miércoles, 30 de noviembre de 2022

Evangelio diario: 30-11-2022

Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, paseando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.

Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.


Comentario

Todos los cristianos, de cualquier tiempo, podemos confesar que lo central de nuestra vida es el encuentro con Jesús, que puede tener circunstancias personales distintas, pero en lo sustancial es igual para todos. “En la fe cristiana todo comienza con un encuentro”. A todos nos pasó lo que a Andrés. Un día Cristo Jesús salió a nuestro encuentro y nos pidió que le siguiésemos. Y desde el primer instante, o un poco más allá, cada uno dirá, le dijimos que estábamos dispuestos a seguirle donde quiera que fuese.

El Papa Francisco confiesa abiertamente: “La fe, para mí, nació del encuentro con Jesús. Un encuentro personal, que tocó mi corazón y dio una nueva dirección y un nuevo sentido a mi existencia”. En su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, insiste: “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso”.

San Andrés y cualquiera de nosotros nos vemos reflejados en las expresiones de San Pablo de la primera lectura. Con nuestros labios profesamos que Jesús es el Señor, el Señor de nuestra vida, y nuestro corazón cree que Dios le resucitó y también nos va a resucitar a todos sus seguidores. Bien sabemos que Jesús no nos va a defraudar. No tiene nuestros fallos humanos y cumple siempre su palabra, cumple siempre sus promesas para esta vida y para la otra y en la amistad con él encontramos nuestra salvación.

Como Jesús nos ha convencido de que su mensaje no solo es buena noticia, sino la mejor noticia para vivir la vida humana, nos sale de dentro proclamar con nuestra vida y, en la medida de nuestras fuerzas, con nuestras palabras su evangelio. Eso fue lo que hizo San Andrés: gastarse y desgastarse para alegrar la vida de los hombres anunciado a Jesús y su evangelio. “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”.

Santoral: San Andrés Apóstol



Nació en Betsaida y tuvo el honor y el privilegio de haber sido el primer discípulo que tuvo Jesús, junto con San Juan el evangelista. Los dos eran discípulos de Juan Bautista, y este al ver pasar a Jesús (cuando volvía el desierto después de su ayuno y sus tentaciones) exclamó: "He ahí el cordero de Dios". Andrés se emocionó al oír semejante elogio y se fue detrás de Jesús, Jesús se volvió y les dijo: "¿Qué buscáis?". Ellos le dijeron: "Señor: ¿dónde vives?". Jesús les respondió: "Venid y veréis". Y se fueron y pasaron con Él aquella tarde.

Esa llamada cambió su vida para siempre. San Andrés se fue luego donde su hermano Simón y le dijo: "Hemos encontrado al Salvador del mundo" y lo llevó a donde Jesús quien encontró en el gran San Pedro, a un entrañable amigo y al fundador de su Iglesia. El día del milagro de la multiplicación de los panes, fue San Andrés el que llevó a Jesús el muchacho que tenía los cinco panes. El santo presenció la mayoría de los milagros que hizo Jesús y escuchó, uno por uno, sus maravillosos sermones, viviendo junto a él por tres años.

En el día de Pentecostés, San Andrés recibió junto con la Virgen María y los demás Apóstoles, al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, y en adelante se dedicó a predicar el evangelio con gran valentía y obrando milagros y prodigios.

La tradición coloca su martirio el 30 de noviembre del año 63, bajo el imperio de Nerón.

martes, 29 de noviembre de 2022

Evangelio diario: 29-11-2022

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 21-24

En aquella hora Jesús se llenó de la alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. 
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».




Comentario

El misterio del reino mesiánico, anunciado por los profetas, se revela sobre todo a los pequeños, más que a los sabios y entendidos. Es lo que constata Jesús, que se llena por ello de alegría en el Espíritu Santo, es decir, el Espíritu Santo, que reposa sobre él, llena de alegría su corazón, porque ése es el querer del Padre, y la voluntad del Padre es su alimento y su gozo por encima de cualquier otra cosa.

Jesús es el Hijo (ese es el título que aparece sobre todo en el evangelio de Juan). Y el Hijo lo ha recibido todo del Padre: hay entre ellos como una continuidad que indica su íntima comunión. Pero lo ha recibido para darlo a conocer, para revelarlo con su palabra y con sus hechos. Y lo reciben precisamente los sencillos, aquellos que prestan oído atento a sus palabras y se dejan convencer por sus hechos.

