…) Yo, en cambio, os digo”.

Jesús, en este discurso que comenzó con las bienaventuranzas, equipara justicia, perfección y dicha; atributos de Dios Padre y de todos nosotros, sus hijos, si vivimos divinamente. Sin embargo, el programa de perfección planteado es harto difícil de llevar a cabo: ¡Amar a mi enemigo! ¡Eso sólo es posible para Dios que es capaz de hacer salir el sol para malos y buenos y mandar la lluvia a justos e injustos!

Si nos ceñimos a ese argumento, estamos agarrándonos a una falacia y nos hacemos daño a nosotros mismos. Dios es amor y si acogemos a Dios, estamos acogiendo al Amor. Ese Amor se encarnó y habita entre nosotros: Cristo. Él tuvo que aprender a amar a sus enemigos y lo aprendió perdonando, hasta el punto de pedir el perdón para ellos desde la cruz. Entonces, ¿cómo nos está pidiendo Dios que amemos a nuestros enemigos? ¿Cómo hacer lo extraordinario? Dios nos pide que los pongamos en sus manos; pues si al menos somos capaces de orar a Dios poniéndolos en su presencia, ya estamos (aprendiendo a amar) amándolos según la justicia divina, única senda verdadera para ser merecedores hijos de nuestro Padre celestial y ser perfectos como Él lo es.

viernes, 26 de febrero de 2021

Evangelio diario: 26-02-2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil” tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehena” del fuego. 
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. 
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».





Comentario

Jesús juega también con las antítesis: “Habéis oído que se dijo a vuestros padres… Pero yo os digo…” Habla con autoridad. Los demás son el cedazo, que Dios pone ante nosotros para clarificar nuestro actuar. 

No se puede decir más alto y claro sobre la forma en que hay que vivir el seguimiento de Jesús cuando se trata de actuar con el hermano. Ninguna componenda hay en Jesús, quien desarrolla desde distintos ángulos el primero y el segundo de sus mandatos en los que se resume toda la Ley y los Profetas. La actuación con los demás es la verificación del amor, de la caridad, del servicio, de la entrega. Los demás son el tamiz de nuestra fe y espiritualidad. Ante los demás se acaban las grandilocuencias y palabrerías teológicas, sociales, políticas o cualquier soflama que quiera cambiar el mundo, nuestro mundo personal. Obras son amores y no buenas razones, decimos.

Sta. Teresa de Jesús, experta en desgastarse por amor decía que “amor saca amor; porque no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho; y así lo que más os despertare a amar, eso haced”. 

Los argentinos, que entran (y son muchos) a estos comentarios a la Palabra, conocen bien aquello de J.L.Borges: “por el amor, que nos deja ver a los otros como los ve la divinidad”. Y lo dice él, que era ciego, pero con luz propia. No hace falta ser un psicólogo profundo para atisbar cómo los ve la divinidad; con leer este y otros evangelios donde la fraternidad se pone de manifiesto como exigencia del Reino, es más que suficiente.

Nosotros, que no somos ciegos, poseemos la Luz interior del Espíritu que nos clarifica tantas cosas y situaciones.

jueves, 25 de febrero de 2021

Evangelio diario: 25-02-2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 7-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. 
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden! 
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas».




Comentario

Jesús nos pide a sus seguidores que conjuguemos estos tres verbos: “pedid, buscad y llamad”. Somos fuertes y débiles a la vez. La tentación de desviarnos del camino que Jesús nos indica está siempre ahí. Por eso, hemos de pedirle que no nos deje caer en la tentación de darle la espalda y hacer lo contrario de lo que él nos indica.

También tenemos que ser buscadores. Buscadores continuos de Dios, de su voluntad, lo que nos lleva a buscar y encontrar cómo quiere Dios que nos relacionemos con los demás, con el mundo, con nosotros mismos, con Él, porque ahí hallaremos la felicidad que todos deseamos. Vosotros, ante todo, “buscad el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”.

