sábado, 31 de julio de 2021

Domingo XVIII del Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del Libro del Exodo 16, 2-4. 12-15.

En aquellos días, la comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo:
«¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos alrededor de la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad».
El Señor dijo a Moisés:
«Mira, haré llover pan del cielo para vosotros: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi instrucción o no.

He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Diles: “Al atardecer comeréis carne, por la mañana os hartaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor Dios vuestro”».
Por la tarde, una bandada de codornices cubrió todo el campamento; y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, como escamas, parecido a la escarcha sobre la tierra. Al verlo, los hijos de Israel se dijeron:
«¿Qué es esto?».
Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo:
«Es el pan que el Señor os da de comer».




Salmo 77

R/. El Señor les dio pan del cielo

Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder.

R/. El Señor les dio pan del cielo

Pero dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio pan del cielo.

R/. El Señor les dio pan del cielo

El hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras,
hasta el monte que su diestra había adquirido.

R/. El Señor les dio pan del cielo




Segunda lectura
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 4, 17. 20-24


Hermanos:
Esto es lo que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya, como es el caso de los gentiles, en la vaciedad de sus ideas.

Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo, si es que lo habéis oído a él y habéis sido adoctrinados en él, conforme a la verdad que hay en Jesús. Despojados del hombre viejo y de su anterior modo de vida, corrompido por sus apetencias seductoras; renovaos en la mente y en el espíritu y revestíos de la nueva condición humana creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.





Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 24-35

En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.

Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios».
Ellos le preguntaron:
«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».
Respondió Jesús:
«La obra que Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado».
Le replicaron:
«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer “».
Jesús les replicó:
«En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».
Entonces le dijeron:
«Señor, danos siempre de este pan».

Jesús les contestó:
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».




Comentario

En el Evangelio de los últimos domingos observamos a Jesús saliendo al encuentro de la multitud. En la narración de hoy la perspectiva cambia: es la multitud, saciada por él, la que sale en su busca. Si proyectamos esa escena en el tiempo, podemos imaginar en medio de aquella multitud a todos los que buscan a Dios en nuestros días. Son muchos, aunque a veces no sepamos reconocerlos dado que utilizan un lenguaje y unas actitudes no fáciles de interpretar según las pautas habituales. Sin embargo, comparten con la multitud que busca a Jesús la misma sed de Dios, aún cuando ni ellos mismos lo perciban.

Impresiona la relación que se establecia entre Jesús y la multitud: la fascinación, la mútua búsqueda. Pero a Jesús eso no le basta, quiere que esas gentes le conozcan para que un encuentro más profundo con él produzca cambios relevantes en sus vidas. Y les reta a cambiar de perspectiva, a superar el estrecho horizonte en el que viven para descubrir otras necesidades más profundas que laten en el corazón. Y ¿cómo no? también para saber más sobre su persona, interrogándose sobre los acontecimientos que están viviendo, no dando todo por descontado.

La multitud escucha el reto, pero no comprende bien el sentido de las palabras de Jesús: «¿qué hemos de hacer para llevar a cabo las obras de Dios?», le preguntan. Ellos entendían que se trataba de aumentar las obras piadosas que debían hacer para salvarse, según la orientación de los maestros de la ley mosaica: oraciones, ayunos, ritos... Jesús, en cambio, les sorprende diciendo que la obra de Dios no consiste en hacer más cosas, como a veces pensamos también nosotros. Jesús exige una sola cosa: creer en él, acogerlo como el enviado del Padre.

La fe en Cristo es el alimento que llena la vida de sentido y de sabor. Si entablamos una relación de amor y confianza con Cristo también podremos hacer "buenas obras" que huelan a Evangelio, para gloria de Dios y el bien de nuestros hermanos. La fe es gracia y don de Dios, pero también tarea y respuesta del creyente que tiene que reflejarse en su estilo de vida.

“Señor, danos siempre de este pan”, suplican los oyentes, igual que hizo la Samaritana pidiendo el agua viva. Entonces Jesús se ve precisado a revelar abiertamente: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí no tendrá nunca sed". Dios sigue dando a su nuevo pueblo, la Iglesia, y a todos los hombres, ese pan que sacia y que no es otro que Cristo Jesús, su propio Hijo.