Con la misma alegría del Espíritu Jesús proclama a renglón seguido dichosos a sus discípulos: “¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis!”. Sus discípulos están también entre los sencillos a los que el Padre revela los secretos de su reino. Los antiguos profetas lo anunciaron, pero no lo vieron. Los discípulos sí, porque se abrieron al mensaje de Jesús y se hicieron sus amigos: “A vosotros os llamo amigos –les dijo-, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”.

lunes, 28 de noviembre de 2022

Evangelio diario: 28-11-2022

Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 5-11

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».




Comentario 

Cristo Jesús, llegó hasta nosotros para que depositáramos en él nuestra confianza, al asegurarnos que además de ser hombre era el Hijo de Dios. “Creed en Dios y creed también mí”. Nos dio motivos más que sobrados para que pusiéramos en él, nuestro amor y nuestra confianza y, rendidos, le hemos dicho: “Te seguiré donde quiera que vayas”. Sabiendo que siempre nos llevará por los caminos que nos harán disfrutar de “vida y vida en abundancia”.

La buena fama de Jesús, de estar siempre a favor de todo hombre, curando las heridas del cuerpo y del alma, se extendió por los lugares que recorrió. Incluso esta buena fama llegó a los que no eran sus seguidores, como es el caso del centurión romano del que nos habla el evangelio de hoy. Apoyándose en la fama de Jesús, y desde su amor por uno de sus criados “que está en cama paralítico y sufre mucho”, le pide que le cure. Y cuando Jesús está dispuesto a ir a su casa para curarlo, el centurión confiando en el poder de Jesús le dice: “Señor, ¿quién soy yo para que entres bajo mi techo? Basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano”. Jesús quedó admirado de la enorme fe del centurión y curó a su criado.

Nosotros sabemos que Jesús, que sigue con el poder de curar nuestras enfermedades corporales, está más dispuesto a curar nuestras enfermedades del alma, ofreciéndonos siempre su luz y su amor, para que logremos llevar una vida con sentido y esperanza. Ya sabemos lo que tenemos que hacer: acudir constantemente a él.

Apoya nuestra labor de ayuda a las familias más afectadas

Situación actual de la crisis

Han pasado más de dos años desde que, en marzo de 2020, el Gobierno de la Nación declarase el estado de alarma para combatir el impacto de la pandemia del Covid-19. 

En aquellos momentos las previsiones emitidas tanto por organismos internacionales, el propio Fondo Monetario Internacional o la Unión europea, como por los propios expertos nacionales indicaban que se podrían producir situaciones de necesidad incluso más profundas que aquellas que originó la crisis de 2008.

Ante esa situación, el Presidente de Cáritas Castrense y Arzobispo Castrense don Juan del Rio, fallecido a consecuencia del Covid-19 (q.e.p.d.), encomendó a Cáritas Castrense la misión de crear un fondo de emergencia con el fin de paliar las necesidades que se produjeran.

Cáritas Castrense, organismo oficial del Arzobispado Castrense de España constituido para promover la acción caritativa y social, inició todas las acciones necesarias para llevar a cabo la iniciativa lo antes posible, pudiendo así comenzar con las primeras ayudas en el mes de junio del 2020. 

En los momentos actuales a los efectos derivados de la “no concluida” crisis sanitaria se han sumado los de la crisis económica y social que se predecían .

Por todo ello las necesidades que llevaron a la creación del “Granero de José” no han finalizado y ahora son indispensables para muchas personas.

Damos las GRACIAS a todas las personas, organismos e instituciones que desde entonces están colaborando con esta campaña.


“Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número. Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto. Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan”

 (Gn, 41, 53ss)







Queridos hermanos y amigos.

Durante los últimos meses hemos visto como nuestras vidas se transformaban para enfrentarnos al COVID-19 y sus trágicas consecuencias, no solo sanitarias, sino también sociales y económicas, cambiando nuestras costumbres cotidianas.

Todos conocemos el caso de un ser querido y cercano que ha sucumbido ante las perniciosas consecuencias de la pandemia, pérdidas irreparables que nos han atormentado y creado un gran dolor al que enfrentamos nuestra oración y el saber que a todos nos llegará la resurrección ante nuestro Señor.