En esta misma línea, tenemos que llamar. Acercarnos a la puerta de Jesús, que siempre la tiene entreabierta, y él nos la abrirá de par en par y nos invitará a cenar con él, ofreciendo el alimento de su amor, de su perdón, de su pan, de su vino. Tenemos que vivir uniendo estos tres verbos: “pedid, buscad y llamad”.

miércoles, 24 de febrero de 2021

Evangelio diario: 24-02-2021

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. 
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. 
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».




Comentario

Hay en la reacción de los jefes una fuerte cerrazón. Prefieren argüir con sinrazones, a dar el paso de aceptar la presencia de Dios en Jesús.

Por eso les reconviene Jesús. Habrán de responder de esa actitud que nada tiene que ver con la reacción de la Reina del Sur que supo ver en Salomón la sabiduría de Dios. O la de los habitantes de Nínive que se convirtieron ante la predicación de Jonás.

Hoy, quizá más que en otros momentos, hay personas religiosamente inquietas, pero no dan el paso de la aceptación de Jesús como Dios. Quieren encontrar argumentos definitivos que destruyan sus dudas e incertidumbres para dar el paso de esa aceptación. La desconfianza escéptica que nos rodea busca razones obviando la realidad de los hechos de Jesús... de Dios no se puede huir, si le afirmas, lo amas; si quieres suprimirlo, lo reconoces. Se diga lo que se diga, no se hace sino hablar de Dios.

Como creyentes seguidores de Jesús nos toca descubrirlo en el día a día y acogerlo con sencillez y naturalidad. Él nos acompaña, dejémonos influir por ese amor que Él ofrece a todos. Solo creyendo y aceptando su amor puede llegar a nuestra vida la conversión, el cambio de mentalidad, de la que todos estamos tan necesitados.

Vivamos el día con ilusión tratando de responder a su llamada. Cuando aceptamos su palabra y nos dejamos guiar y transformar por ella, la conversión se va haciendo realidad en nuestra vida. Se trata ir dando pasos en esa dirección.

martes, 23 de febrero de 2021

Evangelio diario: 23-02-2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».




Comentario

Tal vez este pasaje del Evangelio de San Mateo sea uno de los más bellos y más trascendentes para nuestra vida cotidiana. El mismo Cristo nos enseña a hablar con el Padre y sus mismas palabras las repetimos una y otra vez después de 21 siglos.

Jesús nos aconseja que huyamos de las palabras grandilocuentes, del exceso de verborrea cuando nos dirijamos a Dios y nos enseña una oración que tiene la sencillez del niño que le pide a su padre lo que necesita, que le demuestra su cariño y le solicita su apoyo en los temas realmente importantes: le alaba porque le ama (Santificado sea tu Nombre), le respeta (Hágase tu voluntad) le pide sustento (Danos el pan), le pide perdón de sus faltas (Perdona nuestras ofensas), pide su protección paternal (No nos dejes caer) y finalmente implora su ayuda para los casos desesperados (Líbranos del mal) ¿Existe oración más íntima y completa?

Al final Cristo insiste a los Apóstoles en la necesidad de perdonar a los demás si queremos que el Padre nos perdone, digamos que sutilmente nos habla de una misericordia "de ida y vuelta", no podemos presentarnos ante Dios si nuestro corazón guarda rencores, si no hemos sido capaces de perdonar al hermano que nos ha hecho daño ¿con que fuerza podemos pedir perdón al Padre? Recordar la parábola del fariseo que reza en el templo en primera fila contando sus grandezas y buenas obras mientras al fondo, en un rincón, un hombre sencillo no se atreve ni a levantar la cabeza y no deja de pedir perdón: Esa debe ser nuestra actitud, la humildad ante Dios, el dolor por nuestras faltas y el perdón que debemos dar a quienes nos ofenden, recordemos que Cristo imploró perdón desde la Cruz para sus verdugos.