Novena a Santa Maria de Africa (VI)



SEXTO DIA DE NOVENA

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, crucificado por mi amor. Padre amantísimo y Redentor de mi alma, que deseáis mi salvación y conversión: delante de Vos me presento para que uséis con ella vuestra gran misericordia a causa de sus muchas y graves faltas; y con verdadero dolor y arrepentimiento os dice: Yo soy, Señor y Dios mío una criatura que solicita vuestra clemencia, y aunque veo lo mucho que os he ofendido, no olvido ni olvidaré jamás que sois mi Padre y que vuestro deseo es favorecerme y nunca condenarme.

Os prometo no ofenderos ya más, confesar mis pecados y hacer por ellos la debida penitencia. Desde hoy empiezo a amaros para no cesar jamás, ayudado de vuestra divina gracia.

Os amo sobre todas las cosas, os quiero con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas. Espero de vuestra bondad y piedad infinitas que por vuestras preciosas Llagas, por vuestra dolorosa y afrentosa Pasión y Muerte, por los dolores y méritos de vuestra Santísima Madre de Africa, me perdonéis todos mis pecados y me deis perseverancia en el bien durante mi vida para merece veros y gozaros en el Cielo. Amén.


Oración inicial

Dolorosísima Virgen María, dignísima y verdadera Madre del Unigénito del Padre, hecho hombre por nuestro amor en tus purísimas entrañas.

Humilde y confiadamente postrado a tus pies sacratísimos te pido y ruego, Señora y Madre mía dulcísima, que si el favor o merced que deseo lograr de tu piadoso Corazón en esta Novena ha de ser para gloria de Dios, tu Hijo Crucificado y bien de mi alma, me la alcances de su piadosísima bondad; y si no, concédeme lo que conozcas ser mas conforme con la
Divina Voluntad. Amén.

(Pidase la gracia que se desea obtener)



Oración del día


Dolorosísima María, centro en que convergen y descansan todos los ríos de las penas y tormentos, y de donde salen todas las corrientes caudalosas para llenar las almas de todos los santos; por los vehementísimos e imponderables dolores que sentiste en tu tierno corazón y espíritu al descargar la justicia del Eterno Padre tantos y tantos azotes sobre el delicado cuerpo de tu inocentísmo Hijo a causa de nuestros pecados, te pido humildemente, Madre mía riegues mis potencias y sentidos con las lluvias de esa preciosa Sangre, con el precioso llanto que a raudales derramaron tus misericordiosos ojos, y con las lágrimas de contrición que broten de mi corazón y ojos pecadores, para que así regada la tierra de mi corazón, de el auto de buenas obras y virtudes que tu deseas y me pides.

Y también te suplico me concedas la gracia que solicito en esta Novena si es para mayor gloria De Dios y bien de mi alma. Amén.


ORACION FINAL

Te rogamos, Señor Dios, nos concedas a tus servidores gozar de perpetua salud de alma y cuerpo; y por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María, nos veamos libres de la tristeza presente y podamos disfrutar de la alegría eterna. Amén.




ALABANZAS A LA VIRGEN DE AFRICA

ALABADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

REVERENCIADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

GLORIFICADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

BENDITA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

AMADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

BENDITA SEA Y ALABADA LA SANTÍSIMA TRINIDAD 
PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO 

EL SANTİSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR 
Y LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE 
MARÍA SANTÍSIMA, SEÑORA NUESTRA, 
CONCEBIDA SIN MANCHA DE PECADO ORIGINAL 
EN EL PRIMER INSTANTE DE SU SER NATURAL. 

AMEN.




HIMNO A NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA

C O R O

Patrona suya Ceuta te aclama,
Madre te llama nuestro clamor...
Patrona y Madre, nombres benditos
que están escritos en nuestro amor.


I ESTROFA

Pues en el alma de tu pueblo vives,
Ceuta te aclama por Patrona y Madre
y en el ardor de su valiente grito mil dones,
a una voz, quiere ofrendarte.
Nubes y fuego de esta tierra ardiente,
firmeza y soplo de española sangre,
ardor de sol que las arenas quema
y luz de luna que las flores lame.


II ESTROFA

Mira a tus hijos y hasta el Trono Empíreo
ve como suben y en tropel se baten,
besos del viento que la tierra orea,
cenizas santas que en el suelo yacen,
lamentos tristes de galerna impía,
espuma en flor que se volvió a los mares,
dolor de pechos que contigo lloran
y ardor de voces que te llaman Madre. 