Las familias han sufrido la desgarradora muerte de algún ser querido, amigo o conocido. Pero el drama también se ha plasmado en el día a día cuando los puestos de trabajo han desaparecido o han sufrido una merma notable de los ingresos provocando un gran quebranto en los hogares.

Para enfrentar esas necesidades nació “El Granero de José” que gestiona Cáritas Castrense con el objetivo de paliar las penurias de los más necesitados en aspectos como la vivienda, la sanidad, la educación y los suministros del hogar. Esenciales para mantener el nivel de vida de las familias y su dignidad, elemento esencial para que una persona de sienta en plenitud.

Desde el inicio “El Granero de José” fue diseñado para que no existieran trabas burocráticas y que su gestión fuese prácticamente automática desde la petición de ayuda que la inician los capellanes castrenses.

Desde está página os animo a todos a llenar este “Granero de José” para poder repartir entre quien lo necesita y ejercer con generosidad la caridad hacia el prójimo.

Muchas gracias por vuestra colaboración, Dios os lo pague.

Carlos Jesús Montes Herreros
Ordinario Castrense de España



Necesitamos tu apoyo urgente


Con el referente de la figura de José en Egipto, se creará un “granero” (Cf. Génesis 41, 56) que, a modo de fondo de emergencia, constituido por los donativos de personas físicas o jurídicas, permita paliar con inmediatez las necesidades más básicas generadas por la crisis del Covid-19.



Se pondrá especial atención en cubrir necesidades como:
• Alimentación 
• Medicina 
• Vivienda y suministros servicios (agua; luz; gas etc.)
• Académicos/escolarización
• Cualquier otra actividad que tienda a cubrir necesidades básicas.

Ayudar y alentar a las CPC, extendidas por el territorio nacional y al resto de capellanes que no tienen CPC en sus unidades, bases o acuartelamientos en la consecución de los mismos fines anteriormente mencionados.



Gracias por apoyarnos en esta campaña en pro de los más

domingo, 27 de noviembre de 2022

Domingo I de Adviento

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 2, 1-5:


Visión de Isaías, hijo de Amós,
acerca de Judá y de Jerusalén.

En los días futuros estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cumbre de las montañas,
más elevado que las colinas.

Hacia él confluirán todas las naciones,
caminarán pueblos numerosos y dirán:
«Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob.
Él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la ley,
la palabra del Señor de Jerusalén».
Juzgará entre las naciones,
será árbitro de pueblos numerosos.

De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.

No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.

Casa de Jacob, venid;
caminemos a la luz del Señor.




Salmo 121

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios».

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor,
nuestro Dios, te deseo todo bien.

R/. Vamos alegres a la casa del Señor




Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 13, 11-14a


Hermanos:
Comportaos reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz.

Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo.





Lectura del santo Evangelio según san Mateo 24, 37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. 
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán. 
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. 
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. 
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».





Comentario

Ante la llamada a espabilarnos podríamos pensar que solo se trata de poner nosotros algo más de empeño, de atención, de buena voluntad en nuestra vida cristiana. Está bien ponerlo, es necesario, pero no es ni suficiente ni lo más importante. No se trata de lo que nosotros debemos hacer sino de lo que Dios hace en nosotros. La iniciativa la tiene él. El amor es suyo. Nuestra intervención es siempre segunda, en respuesta a la suya. Él es además el origen de nuestra respuesta, quien nos conoce y ama, quien comienza la relación viniendo a nuestro encuentro.

Cuando en Adviento repetimos la invocación: ¡Ven, Señor!, –como en el padrenuestro pedimos ¡venga a nosotros tu Reino!–, en realidad, no pedimos tanto que venga el Señor –ya está en nosotros– como que cada uno de nosotros comprenda y viva la presencia y la acción amorosa del Dios que viene a nosotros. Y que de ahí surja la respuesta de corresponder a su amor, a su venida constante.

San Pablo nos invita: «Dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz». Quiere decir: Rechacemos toda manipulación de la verdad, toda dominación de unas personas sobre otras, todo lo que nos defrauda, nos decepciona y atenta contra la esperanza; y asumamos claramente las causas de la paz, de las relaciones justas, de la dignidad de todas las personas, de la verdad que nos hace libres, de los valores del Reino de Dios que ya vamos gustando y que fortalecen nuestra espera esperanzada de un Dios que viene a nosotros y desborda todas nuestras expectativas.