Acabamos de comenzar la Cuaresma, tiempo fuerte de oración y conversión. Recemos todos los días un "Padre Nuestro con sentido evangélico", desde el fondo de nuestro corazón, como el niño que se refugia entre los brazos de su padre y practiquemos la misericordia, el perdón, con nuestros semejantes. Debemos buscar un momento de recogimiento, de intimidad con nuestro Padre del cielo para abrirle nuestro corazón en la seguridad y confianza de que seremos escuchados.

lunes, 22 de febrero de 2021

Cátedra De San Pedro


Cada 22 de febrero, la Iglesia celebra la Fiesta de la Cátedra de San Pedro, una ocasión importante que se remonta al siglo IV y que rinde homenaje al primado y autoridad del Apóstol Pedro, el primer Papa de la Iglesia.

Esta celebración recuerda además la potestad conferida por Cristo al Apóstol cuando le dice, según relatan los Evangelios: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella".

La palabra "cátedra" significa asiento o trono y es la raíz de la palabra catedral, la iglesia donde un obispo tiene el trono desde el que predica. Sinónimo de cátedra es también "sede" (asiento o sitial): la "sede" es el lugar desde donde un obispo gobierna su diócesis. Por ejemplo, la Santa Sede es la sede del Obispo de Roma, el Papa.

La cátedra o sede que actualmente se conserva en la Basílica de San Pedro en Roma fue donada por Carlos el Calvo al Papa Juan VIII en el siglo IX, con motivo de su viaje a Roma para su coronación como emperador romano de occidente. Este trono se conserva como una reliquia, en una magnífica composición barroca, obra de Gian Lorenzo Bernini construida entre 1656 y 1665.

La obra de Bernini está enmarcada por pilastras. En el centro se sitúa el trono de bronce dorado, en cuyo interior se encuentra la silla de madera y que se decora con un relieve representando la “traditio clavum” o "entrega de llaves".

El trono se apoya sobre cuatro grandes estatuas, también en bronce, que representan a cuatro doctores de la Iglesia, en primer plano San Agustín y San Ambrosio, para la Iglesia latina, y San Atanasio y San Juan Crisóstomo, para la Iglesia oriental.

Por encima del trono aparece un sol de alabastro decorado con estuco dorado rodeado de ángeles que enmarca una vidriera en la que está representada una paloma de 162 cm de envergadura, símbolo del Espíritu Santo. Es la única vidriera coloreada de toda la Basílica de San Pedro.

Todos los años en esta fecha, el altar monumental que acoge la Cátedra de San Pedro permanece iluminado todo el día con docenas de velas y se celebran numerosas misas desde la mañana hasta el atardecer, concluyendo con la Misa del Capítulo de San Pedro.

Evangelio diario: 22-02-2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo»
Jesús le respondió:
«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 
Ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. 
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».




Comentario

En la fiesta de la cátedra de San Pedro, celebramos la fe en Cristo, el Hijo de Dios; La fe, que fundamenta nuestra vida, sostenida por la cadena de testigos que nos han precedido, y que nos une como familia, como Iglesia; la que surge a partir de una llamada personal del Señor a seguirle.

Recordamos en este día a aquellos primeros seguidores a los que Jesús llamó, acercándose a sus vidas en medio de sus tareas cotidianas, como hoy continúa acercándose a las nuestras.

Entre esos seguidores de la primera hora recordamos hoy a Simón, hermano de Andrés. Simón, este pescador rudo, impulsivo, contradictorio, en el que nos podemos sentir identificados muchos de nosotros. Dispuesto a todo por Cristo y que en el momento que las cosas se pusieron difíciles le traicionó y le abandonó; pero que fue capaz, al encontrarse con su mirada amorosa, de dejarse perdonar y lavar por Él, de aprender a colocarse detrás de Él y a permitir que Otro marcara el rumbo de su vida.

En ese camino lento de maduración en la fe, desde la conciencia humilde de su debilidad pudo decir desde lo hondo del corazón al Señor “Tú lo sabes todo, tú sabes que te amo”y recibir de Él un nuevo nombre “Ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”

La imagen de la roca, de la “piedra” nos evoca aquello que es firme, estable y por lo tanto sobre lo que podemos apoyarnos porque es sólido y resistente. La imagen de “la piedra angular” de un edificio, añade a la idea de solidez, otra diferente: la de ser “base o fundamento de algo”.