Evangelio diario: 31-07-2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 14,1-12

En aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos:
«Ese es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él».
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era lícito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.

El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera.

Ella, instigada por su madre, le dijo:
«Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel.

Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.

Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.



Comentario

En el Evangelio de hoy presenciamos una escena terrible: un hombre justo, el mayor de todos los nacidos de mujer, muere en manos de un impío. Parece una bofetada a la verdad. Nos indigna este aparente triunfo del mal.

Pero, ¿lo es en verdad? Hoy Herodes tiembla, las noticias de Jesús le traen a su memoria a Juan, el Bautista el recuerdo de la escena del día de su martirio parece una cinta que corre sin cesar en su conciencia y no lo deja en paz. Es que, a pesar de lo ofuscada que estaba su conciencia, sabía que eso no era justo.

Podríamos preguntarnos… Este pobre hombre ¿merece perdón? ¿No está ya perdido?

Y la respuesta nos llega al inicio del Evangelio: “oyó el virrey Herodes lo que se hablaba de Jesús”.

Dios, rico en misericordia, movido por el gran amor que nos tiene, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó con Cristo-por gracia estamos salvados, gratuitamente (cfr. Ef. 2, 4)

Sí, Herodes se equivocó hasta el abismo y estaba experimentando lo que llamamos “tocar fondo”; pero esta Buena Noticia es para TODOS, para todos son las palabras de Jesús: "Convertíos y creed".

Jesús trae luz a nuestra vida, una luz que no culpabiliza sino que lleva a un verdadero arrepentimiento y nos da la esperanza de su perdón y restauración. El Espíritu Santo ilumina nuestro pecado y, en esa situación, nos da la alegría de sabernos amados y acogidos por Él; no como un cómplice, sino como un buen Amigo, como Maestro y Salvador.

Sólo este amor nos da la fuerza para cambiar de vida, para elegir bien. Sólo este amor obra los prodigios que realizó en san Ignacio del Loyola; amor que trajo tanta luz a su vida que desborda hasta el día de hoy en la Compañía de Jesús y en tantos frutos de vida eterna.

Sabemos que en la Pasión del Señor Herodes vio al Varón de dolores, como cordero llevado al matadero, herido y cubierto de sangre, coronado de espinas. Pero el desprecio y la burla del momento no le permitieron descubrir al Señor.

viernes, 30 de julio de 2021

Novena a Santa Maria de Africa (V)



QUINTO DIA DE NOVENA

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, crucificado por mi amor. Padre amantísimo y Redentor de mi alma, que deseáis mi salvación y conversión: delante de Vos me presento para que uséis con ella vuestra gran misericordia a causa de sus muchas y graves faltas; y con verdadero dolor y arrepentimiento os dice: Yo soy, Señor y Dios mío una criatura que solicita vuestra clemencia, y aunque veo lo mucho que os he ofendido, no olvido ni olvidaré jamás que sois mi Padre y que vuestro deseo es favorecerme y nunca condenarme.

Os prometo no ofenderos ya más, confesar mis pecados y hacer por ellos la debida penitencia. Desde hoy empiezo a amaros para no cesar jamás, ayudado de vuestra divina gracia.

Os amo sobre todas las cosas, os quiero con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas. Espero de vuestra bondad y piedad infinitas que por vuestras preciosas Llagas, por vuestra dolorosa y afrentosa Pasión y Muerte, por los dolores y méritos de vuestra Santísima Madre de Africa, me perdonéis todos mis pecados y me deis perseverancia en el bien durante mi vida para merece veros y gozaros en el Cielo. Amén.


Oración inicial

Dolorosísima Virgen María, dignísima y verdadera Madre del Unigénito del Padre, hecho hombre por nuestro amor en tus purísimas entrañas.

Humilde y confiadamente postrado a tus pies sacratísimos te pido y ruego, Señora y Madre mía dulcísima, que si el favor o merced que deseo lograr de tu piadoso Corazón en esta Novena ha de ser para gloria de Dios, tu Hijo Crucificado y bien de mi alma, me la alcances de su piadosísima bondad; y si no, concédeme lo que conozcas ser mas conforme con la
Divina Voluntad. Amén.