Al iniciar un nuevo Adviento descubramos a Dios como Padre, origen y causa de todo bien, y pidamos crecer en esperanza y en el amor que reaviva nuestra ilusión de vivir.



La Corona de Adviento




La corona de adviento hunde sus raíces en las costumbres paganas del norte de Europa, entre los siglos IV y VI. Durante el frío y la oscuridad de diciembre, se trenzaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera.

En el siglo XVI se comenzó a utilizar este símbolo en Alemania durante el Adviento: Jesús es la Luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas, que ser van encendiendo progresivamente, domingo tras domingo, anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.

El benedictino y experto en liturgia Juan Javier Flores Arcas, del monasterio de Silos, anima a cada familia cristiana a elaborar su propia corona en Adviento y ponerla en un lugar visible de la casa, tratando de incluir en ella los cuatro elementos básicos: las ramas verdes trenzadas en formas circular, las cuatro velas (tres moradas y una de ellas rosada), una cinta roja que rodea todo el conjunto, y algún adorno de colores, como frutas secas, bolas navideñas o piñas. «De ese modo la celebración litúrgica entra en las costumbres caseras y empapa de sentido cristiano y esperanza mesiánica toda la vida del cristiano».

El Bendicional de la Conferencia Episcopal, propone una oración de bendición de la corona que puede hacer no sólo un clérigo sino también un laico, según la fórmula aprobada.




Oremos

La tierra, Señor, se alegra en estos días,
y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas
de la ignorancia, del dolor y del pecado.

Lleno de esperanza en su venida,
tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque
y la ha adornado con luces.

Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo
de preparación para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor,
que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines
con el esplendor de aquel que,
por ser la luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

sábado, 26 de noviembre de 2022

Adviento: Comienza un nuevo año litúrgico



El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo 27 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.

El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado. Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la Iglesia.

El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.

Se puede hablar de dos partes del Adviento:

Primera Parte

Desde el primer domingo al día 18 de diciembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de los tiempos;

Segunda Parte

Desde el 18 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada "Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en las historia, la Navidad.

Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesias ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.

Evangelio diario: 26-11-2022

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. 
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».




Comentario

Una vez más Jesús nos dice que debemos estar vigilantes, pendientes de lo que ha de venir, preparados. Sus palabras hoy están más de actualidad que nunca: nos avisa del peligro que corre nuestra alma si nos dejamos llevar por el mundo, por las inquietudes de la vida sin pensar en nuestra salvación, por los placeres fáciles que se nos ofrecen cada día. Serán múltiples las ocasiones en las que nos avise de la importancia de cuidarnos de los influjos externos, de todo aquello que estorba nuestra vida espiritual, de la importancia de la oración, de estar alerta. Y en este pasaje lo hace una vez más.

Es muy importante que cuidemos de nuestra alma, por eso hay que insistir tanto en la conveniencia de acercarnos al Evangelio cada día. Leer las Escrituras y frecuentar los Sacramentos es la mejor manera de "mantenernos en pie ante el Hijo del Hombre".

No sabemos la fecha en que deberemos dar cuenta de nuestra vida, por lo tanto tenemos que estar preparados para cuando llegue, igual que las doncellas prudentes aguardaban con la luz encendida la llegada de sus esposos. Así nosotros podremos mirar a Dios cara a cara sin temor y gozaremos eternamente de su presencia. Cristo nos salvó, nos redimió del pecado, pero nosotros debemos hacer nuestra parte, cumpliendo con los Mandamientos y siendo fieles a su Palabra. La recompensa es grande: gozar eternamente de la presencia de Dios. 

viernes, 25 de noviembre de 2022

Evangelio diario 25-11-2022

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 29-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola:
«Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano. 
Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. 
En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».





Comentario

En su venida hasta nosotros, el tema principal de la predicación de Jesús fue el reino de Dios. Jesús se esforzó en convencernos de que nos apuntásemos al reino de Dios predicado por él. Que ya en esta vida dejásemos a Dios ser el Rey y Señor de nuestro existir.