Utilizando ambas imágenes hemos comparado la Iglesia como un edificio construido a partir de la piedra angular que es Cristo. Él es quien lo sostiene, a partir de quien se forma toda la estructura, quien lo da unidad, solidez.

En esta fiesta de hoy, agradezcamos la fe recibida y sintámonos Iglesia, unidos a tantos hombres y mujeres que han vivido y siguen viviendo la aventura de la fe.

Apoya nuestra labor de ayuda a las familias más afectadas

Situación actual de la crisis


Nos encontramos desde el 13 de marzo en un estado de alarma decretado por el Gobierno de la Nación tras el impacto de la pandemia del Covid-19. Por este motivo se han paralizado los motores económicos del país, que, según todas las previsiones habidas hasta el momento, tanto por los organismos internacionales desde el propio Fondo Monetario Internacional a la Unión Europea como por los más diversos expertos nacionales, es más que previsible una recesión económica que produzca situaciones de necesidad más profundas incluso que aquellas originadas por la crisis de 2008.

Por ello el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan del Río Martín, Arzobispo Castrense de España, encomienda a Cáritas Castrense, el organismo oficial del Arzobispado Castrense de España, constituida para promover, coordinar y orientar la acción caritativa y social, la creación de un fondo de emergencia con el fin de paliar las necesidades que se produzcan en el entorno del Arzobispado Castrense de España.

“Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número. Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto. Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan”

 (Gn, 41, 53ss)





Necesitamos tu apoyo urgente


Con el referente de la figura de José en Egipto, se creará un “granero” (Cf. Génesis 41, 56) que, a modo de fondo de emergencia, constituido por los donativos de personas físicas o jurídicas, permita paliar con inmediatez las necesidades más básicas generadas por la crisis del Covid-19.



Se pondrá especial atención en cubrir necesidades como:
• Alimentación 
• Medicina 
• Vivienda y suministros servicios (agua; luz; gas etc.)
• Académicos/escolarización
• Cualquier otra actividad que tienda a cubrir necesidades básicas.

Ayudar y alentar a las CPC, extendidas por el territorio nacional y al resto de capellanes que no tienen CPC en sus unidades, bases o acuartelamientos en la consecución de los mismos fines anteriormente mencionados.



Gracias por apoyarnos en esta campaña en pro de los más desfavorecidos

domingo, 21 de febrero de 2021

Primer Domingo de Cuaresma

Domingo I de Cuaresma (21 de febrero)




Por el bautismo fuimos salvados como Noé y los suyos en el arca, leemos en la primera y segunda lecturas. En este tiempo hemos de reavivar esa gracia bautismal.

El Evangelio nos presenta a Jesús en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás, viviendo entre alimañas y servido por los ángeles.

Así inauguró la práctica de nuestra penitencia cuaresmal y nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado, rechazando las tentaciones del enemigo.

Comenzamos con él el camino hacia la Pascua. Y pedimos al Padre «que nos haga sentir hambre de Cristo, pan vivo y verdadero, y que nos enseñe a vivir constantemente de toda palabra que sale de su boca», rezamos en la oración de la comunión.

sábado, 20 de febrero de 2021

Domingo I de Cuaresma

Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 9, 8-15


Dios dijo a Noé y a sus hijos:
«Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros: el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».
Y Dios añadió:
«Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi alianza con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir a los vivientes».



Salmo 24

R/. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

R/. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.

R/. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.

R/. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.





Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 3,18-22


Queridos hermanos:

Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conduciros a Dios.

Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu; en el espíritu fue a predicar incluso a los espíritus en prisión, a los desobedientes en otro tiempo, cuando la paciencia de Dios aguardaba, en los días de Noé, a que se construyera el arca, para que unos pocos, es decir, ocho personas, se salvaran por medio del agua.

Aquello era también un símbolo del bautismo que actualmente os está salvando, que no es purificación de una mancha física, sino petición a Dios de una buena conciencia, por la resurrección de Jesucristo, el cual fue al cielo, está sentado a la derecha de Dios y tiene a su disposición ángeles, potestades y poderes.





Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 12-15


En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían. Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».