(Pidase la gracia que se desea obtener)



Oración del día


Dolorosísima María, roca inconmovible donde quiebran su furor todas las olas de dolores y penas sin hacer mella en la invencible constancia de tu corazón; por el profundísimo dolor que sentiste al ver a tu Santísimo Hijo Jesús burlado por Herodes y su ejercito, vestido ignominiosamente de traje y librea de loco e insensato y pospuesto a Barrabás, te pido humildemente sea mi alma adornada hasta la muerte con la túnica y estola blanca de la divina gracia, teñida con la sangre del Cordero inmaculado, tu Hijo Jesús. Y también te suplico me concedas la gracia que solicito en esta Novena si es para mayor gloria De Dios y bien de mi alma. Amén.


ORACION FINAL

Te rogamos, Señor Dios, nos concedas a tus servidores gozar de perpetua salud de alma y cuerpo; y por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María, nos veamos libres de la tristeza presente y podamos disfrutar de la alegría eterna. Amén.




ALABANZAS A LA VIRGEN DE AFRICA

ALABADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

REVERENCIADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

GLORIFICADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

BENDITA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

AMADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

BENDITA SEA Y ALABADA LA SANTÍSIMA TRINIDAD 
PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO 

EL SANTİSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR 
Y LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE 
MARÍA SANTÍSIMA, SEÑORA NUESTRA, 
CONCEBIDA SIN MANCHA DE PECADO ORIGINAL 
EN EL PRIMER INSTANTE DE SU SER NATURAL. 

AMEN.




HIMNO A NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA

C O R O

Patrona suya Ceuta te aclama,
Madre te llama nuestro clamor...
Patrona y Madre, nombres benditos
que están escritos en nuestro amor.


I ESTROFA

Pues en el alma de tu pueblo vives,
Ceuta te aclama por Patrona y Madre
y en el ardor de su valiente grito mil dones,
a una voz, quiere ofrendarte.
Nubes y fuego de esta tierra ardiente,
firmeza y soplo de española sangre,
ardor de sol que las arenas quema
y luz de luna que las flores lame.


II ESTROFA

Mira a tus hijos y hasta el Trono Empíreo
ve como suben y en tropel se baten,
besos del viento que la tierra orea,
cenizas santas que en el suelo yacen,
lamentos tristes de galerna impía,
espuma en flor que se volvió a los mares,
dolor de pechos que contigo lloran
y ardor de voces que te llaman Madre. 

Evangelio diario: 30-07-2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,54-58

En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga.

La gente decía admirada.
«De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».
Y se escandalizaban a causa de él.

Jesús les dijo:
«Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».
Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.



Comentario

Venía de predicar y contar parábolas constantemente; de intentar explicar en otras tierras, que no eran la suya, la importancia del Reino de Dios. Llega a su tierra y no tiene mejor ocurrencia que entrar en la sinagoga y comenzar a explicarles a los suyos lo mismo lo mejor posible, igual que venía haciendo con otros.

La reacción, que en principio parece de admiración, reconocimiento y orgullo del vecindario, termina siendo un reproche: ¿De dónde ha sacado todo esto? Pero si conocemos a toda su familia y a él desde pequeño, pero bueno… ¡que se habrá creído! Y no quisieron hacerle caso. ¡Qué raro! ¡Ni los de su casa! Estos los que menos.

Jesús reacciona bien. Sabe que ningún profeta es bien recibido en su tierra. No es ninguna novedad para él. No les recriminó ni se esforzó en convencerlos. Y lo que es más importante: no hizo allí muchos milagros, porque aquella gente no creía en él. Les dejó con su incredulidad. Esa línea fina entre la fe y la incredulidad, muchos la traspasan. Sus vecinos decían tener fe y lo que tenían era ritos, costumbres, repeticiones gestuales y rituales insatisfactorias; pero creían que…

Y si no creían en él, para qué perder el tiempo. Les dejó con sus creencias viejas y no les predicó sobre la novedad del Reino de Dios, que requería abrir la mente, el corazón, estar dispuestos a cambiar de actitudes, pasar a una visión positiva propia de los que han escuchado las bienaventuranzas y creen en ellas.