Dejar que Dios se adueñase de nuestro corazón, que guiase y rigiese todas nuestras acciones. Pero bien sabemos que ese reinado en nuestro caminar terreno no lo vivimos en plenitud. A veces, vamos detrás de otros dioses, no somos fieles a la palabra dada… 

Todo parece indicar que el evangelio de hoy hace alusión al final terreno del reino de Dios predicado por Jesús y al comienzo de ese reino en plenitud, al final de los tiempos. Llegará un momento en que la vida terrena desaparecerá y todos los resucitados viviremos en plenitud el reinado de Dios.

Solo Dios, que es Amor y nadie más que Dios será nuestro Rey. Nos espera el reinado del Amor. El mal y todos sus hijos serán derrotados para siempre. Es lo que nos ha prometido Jesús. “El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán”. 

jueves, 24 de noviembre de 2022

Evangelio diario: 24-11-2022

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,20-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción. 
Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito. 
¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! 
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo. 
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles. 
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. 
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. 
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».





Comentario

En esta época nuestra, donde cada día al leer la prensa, al oír la radio, al ver los telediarios… la inmensa mayoría de las noticias que nos brindan son malas noticias, de corrupciones, de enfrentamientos políticos, de millones de seres humanos que pasan hambre diariamente, de guerras, de emigrantes obligados a salir de su país con el futuro incierto de encontrar un país de acogida, de millones que sufren el paro y el descarte… escuchar las lecturas de hoy tiene que reconfortar nuestros oídos y nuestro corazón.

Ciertamente al hablar del final de los tiempos su lenguaje es apocalíptico y tremendista. Pero el contenido de sus palabras es capaz de llenar de esperanza fundada el corazón de toda persona. Pues proclama la destrucción de Babilonia, la gran ciudad, la gran prostituta, la que se ha alejado y lucha contra Dios… El mal, símbolo de esa ciudad, y el que nos hace sufrir tanto en sus diversas manifestaciones va a ser aniquilado para siempre. El Hijo del hombre, que también es Hijo de Dios, vendrá “con gran poder y gloria” y vencerá al mal, a todo lo que hace mal y daño al hombre. “Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación”.

La vida humana no se agota en esta tierra. Tiene un segundo tiempo donde todo lo que nos hace sufrir va a desaparecer. Se acabarán las guerras donde los seres humanos se matan entre sí, ya no habrá relaciones humanas en las familias, en las comunidades, en los lugares de trabajo, que sean un infierno, entre las naciones reinará la paz, ya no habrá ni cáncer, ni sida, ni metralletas, ni engaños, ni terrorismos, ni holocaustos, ni corrupciones, ni injusticias… todo eso pertenece al primer mundo, ese mundo que las lecturas de hoy anuncian su completa desaparición. Nos espera un segundo tiempo, un segundo mundo, donde Dios y solo Dios, que es Amor va a reinar. “Venid, benditos de mi Padre a disfrutar del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”.

miércoles, 23 de noviembre de 2022

Evangelio diario: 23-11-2022

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. 
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. 
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».




Comentario

Duro, muy duro, es el panorama que indica Jesús a sus discípulos: persecuciones, cárceles, traiciones de padres, parientes, hermanos, matanzas, odios… 

Aunque a algunos seguidores de Jesús les ha tocado sufrir de esta manera, no a todos sus seguidores a lo largo de la historia les ha tocado, nos ha tocado, padecer estas desdichas. Pero sí es verdad que a lo largo de estos XXI siglos de cristianismo siempre ha habido adversarios y enemigos de los cristianos.

El primer ejemplo lo tenemos en Jesús que fue ajusticiado injustamente en una cruz. Pero a todos los cristianos nos espera lo que le sucedió a Jesús después de su muerte, nos espera la resurrección a una vida de total felicidad, porque en medio de todas nuestras diversas circunstancias vitales, Jesús nunca nos dejará de su mano y “ni un caballo de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”… y resucitaremos a una vida de total felicidad y para siempre. 

 

martes, 22 de noviembre de 2022

Evangelio diario: 22-11-2022

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,5-11

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».




Comentario

Cuando las imágenes nos desbordan y no sabemos interpretarlas, lo mejor es recurrir a aquello que está claramente revelado en el Nuevo Testamento.

Está claro que Jesús nos pide que estemos preparados ante nuestra muerte y el juicio final. Muchas de sus parábolas nos exigen estar alerta y preparados para cuando el Señor vuelva.