Comentario

Las tentaciones de Jesús manifiestan su triunfo sobre el Maligno, la irrupción del nuevo mundo de Dios preconizado en la alianza sellada con Noé y evocada más tarde por los profetas como ideal mesiánico de una vuelta a la convivencia paradisíaca. Él, el “más fuerte”, acusado de connivencia con el diablo, planta batalla al fuerte y lo vence. Por la sangre de la cruz reconciliará “todos los seres de la tierra y del cielo” restableciendo la comunión del hombre con todo el universo creado.

Tentaciones que conforman en el evangelio de Marcos una unidad con la escena previa del bautismo, en la que Jesús, proclamado por Dios como su “Hijo amado”, siente sobre si su apoyo incondicional a la hora de afrontar sus pruebas. De ahí que hoy escuchemos en la carta del apóstol la referencia al bautismo de Jesús. Un bautismo que fue prefigurado en el arca de Noé y que a su vez remite al misterio de la Vigilia Pascual como momento culminante de un proceso cuaresmal en el que cada cristiano renovará su profesión de fe.

Bautismo que anticipa el triunfo final de la Pascua y que reclama un nuevo estilo de vida cristiana acorde con la nueva alianza en la libertad de los hijos de Dios: “convertíos y creed en la Buena Nueva”.

En una palabra, el relato programático de las tentaciones de Jesús oferta al bautizado, anclado en el amor de Dios, la propuesta de un nuevo horizonte de vida; le invita y motiva a discernir y degustar la agridulce experiencia de la esperanza cristiana. Es desde esta perspectiva de fondo como abraza el camino cuaresmal sembrado de pruebas que acrisolan su fe y que cimentan el destino definitivo del soñado reencuentro con el paraíso perdido.

Evangelio diario: 20-02-2021

Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 27-32

En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y sus escribas diciendo a los discípulos de Jesús:
«¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?»
Jesús les respondió:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».




Comentario

En el comentario del evangelio de san Lucas que hoy meditamos, descubrimos varios signos que nos hablan de conversión.

“Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos”. Los publicanos cobraban al pueblo los impuestos determinados por los invasores romanos, por lo que se les consideraba “colaboracionistas”. Además, se ocupaban de cobrar los impuestos al pasar las mercaderías de un pueblo a otro, lo que los hacía impuros, con el agravante de que fijaban los cobros según les interesaba. Eran calificados de pecadores.

En los evangelios de Lucas y Marcos, al narrar el mismo episodio, el publicano, recibe el nombre de Leví; en el de Mateo, este escribe su propio nombre. Porque el publicano, al escuchar al Maestro, “dejándolo todo, se levantó y lo siguió”. Ante la mirada de Jesús, mirada adorable, vivificadora, mirada amorosa y transformadora, Leví se convirtió en seguidor de Dios, en el apóstol Mateo.

La Caridad es una virtud teologal que Dios infunde en nuestra voluntad para que lo amemos sobre todas las cosas y a nosotros y al prójimo por amor suyo. La caridad nos transforma la vida, dándonos la prontitud, el ánimo, la generosidad, las fuerzas para realizar la voluntad divina. El amor de caridad nos convierte en los apóstoles que nuestros ambientes y el mundo necesitan.

Otro signo de conversión es la escena en la casa del antiguo publicano. En efecto, Leví, lleno de alegría, ofreció un banquete en honor de Jesús, banquete del que participaban sus amigos, publicanos y pecadores como él. Y con esa participación en la fiesta, Jesús y sus discípulos, escandalizaron nuevamente a los fariseos. “¿Cómo es que coméis con publicanos y pecadores?”.

Qué maravillosa respuesta les da el Señor. ¡Viene a llamarnos a nosotros, a los pecadores para que nos convirtamos, viene a llamarnos a nosotros, los enfermos, para curarnos! ¡Qué infinita es su misericordia! Su Amor es incansable. Una y otra vez, nos mira y nos llama: “Sígueme”.

Contemplando esa mirada y escuchando su llamada…¿cómo le responderemos hoy, en esta Cuaresma que recién se inicia?

viernes, 19 de febrero de 2021

Evangelio diario: 19-02-2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 14-15

En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».