Estemos nosotros alerta sobre ambas actitudes; sobre todo cuando el desánimo nos abate; no dejemos que nos golpee y pueda durante mucho tiempo.

jueves, 29 de julio de 2021

Novena a Santa María de Africa (IV)





CUARTO DIA DE NOVENA

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, crucificado por mi amor. Padre amantísimo y Redentor de mi alma, que deseáis mi salvación y conversión: delante de Vos me presento para que uséis con ella vuestra gran misericordia a causa de sus muchas y graves faltas; y con verdadero dolor y arrepentimiento os dice: Yo soy, Señor y Dios mío una criatura que solicita vuestra clemencia, y aunque veo lo mucho que os he ofendido, no olvido ni olvidaré jamás que sois mi Padre y que vuestro deseo es favorecerme y nunca condenarme.

Os prometo no ofenderos ya más, confesar mis pecados y hacer por ellos la debida penitencia. Desde hoy empiezo a amaros para no cesar jamás, ayudado de vuestra divina gracia.

Os amo sobre todas las cosas, os quiero con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas. Espero de vuestra bondad y piedad infinitas que por vuestras preciosas Llagas, por vuestra dolorosa y afrentosa Pasión y Muerte, por los dolores y méritos de vuestra Santísima Madre de Africa, me perdonéis todos mis pecados y me deis perseverancia en el bien durante mi vida para merece veros y gozaros en el Cielo. Amén.


Oración inicial

Dolorosísima Virgen María, dignísima y verdadera Madre del Unigénito del Padre, hecho hombre por nuestro amor en tus purísimas entrañas.

Humilde y confiadamente postrado a tus pies sacratísimos te pido y ruego, Señora y Madre mía dulcísima, que si el favor o merced que deseo lograr de tu piadoso Corazón en esta Novena ha de ser para gloria de Dios, tu Hijo Crucificado y bien de mi alma, me la alcances de su piadosísima bondad; y si no, concédeme lo que conozcas ser mas conforme con la
Divina Voluntad. Amén.

(Pidase la gracia que se desea obtener)



Oración del día


Dolorosísima María, que después de aquella noche tan prolija en tormentos para tu Hijo le viste salir a las calles públicas llevado ignominiosamente, como malhechor, por los sayones y verdugos, lastimado, aprisionado con sogas y cadenas y lleno su hermosísimo rostro de inmundas y asquerosas salivas hasta el pretorio de Pilatos, donde le viste objeto de calumnias y acusaciones de la ingrata Jerusalén; por aquel dolor tan penetrante y vivo que estampó en tu corazón, vista tan lastimosa y tierna, te pido imprimas en el mío, como sello indeleble, la imagen de tu Hijo Santísimo así dolorido y afeado por mi amor, para que esta celestial amargura preserve siempre mi alma de la corrupción. Y también te suplico me concedas la gracia que solicito en esta Novena si es para mayor gloria De Dios y bien de mi alma. Amén.


ORACION FINAL

Te rogamos, Señor Dios, nos concedas a tus servidores gozar de perpetua salud de alma y cuerpo; y por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María, nos veamos libres de la tristeza presente y podamos disfrutar de la alegría eterna. Amén.




ALABANZAS A LA VIRGEN DE AFRICA


ALABADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA


REVERENCIADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA


GLORIFICADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

BENDITA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

AMADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

BENDITA SEA Y ALABADA LA SANTÍSIMA TRINIDAD 
PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO 

EL SANTİSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR 
Y LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE 
MARÍA SANTÍSIMA, SEÑORA NUESTRA, 
CONCEBIDA SIN MANCHA DE PECADO ORIGINAL 
EN EL PRIMER INSTANTE DE SU SER NATURAL. 



AMEN.





HIMNO A NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA


C O R O

Patrona suya Ceuta te aclama,
Madre te llama nuestro clamor...
Patrona y Madre, nombres benditos
que están escritos en nuestro amor.


I ESTROFA

Pues en el alma de tu pueblo vives,
Ceuta te aclama por Patrona y Madre
y en el ardor de su valiente grito mil dones,
a una voz, quiere ofrendarte.
Nubes y fuego de esta tierra ardiente,
firmeza y soplo de española sangre,
ardor de sol que las arenas quema
y luz de luna que las flores lame.


II ESTROFA

Mira a tus hijos y hasta el Trono Empíreo
ve como suben y en tropel se baten,
besos del viento que la tierra orea,
cenizas santas que en el suelo yacen,
lamentos tristes de galerna impía,
espuma en flor que se volvió a los mares,
dolor de pechos que contigo lloran
y ardor de voces que te llaman Madre. 

Evangelio diario: 29-07-2021

Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 19-27

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano.

Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedo en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dice:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mi, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».




Comentario

Jesús era un buen amigo de estos tres hermanos: Lázaro, Marta y María. Marta amaba a su hermano Lázaro y llora su muerte. Ahora viene Jesús a su casa y Marta salió a su encuentro y su saludo primero es lo que llevaba muy dentro de su corazón, le expresa el dolor por la muerte de su hermano y su seguridad de que si hubiese estado allí, Jesús no le habría dejado morir. Sigue el diálogo entre ellos hasta que llega a un punto muy alto. Jesús es rotundo al afirmar: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi aunque muera vivirá”. Después, estando también por medio María, Jesús resucita a Lázaro.

Pero la frase que acaba de pronunciar Jesús va más allá de esta resurrección de Lázaro, que verá de nuevo la muerte, y es entonces cuando Jesús le resucitará a una vida que vencerá a la muerte y vivirá para siempre.

En este evangelio y con ocasión de la muerte de Lázaro, Jesús nos ofrece una de sus verdades más sublimes y consoladoras. Dios nos ha regalado la vida humana. En un primer tiempo esa vida regalada tiene momentos buenos y no tan buenos, hay en ella alegrías y dolores. Pero después de este primer tiempo, Dios va a hacer que en nuestra vida humana desparezca todo lo que nos hace sufrir, cualquier atisbo de tristeza, para hacer que en ella reine solo la alegría y la alegría total y para siempre. Así es nuestro Dios y la vida que nos ha regalado, y es lo que nos ha recordado hoy Jesús en su encuentro con Marta, cuya fiesta celebramos.

miércoles, 28 de julio de 2021

Novena a Santa Maria de Africa (III)


TERCER DIA DE NOVENA

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, crucificado por mi amor. Padre amantísimo y Redentor de mi alma, que deseáis mi salvación y conversión: delante de Vos me presento para que uséis con ella vuestra gran misericordia a causa de sus muchas y graves faltas; y con verdadero dolor y arrepentimiento os dice: Yo soy, Señor y Dios mío una criatura que solicita vuestra clemencia, y aunque veo lo mucho que os he ofendido, no olvido ni olvidaré jamás que sois mi Padre y que vuestro deseo es favorecerme y nunca condenarme.

Os prometo no ofenderos ya más, confesar mis pecados y hacer por ellos la debida penitencia. Desde hoy empiezo a amaros para no cesar jamás, ayudado de vuestra divina gracia.

Os amo sobre todas las cosas, os quiero con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas. Espero de vuestra bondad y piedad infinitas que por vuestras preciosas Llagas, por vuestra dolorosa y afrentosa Pasión y Muerte, por los dolores y méritos de vuestra Santísima Madre de Africa, me perdonéis todos mis pecados y me deis perseverancia en el bien durante mi vida para merece veros y gozaros en el Cielo. Amén.


Oración inicial

Dolorosísima Virgen María, dignísima y verdadera Madre del Unigénito del Padre, hecho hombre por nuestro amor en tus purísimas entrañas.

Humilde y confiadamente postrado a tus pies sacratísimos te pido y ruego, Señora y Madre mía dulcísima, que si el favor o merced que deseo lograr de tu piadoso Corazón en esta Novena ha de ser para gloria de Dios, tu Hijo Crucificado y bien de mi alma, me la alcances de su piadosísima bondad; y si no, concédeme lo que conozcas ser mas conforme con la
Divina Voluntad. Amén.

(Pidase la gracia que se desea obtener)



Oración del día


Dolorosísima María, que no obstante el peso de su rigor, seguiste con espíritu magnánimo e invencible las huellas de la pasión de tu Hijo, llorando con inconsolable llanto la bofetada que sufrió humilde en casa de Anás, las irrisiones y escarnios en la de Caifás y el encierro inhumano en el calabozo durante toda aquella noche; te pido, Señora y Madre mía, por el imponderable dolor que ocasionó en tu corazón el cuchillo tres veces sangriento de tus dolores y penas, infundas en el mío un verdadero amor y caridad para con todos mis prójimos y una invencible paciencia en todos los trabajos de esta vida para lograr tu perpetua vista y compañía eterna. Y también te suplico la gracia que pido en esta Novena si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.


ORACION FINAL

Te rogamos, Señor Dios, nos concedas a tus servidores gozar de perpetua salud de alma y cuerpo; y por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María, nos veamos libres de la tristeza presente y podamos disfrutar de la alegría eterna. Amén.