Está claro que la mejor preparación es vivir, ya desde ahora, el amor a nuestros hermanos, porque el criterio para ir a la izquierda o a la derecha del Hijo del hombre va a ser el demostrado amor a nuestros hermanos necesitados, a los que pasan hambre, sed, a los enfermos, encarcelados…

Está claro que quien nos va a examinar nos es un tribunal severo y exigente, propenso a suspender, sino Cristo Jesús, el que nos amó tanto que dio su vida por nosotros y que es capaz de perdonarnos hasta setenta veces siete, y Dios, su Padre y nuestro Padre y el Padre el hijo mayor y del hijo menor. Está claro que lo que debemos hacer en nuestro trayecto terreno es imitar a Cristo Jesús que es el Camino Verdadero que nos lleva a la auténtica Vida. Vivamos de acuerdo con estas claridades. 

Santoral: Santa Cecilia de Roma - Patrona de los Músicos

Santa Cecilia - Nicolas Poussin
Oleo (1635) - Museo del Prado


Una de las santas más conocidas y veneradas a lo largo de la historia cristiana ha sido Cecilia de Roma. 

Universalmente reconocida como patrona de la música, esta mártir primitiva ya tenía una amplia veneración y reconocimiento por parte de la comunidad cristiana en el siglo IV de nuestra era, y posteriormente se la ha conmemorado tanto en Oriente como en Occidente.

Su nombre también es de los que figuran entre las santas mujeres mártires conmemoradas en el Canon de la Misa. 

Pero, ¿sabemos realmente quién fue esta mártir tan reverenciada?

La Iglesia Católica conmemora el 22 de noviembre, la muerte de Santa Cecilia, una mujer de familia noble que falleció en un año indeterminado entre el 180 y el 230 de nuestra era después de ser torturada por su conversión al cristianismo.

Su historia se conoce gracias a la aparición a mediados del siglo V de unos textos llamados ‘Actas del martirio de Santa Cecilia’.

No corrían buenos tiempos en Roma para los cristianos y fueron condenados a morir de formas aberrantes. 

En el caso de Cecilia, primero lo intentaron en las termas de su propia casa, tratando de ahogarla con el vapor sin conseguirlo. 

Luego, llamaron a un verdugo para que le cortara la cabeza: la historia dice que éste dejó caer tres veces su hacha sobre ella sin conseguirlo, con lo que huyó despavorido abandonando a la joven ensangrentada pero viva.

Aunque quedó maltrecha y murió finalmente tres días después. 


De ahí que en algunas obras de arte se la represente ya
cadáver con un corte en su cuello, como en la escultura en mármol de Stéfano Maderno (1576 - 1636), que se encuentra en la iglesia de Santa Cecilia en Roma, donde supues-tamente reposan sus restos.

¿Por qué es la patrona de los músicos?

Una explicación se basa en que, según dicen, Cecilia se dedicó internamente a cantar a Dios mientras los músicos tocaban en su boda, acordada por sus padres, aunque parece una explicación insuficiente. 

El Papa que la nombró patrona, dijo que había “demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos. Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música”.

lunes, 21 de noviembre de 2022

Evangelio diario: 21-11-2022

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,1-4

En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo:
«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».





Comentario

Es evidente que no hemos acertado en la glosa de esta breve página evangélica; porque la limosna sigue tranquilizando algunas mentes, evita o camufla la mala conciencia frente al indigente que nos pone su mano, y en la puerta de nuestros templos dejamos una moneda para añadir algún mérito más ante Dios.

Y lo cierto es que hace mucho tiempo superamos aquella añeja idea que nos decía que había que compartir lo superfluo, aunque ni antes ni ahora acertamos a la hora de acotar lo que de verdad nos sobra. Sin embargo, en el evangelio la limosna no es una peculiar limpieza ni del armario ni del cuarto trastero doméstico, es otra cosa muy distinta.

Es interesante compartir lo que uno tiene, ya que la Palabra de Jesús aún no ha levantado ningún altar divinizando la propiedad privada, ni lo levantará. Pero es de mayor interés aún el compartirse, el darse, el no cerrarnos a nuestra propia carne, el servir al hermano con algo más que con cosas o con la calderilla que pesa en nuestro monedero. El seguimiento de Jesús que nos orienta hacia el Padre no necesita cosas, sino entrega total de la persona porque este Dios espera que abundemos en confianza e incorporemos en este camino al mayor número de hermanos: que una vez iniciada la entrega, ésta dirá qué y cómo será el compartirse.