Comentario

Jesús sabe responder con inteligencia y rapidez a las preguntas insidiosas de los fariseos y de los discípulos de Juan, que aún vivían con mentalidad veterotestamentaria. Les costó cambiar, muchos no lo hicieron. ¿Qué necesidad hay de tales ayunos y tristezas y quebrantos mientas Él, Jesús, el novio, el amigo, está con ellos en el festín de la vida? Ya habrá tiempo para tomar conciencia de la necesidad de ayuno y oración cuando Él no esté físicamente con ellos. Ya llegará el momento de la persecución y de las estrecheces y cárceles por causa de su nombre; pero de momento… disfrute de la amistad.

En tiempos de Jesús el ayuno y privación estaban centrados en la comida, escasa en general. Había que privarse de pequeñas cosas o caprichos comestibles para educar la voluntad y ofrecer su esfuerzo al Señor como símbolo de agrado, pero a sabiendas de que el ayudo que pedía el Señor -Jesús lo recuerda a menudo- es lo que ya desde el profeta Isaías se les venía diciendo: Todo aquello que supusiera una relación más sincera, justa, pacífica y cordial con los demás. El ayuno exterior podría degenerar en el mero aparentar y figureo farisaico.

¿Cuáles serían en la actualidad nuestros “ayunos” necesarios…? Ayunar de tanto móvil y whatsaapp; ayunar de tantas horas de televisión; ayunar de tantas dependencias tecnológicas; ayunar de esas obsesiones por el correo electrónico, por la avidez de noticas repetitivas fraudulentas; ayunar de tantos encuentros baladíes; ayunar de pequeños caprichos como si nos fuera la vida en ello; ayunar de gastos superfluos y de la adquisición de cosas innecesarias…

No ayunar de generosidad con los demás, no ayunar de ratos dedicados a la oración o lectura meditativa, no ayunar de visitar a alguien que vive en soledad; no ayunar de compartir bienes y limosnas en silencio que ayuden a otros; no ayunar de una cara más alegre y unas actitudes más esperanzadas y optimistas; no ayunar de buscar momentos de silencio y paz que redundará en beneficio de los más cercanos; no ayunar en los deseos de búsqueda y encuentro con Dios; no ayunar del pan de la Eucaristía…

Algunas cuestiones sobre la cuaresma




¿Qué es la cuaresma?

Es el tiempo litúrgico que marca la Iglesia para prepararnos para la fiesta de la Pascua. Es un tiempo para la renovación de las promesas bautismales en Pascua de Resurrección mediante la oración, la limosna y el ayuno. Es un tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión.


¿Cuándo empieza y cuándo acaba la cuaresma?

La cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo.


¿Qué se evoca en la Cuaresma?

Los tiempos que en la Sagrada Escritura muestran una preparación intensa para la misión. 

Los evangelios hablan de un tiempo de soledad de Jesús en el desierto inmediatamente después de su bautismo por Juan, en el comienzo de su vida pública: «Impulsado por el Espíritu» al desierto, Jesús permanece allí sin comer durante cuarenta días; vive entre los animales y los ángeles le servían (cf. Mc1, 12-13).

También fueron cuarenta los años que el Pueblo de Israel estuvo por el desierto hacía la Tierra Prometida.


¿Desde cuándo se celebra la cuaresma?

Desde la Iglesia primitiva, los catecúmenos se preparaban durante un tiempo de conversión para recibir el bautismo en la celebración de la Vigilia Pascual. Muy pronto, las comunidades cristianas se unieron a los catecúmenos y hacían un camino similar de conversión y preparación para la Pascua, en recuerdo de su bautismo.

Desde el siglo IV se manifiesta la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia.


¿A qué nos invita la cuaresma?

La Cuaresma invita a una renovación espiritual. Es un tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de memoria del Bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos.

Esa renovación se hace visible en la oración, como camino para volvernos a Dios. En la limosna, de tiempo y de dinero, como camino para volvernos al prójimo. Y en el ayuno para liberarnos de nosotros mismos y podernos entregar a Dios y al prójimo.