ALABANZAS A LA VIRGEN DE AFRICA


ALABADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

REVERENCIADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

GLORIFICADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

BENDITA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

AMADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

BENDITA SEA Y ALABADA LA SANTÍSIMA TRINIDAD 
PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO 

EL SANTİSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR 
Y LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE 
MARÍA SANTÍSIMA, SEÑORA NUESTRA, 
CONCEBIDA SIN MANCHA DE PECADO ORIGINAL 
EN EL PRIMER INSTANTE DE SU SER NATURAL. 

AMEN.





HIMNO A NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA


C O R O

Patrona suya Ceuta te aclama,
Madre te llama nuestro clamor...
Patrona y Madre, nombres benditos
que están escritos en nuestro amor.


I ESTROFA

Pues en el alma de tu pueblo vives,
Ceuta te aclama por Patrona y Madre
y en el ardor de su valiente grito mil dones,
a una voz, quiere ofrendarte.
Nubes y fuego de esta tierra ardiente,
firmeza y soplo de española sangre,
ardor de sol que las arenas quema
y luz de luna que las flores lame.


II ESTROFA

Mira a tus hijos y hasta el Trono Empíreo
ve como suben y en tropel se baten,
besos del viento que la tierra orea,
cenizas santas que en el suelo yacen,
lamentos tristes de galerna impía,
espuma en flor que se volvió a los mares,
dolor de pechos que contigo lloran
y ardor de voces que te llaman Madre. 

Evangelio diario: 28-07-2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,44-46

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.

El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra».




Comentario

Jesús, hablaba frecuentemente en parábolas. Por una parte, es un lenguaje evocador, es decir, emplea comparaciones generalmente asequibles a la gente, que facilitan la comprensión del contenido que se quiere transmitir. Por otra parte, sin embargo, tiene un componente enigmático que atrae la atención del oyente y provoca su reflexión. Para descubrir el sentido religioso de las parábolas se requiere frecuentemente una explicación de las imágenes utilizadas; además, una sola parábola no es suficiente para captar todo el alcance de la comparación.

Jesús las utiliza para hablar del reino de Dios que ha venido a anunciar. Ese reino o reinado de Dios es un régimen de vida presidido por el proyecto amoroso de Dios, y no es fácil de comprender a la primera (ni de aceptar en seguida). Jesús se sirve de unas cuantas parábolas para ponerlo al alcance de sus oyentes. Les quiere hacer ver que se trata de algo muy valioso, que provoca una reacción inmediata en quien lo descubre.

Las dos parábolas del evangelio de hoy van en esa dirección. La del tesoro escondido nos habla de que el reino no es algo patente, sino más bien oculto a la simple mirada humana, más allá de las apariencias. La de la perla preciosa nos dice que no es frecuente toparse con él, que no hay que identificarlo con cualquier cosa de cierto valor que nos encontremos, que es algo de gran precio que puede sorprendernos en cualquier momento. Ambas parábolas invitan a vivir con alegría ese descubrimiento, que ha provocado un vuelco en la vida, una verdadera conversión, y por el que merece la pena renunciar a muchas cosas que creíamos insustituibles.

martes, 27 de julio de 2021

La iglesia castrense en la novena a Santa María de Africa



Ceuta se prepara para la festividad de su Patrona, la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de África, celebrando una Eucaristía diaria con el ejercicio de la novena, como signo de agradecimiento por todos los dones que Dios nos da. Y como don más sublime el pueblo de Ceuta da gracias por tener a María como Madre y Maestra en la Fe.

Un año más, la iglesia castrense, nuestros fieles de las Fuerzas Armadas, se hacen presentes, como tantos hijos de Ceuta, para honrar a Santa María de Africa en la Eucaristía de la tarde del 27 de Julio.

La celebración fue presidida por el pater de la COMGECEU y concelebrada por el párroco del Santuario y otros sacerdotes de la ciudad. Nuestras Fuerzas Armadas estuvieron representadas por un buen grupo de esta familia militar, esposas de militares pertenecientes a las distintas asociaciones de Damas de nuestras armas, así como de la cabo 1º Anta, que proclamó las lecturas.

Como cada año, las Fuerzas Armadas se hacen presentes para testimoniar su agradecimiento a nuestra patrona, haciendo con sencillez y humildad expresión de la misma fe de este pueblo que nos acoge.