Santoral: Presentación de la Santísima Virgen María en el Templo


Celebramos hoy la Presentación en el Templo de Maria.

Los orígenes de esta fiesta hay que buscarlos en una piadosa tradición que surge en el escrito apócrifo llamado el «Protoevangelio de Santiago». Según este documento la Virgen María fue llevada a la edad de tres años por sus padres San Joaquín y Santa Ana. Allí, junto a otras doncellas y piadosas mujeres, fue instruida cuidadosamente respecto la fe de sus padres y sobre los deberes para con Dios. 

Históricamente, el origen de esta fiesta fue la dedicación de la Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén, en el año 543. Todo eso se viene conmemorando en Oriente desde el siglo VI, y hasta habla de ello el emperador Miguel Comeno en una Constitución de 1166.

Un gentil hombre francés, canciller en la corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón en 1372, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre. El Papa entonces la introdujo en Aviñón, y Sixto V la impuso a toda la Iglesia.

Apoya nuestra labor de ayuda a las familias más afectadas

Situación actual de la crisis

Han pasado más de dos años desde que, en marzo de 2020, el Gobierno de la Nación declarase el estado de alarma para combatir el impacto de la pandemia del Covid-19. 

En aquellos momentos las previsiones emitidas tanto por organismos internacionales, el propio Fondo Monetario Internacional o la Unión europea, como por los propios expertos nacionales indicaban que se podrían producir situaciones de necesidad incluso más profundas que aquellas que originó la crisis de 2008.

Ante esa situación, el Presidente de Cáritas Castrense y Arzobispo Castrense don Juan del Rio, fallecido a consecuencia del Covid-19 (q.e.p.d.), encomendó a Cáritas Castrense la misión de crear un fondo de emergencia con el fin de paliar las necesidades que se produjeran.

Cáritas Castrense, organismo oficial del Arzobispado Castrense de España constituido para promover la acción caritativa y social, inició todas las acciones necesarias para llevar a cabo la iniciativa lo antes posible, pudiendo así comenzar con las primeras ayudas en el mes de junio del 2020. 

En los momentos actuales a los efectos derivados de la “no concluida” crisis sanitaria se han sumado los de la crisis económica y social que se predecían .

Por todo ello las necesidades que llevaron a la creación del “Granero de José” no han finalizado y ahora son indispensables para muchas personas.

Damos las GRACIAS a todas las personas, organismos e instituciones que desde entonces están colaborando con esta campaña.


“Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número. Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto. Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan”

 (Gn, 41, 53ss)







Queridos hermanos y amigos.

Durante los últimos meses hemos visto como nuestras vidas se transformaban para enfrentarnos al COVID-19 y sus trágicas consecuencias, no solo sanitarias, sino también sociales y económicas, cambiando nuestras costumbres cotidianas.

Todos conocemos el caso de un ser querido y cercano que ha sucumbido ante las perniciosas consecuencias de la pandemia, pérdidas irreparables que nos han atormentado y creado un gran dolor al que enfrentamos nuestra oración y el saber que a todos nos llegará la resurrección ante nuestro Señor.

Las familias han sufrido la desgarradora muerte de algún ser querido, amigo o conocido. Pero el drama también se ha plasmado en el día a día cuando los puestos de trabajo han desaparecido o han sufrido una merma notable de los ingresos provocando un gran quebranto en los hogares.

Para enfrentar esas necesidades nació “El Granero de José” que gestiona Cáritas Castrense con el objetivo de paliar las penurias de los más necesitados en aspectos como la vivienda, la sanidad, la educación y los suministros del hogar. Esenciales para mantener el nivel de vida de las familias y su dignidad, elemento esencial para que una persona de sienta en plenitud.

Desde el inicio “El Granero de José” fue diseñado para que no existieran trabas burocráticas y que su gestión fuese prácticamente automática desde la petición de ayuda que la inician los capellanes castrenses.

Desde está página os animo a todos a llenar este “Granero de José” para poder repartir entre quien lo necesita y ejercer con generosidad la caridad hacia el prójimo.

Muchas gracias por vuestra colaboración, Dios os lo pague.