¿Qué significa días de penitencia?

Son los días que se han fijado para que los fieles se dediquen de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia.

 
¿Cuáles son los días y tiempos penitenciales?

En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma.


¿Cuáles son los días de ayuno y abstinencia?

Todos los viernes son días de abstinencia, a no ser que coincidan con una solemnidad. En esos días, el fiel cristiano, mayor de catorce años, debe abstenerse de comer carne.

Los días de ayuno son el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo y lo han de vivir las personas mayores de edad y hasta que hayan cumplido 59 años. Estos dos días son también de abstinencia.

 
¿Qué determina la Conferencia Episcopal Española?

Los viernes de cuaresma debe guardarse la abstinencia de carnes, sin que pueda ser sustituida por ninguna otra práctica. El deber de la abstinencia de carnes dejará de obligar en los viernes que coincidan con una solemnidad y también si se ha obtenido la legítima dispensa.

En cuanto al ayuno, establece que ha de guardarse el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Consiste en no hacer sino una sola comida al día; pero no se prohíbe tomar algo de alimento a la mañana y a la noche, guardando las legítimas costumbres respecto a la cantidad y calidad de los alimentos.





¿Qué significa la imposición de la ceniza?

El gesto de cubrirse con ceniza es un símbolo penitencial antiguo, vinculado al sacrificio. En la Iglesia primitiva, quienes se acercaban a recibir la penitencia para la celebración del triduo sacro, vestían un hábito penitencial y se ponían ceniza en la cabeza como expresión de su voluntad de convertirse.

Tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. La Iglesia lo conserva como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal.

Es un gesto que expresa el deseo de la conversión y la voluntad de una renovación pascual.


¿Cuándo se bendice e impone la ceniza?

En la celebración de la eucaristía, después de la proclamación del Evangelio y la homilía, se bendice e impone la ceniza. La ceniza se ha preparado a partir de palmas y ramos de olivo bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior.

jueves, 18 de febrero de 2021

Evangelio diario: 18-02-2021

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 22-25

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».





Comentario

Iniciando la cuaresma, los textos litúrgicos nos presentan a Jesús anunciando su trayectoria: “El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día”.

Y así fue en verdad. Jesús traía un mensaje para toda la humanidad, el mensaje del amor, de la entrega, el mensaje de ser hijos del mismo Dios. Pero este mensaje no fue aceptado por las autoridades religiosas de su tiempo. Le pidieron que se callase, pero Jesús no se calló. Siguió predicando su mensaje de amor hasta el final. Y fue ejecutado. Pero su final no fue la muerte en la cruz, sino que su Padre le resucitó al tercer día. Su vida de amor venció a la muerte. 

Jesús nos pide: “El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con la cruz de cada día y se venga conmigo”. Hay que aclarar que la cruz con la que nos pide que carguemos es su misma cruz, es decir, la cruz del amor, la cruz del “amaos unos a otros como yo os he amado”. El que vive como Jesús, el que pierda y entregue su vida por su causa, la salvará, se encontrará con la resurrección a una vida de total felicidad.

miércoles, 17 de febrero de 2021

Iniciamos la cuaresma con la imposición de ceniza



Poco después del inicio de las actividades propias de cada unidad, se procedió a la imposición de ceniza, signo identificativo del inicio de la Cuaresma.

Recogemos unas imágenes tomadas durante la liturgia de la palabra celebrada en el Tercio Duque De Alba 2.º de la Legión, con vistas a un hermoso paraje que invita a la reflexión y al encuentro con el Dios de la vida, que siempre nos aguarda en los caminos de la vida para darnos su gracia y retomar sus sendas.