Novena Santa Maria de Africa (II)


SEGUNDO DIA DE NOVENA

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, crucificado por mi amor. Padre amantísimo y Redentor de mi alma, que deseáis mi salvación y conversión: delante de Vos me presento para que uséis con ella vuestra gran misericordia a causa de sus muchas y graves faltas; y con verdadero dolor y arrepentimiento os dice: Yo soy, Señor y Dios mío una criatura que solicita vuestra clemencia, y aunque veo lo mucho que os he ofendido, no olvido ni olvidaré jamás que sois mi Padre y que vuestro deseo es favorecerme y nunca condenarme.

Os prometo no ofenderos ya más, confesar mis pecados y hacer por ellos la debida penitencia. Desde hoy empiezo a amaros para no cesar jamás, ayudado de vuestra divina gracia.

Os amo sobre todas las cosas, os quiero con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas. Espero de vuestra bondad y piedad infinitas que por vuestras preciosas Llagas, por vuestra dolorosa y afrentosa Pasión y Muerte, por los dolores y méritos de vuestra Santísima Madre de Africa, me perdonéis todos mis pecados y me deis perseverancia en el bien durante mi vida para merece veros y gozaros en el Cielo. Amén.


Oración inicial

Dolorosísima Virgen María, dignísima y verdadera Madre del Unigénito del Padre, hecho hombre por nuestro amor en tus purísimas entrañas.

Humilde y confiadamente postrado a tus pies sacratísimos te pido y ruego, Señora y Madre mía dulcísima, que si el favor o merced que deseo lograr de tu piadoso Corazón en esta Novena ha de ser para gloria de Dios, tu Hijo Crucificado y bien de mi alma, me la alcances de su piadosísima bondad; y si no, concédeme lo que conozcas ser mas conforme con la
Divina Voluntad. Amén.

(Pidase la gracia que se desea obtener)



Oración del día


Dolorosísima María, mar caudaloso de dolores, que viste a tu Hijo, hecho lastimosa presa en la prisión del Huerto después de inundado con los arroyos de sangre y sudor que derramó por nosotros, los pecadores; te pido, Señora y Madre mía, por aquel sangriento cuchillo de dolor que traspasó tu corazón en las agonías del Huerto, aprisiones mi alma y corazón con las ataduras de un amor tierno a Ti y a tu Hijo, para que viviendo así, siempre prisionero en esta vida, logre libertad en la eterna. Y también te suplico me concedas la gracia que pido en esta Novena si es para gloria De Dios y bien de mi alma. Amen.


ORACION FINAL

Te rogamos, Señor Dios, nos concedas a tus servidores gozar de perpetua salud de alma y cuerpo; y por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María, nos veamos libres de la tristeza presente y podamos disfrutar de la alegría eterna. Amén.




ALABANZAS A LA VIRGEN DE AFRICA


ALABADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

REVERENCIADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

GLORIFICADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

BENDITA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

AMADA SEA MARÍA SANTÍSIMA DE ÁFRICA

BENDITA SEA Y ALABADA LA SANTÍSIMA TRINIDAD
PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO

EL SANTİSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR
Y LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE
MARÍA SANTÍSIMA, SEÑORA NUESTRA,
CONCEBIDA SIN MANCHA DE PECADO ORIGINAL
EN EL PRIMER INSTANTE DE SU SER NATURAL.

AMEN.





HIMNO A NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA


C O R O

Patrona suya Ceuta te aclama,
Madre te llama nuestro clamor...
Patrona y Madre, nombres benditos
que están escritos en nuestro amor.


I ESTROFA

Pues en el alma de tu pueblo vives,
Ceuta te aclama por Patrona y Madre
y en el ardor de su valiente grito mil dones,
a una voz, quiere ofrendarte.
Nubes y fuego de esta tierra ardiente,
firmeza y soplo de española sangre,
ardor de sol que las arenas quema
y luz de luna que las flores lame.


II ESTROFA

Mira a tus hijos y hasta el Trono Empíreo
ve como suben y en tropel se baten,
besos del viento que la tierra orea,
cenizas santas que en el suelo yacen,
lamentos tristes de galerna impía,
espuma en flor que se volvió a los mares,
dolor de pechos que contigo lloran
y ardor de voces que te llaman Madre.