Carlos Jesús Montes Herreros
Ordinario Castrense de España



Necesitamos tu apoyo urgente


Con el referente de la figura de José en Egipto, se creará un “granero” (Cf. Génesis 41, 56) que, a modo de fondo de emergencia, constituido por los donativos de personas físicas o jurídicas, permita paliar con inmediatez las necesidades más básicas generadas por la crisis del Covid-19.



Se pondrá especial atención en cubrir necesidades como:
• Alimentación 
• Medicina 
• Vivienda y suministros servicios (agua; luz; gas etc.)
• Académicos/escolarización
• Cualquier otra actividad que tienda a cubrir necesidades básicas.

Ayudar y alentar a las CPC, extendidas por el territorio nacional y al resto de capellanes que no tienen CPC en sus unidades, bases o acuartelamientos en la consecución de los mismos fines anteriormente mencionados.



Gracias por apoyarnos en esta campaña en pro de los más

domingo, 20 de noviembre de 2022

Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario - Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo

Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel 5,1-3:

En aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebron y le dijeron:

«Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”».
Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.




Salmo 121

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

Allá suben las tribus, las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.

R/. Vamos alegres a la casa del Señor




Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1,12-20


Hermanos:

Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado
al reino del Hijo de su amor,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen del Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque en él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres,
visibles e invisibles.
Tronos y Dominaciones,
Principados y Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo,
y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él
quiso reconciliar todas las cosas,
las del cielo y las de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.






Lectura del santo evangelio según san Lucas 23,35-43

En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:
«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
Había también por encima de él un letrero:
«Este es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo».
Y decía:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
Jesús le dijo:
«En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».





Comentario

La liturgia de hoy nos propone un contraste de tradiciones acerca del Mesías que había de venir al final de los tiempos, según la prefiguración judía.

La primera lectura nos presenta la base de esa tradición, que es la del mesianismo dinástico davídico: “Tu casa y tu reino permanecerán para siempre delante de mí; tu trono será establecido para siempre.”

Esta concepción del mesianismo, de corte político, siempre estuvo presente en la compresión judía, pero los avatares históricos del pueblo de Israel hicieron que tuviera que revisarse, y de hecho, esta tradición fue rechazada por muchos pensadores judíos.

Este cuestionamiento nos permite introducir otra tradición mesiánica diferente, la que vincula al Mesías con el Siervo Sufriente de Isaías, tradición que el cristianismo primitivo toma del judaísmo y que se hace patente a lo largo de los Evangelios, especialmente en los relatos de Pasión, desde Marcos hasta Juan,  “Entonces, ¿tú eres rey?”, Jesús responde: mi reino no es de este mundo”.

La lectura de hoy de este evangelio de Lucas plantea claramente todos estos aspectos: el rechazo del mesianismo triunfalista (“a otros ha salvado; que se salve a sí mismo si es el Mesías de Dios, el Elegido”); la aceptación del mesianismo del Siervo sufriente, mostrándonos a Jesús, al Justo, en el suplicio; la aceptación de un reinado mesiánico que no se corresponde con este mundo: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino. […] Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso”)

Esta alusión explícita del reino como el “paraíso”, nos evoca dos ideas. En primer lugar, nos evoca y alude a la escatología, al final de los tiempos, que inaugura Jesús, en cuanto aquel Mesías esperado al final de los tiempos para traer su reino; en efecto, el cristianismo interpretará como inauguración de los nuevos tiempos la muerte del Justo: al principio, de forma inminente, posteriormente, lo hará como espera de la segunda venida de Jesús como Rey y Señor, como Juez de la Creación, siendo la antesala del tiempo de Adviento.

Siguiendo, esta línea, la segunda evocación, estrechamente unida a la anterior, es la de la Nueva Creación: todas las cosas son recreadas en Jesucristo y llevadas a su plenitud. Es, pues, un nuevo Génesis que completa el día séptimo de la creación.

Esta recreación, este nuevo Génesis “en plenitud”, es, precisamente, interpretado por la Carta a los Colosenses, la segunda lectura de hoy, como reconciliación de Dios con su Creación, esto es, con todos los seres, los del cielo y los de la tierra “haciendo la paz por la sangre de su Cruz”, un planteamiento que solo puede entenderse de la perspectiva mesiánica del Siervo sufriente. En esto consiste, en la escuela paulina, el mesianismo de Jesucristo: en su condición de Señor y Juez del Universo, de Rey que reina y juzga desde su cruz.