Feliz Cuaresma




Evangelio diario: 17-02-2021 Miércoles de Ceniza

Primera lectura
Lectura de la profecía de Joel 2, 12-18


Ahora —oráculo del Señor—,
convertíos a mí de todo corazón,
con ayunos, llantos y lamentos;
rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos,
y convertíos al Señor vuestro Dios,
un Dios compasivo y misericordioso,
lento a la cólera y rico en amor,
que se arrepiente del castigo.
¡Quién sabe si cambiará y se arrepentirá
dejando tras de sí la bendición,
ofrenda y libación
para el Señor, vuestro Dios!
Tocad la trompeta en Sion,
proclamad un ayuno santo,
convocad a la asamblea,
reunid a la gente,
santificad a la comunidad,
llamad a los ancianos;
congregad a los muchachos
y a los niños de pecho;
salga el esposo de la alcoba
y la esposa del tálamo.
Entre el atrio y el altar
lloren los sacerdotes,
servidores del Señor,
y digan:
«Ten compasión de tu pueblo, Señor;
no entregues tu heredad al oprobio
ni a las burlas de los pueblos».
¿Por qué van a decir las gentes:
«Dónde está su Dios»?
Entonces se encendió
el celo de Dios por su tierra
y perdonó a su pueblo.



Salmo 50

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia.

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado

Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

R/. Misericordia, Señor, hemos pecado





Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 20 – 6, 2


Hermanos:

Actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.

Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.

Y como cooperadores suyos, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice:
«En el tiempo favorable te escuché,
en el día de la salvación te ayudé».
Pues mirad: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación.




Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. 
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. 
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. 
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. 
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga. 
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».





Comentario

Feria mayor se llama a este día en el ámbito de la clasificación litúrgica de los días. El pueblo lo considera un día especial. En concreto da relieve al gesto de la imposición de la ceniza. A él se acercan incluso fieles que no frecuentan la misa dominical. Cabe el peligro de que más que un símbolo de penitencia, de conversión, se le dé un carácter mágico, al olvidar su esencia de signo, y no ir a lo que significa el gesto.

Las dos primeras lecturas contienen el sentido del día: penitencia, perdón, conversión, gracia, salvación. El texto evangélico exige que las acciones penitenciales tengan sentido, sean sinceras.

En la primera lectura del profeta Joel encontramos el fin de la cuaresma: convertirse de corazón al Señor Dios. Es invitación que escucha el fiel cuando le imponen la ceniza, “conviértete y cree en el Evangelio”. El Evangelio señala el camino de conversión hacia Dios que pide Joel. No hay conversión sin perdón. Sin perdón sentido tras ver nuestro pecado. Y perdón esperado de un Dios dispuesto al perdón. Así lo expresa Joel.

La lectura segunda de Pablo, se centra en algo que no se puede olvidar: lo importante es estar reconciliados con Dios. Dios ha tomado la iniciativa al hacerse, atrevidamente dice Pablo, pecado. Por eso lo que mueve la actitud penitencial, de conversión es la gracia, la actitud de aproximación de un Dios, que ha tomado la iniciativa de acercarse. Es Dios quien mueve al que de su parte no pone obstáculos. Así, el tiempo de cuaresma que se inicia, es tiempo de conversión, porque ante todo es tiempo de gracia, de don, de regalo de Dios. “Ahora es tiempo de gracia; ahora es tiempo de salvación”.

En el texto evangélico Jesús exige autenticidad, no manipular lo más sagrado de la religión judía, el ayuno, la limosna y la oración. Con el miércoles de ceniza se termina la fiesta civil del carnaval. Propio del carnaval es el disfraz. Con el disfraz se pretende disimular lo que se es, y simular lo que no se es. Es un engaño. Pues bien, lo que Jesús dice en este texto evangélico con el que empezamos la cuaresma, es que lo que somos, lo que hacemos, en concreto los actos más nobles, no sean un disfraz, que ocultan los motivos por los que se realizan, sino que respondan a lo que son: que sean fruto de la actitud interior que los define. Que la oración pretenda verse ante Dios y escuchar su palabra; el ayuno, prescindir de algo, incorporar sobriedad en la vida, para centrarse en lo esencial; y la limosna que brote del amor hacia el menesteroso. Que no se utilicen para querer aparentar como moralmente superiores, y así ser reconocidos por los demás. No es admisible servirse de lo que es bueno para recibir el aplauso, para creerse superiores. Es grave manipulación, distorsión de lo que pide nuestra religión para fines espurios.