lunes, 31 de enero de 2022

Evangelio diario: 31-01-2022

Lectura del santo evangelio según san Marcos 5, 1-20

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos.

Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente:
«¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes».
Porque Jesús le estaba diciendo:
«Espíritu inmundo, sal de este hombre».
Y le preguntó:
«¿Cómo te llamas?».
Él respondió:
«Me llamo Legión, porque somos muchos».
Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca.

Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaron:
«Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos».
Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar.

Los porquerizos huyeron y dieron la noticia en la ciudad y en los campos. Y la gente fue a ver qué había pasado.

Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Y se asustaron. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su comarca.

Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. Pero no se lo permitió, sino que le dijo:
«Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti».
El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.





Comentario


El episodio del hombre endemoniado que vivía entre sepulcros es un relato que se presta a muchas lecturas, pero que podemos entender muy actual. En la orilla del Mar de Galilea es donde Jesús llama a sus primeros discípulos. Ahora, sin embargo, es este hombre o, mejor, esta “legión” de personas quienes buscan el encuentro, le interpelan y lo reconocen... pero no pueden ni parecen querer seguirlo: el mal, la muerte, las oscuridades dominan sus vidas, los atenazan. Solo Jesús puede salvarlos, pero necesita saber “el nombre” para actuar.

Y es que el mal, el pecado nunca es anónimo, sino muy personal. Afecta a nuestra conciencia, nuestro ser más profundo. Es desde allí donde podemos reconocerlo, decir su nombre, sus nombres y pedir al Señor que nos libere. Y no es fácil porque no pocas veces están tan aferrados a mi voluntad, me resultan tan cotidianos que no consigo darme cuenta... Esto significa vivir entre sepulcros. Es necesario dirigir la mirada y el corazón al Señor que viene a mi orilla.

Pero la consecuencia final de todo ello no es siempre el agradecimiento. Los porquerizos le piden que se vaya. Estaban “espantados”. A veces preferimos convivir con el mal que tratar de combatirlo, dejamos que, poco a poco, vaya apoderándose de nuestro corazón. A veces incluso y, lamentablemente, perdemos o queremos perder de nuestro horizonte a Dios y “vivir tranquilos”

Por eso Jesús le pide a los que ha salvado que, en vez de embarcarse con él, sean sus discípulos entre la gente del lugar. Todo un mensaje a los que formamos la Iglesia para que seamos conscientes de cuales son nuestros campos de misión y ser testigos de la Salvación de Cristo aun en paisajes de muerte por acción u omisión.

Hoy celebra la Iglesia la memoria de San Juan Bosco, todo un referente de la educación cristiana de los jóvenes. Él fue capaz de descubrir la llamada de Jesús a entregar su vida por una juventud incomprendida y falta de valores. No es fácil creer en los jóvenes entonces y ahora. Hace falta mucho amor, paciencia y compartir con ellos un horizonte de esperanza que solo Dios puede otorgar.

Reseña histórica de los Especialistas al celebrar a SAN JUAN BOSCO



 



 

Especialista: “el que cultiva o practica una rama determinada de un arte o una ciencia”. La presencia del especialista en los ejércitos es tan antigua como el primer soldado.

A finales del siglo XIX y principios del XX, como consecuencia del desarrollo de las tecnologías, diversas unidades de las Armas y Cuerpos dan formación específica a alguno de sus componentes de tropa.

En 1932, mediante la Ley de 13 de mayo (C.L. nº 272), se declaran a extinguir los diversos cuerpos político-militares y se crea un cuerpo que se denominará Cuerpo Auxiliar Subalterno del Ejército (CASE).

En el año 1940, por la Ley de 6 de mayo (C.L. nº 157), se crea el Cuerpo de Especialistas de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire. El mismo año, se publica un Reglamento que rige las Escuelas de Aprendices de Fábricas Militares cuya misión es instruir obreros en diversos oficios que atañen a la industria militar. Los alumnos son niños que ingresan con una edad entre 14 y 16 años.

En el año 1974, mediante la Ley 13/1974 de 30 de marzo (BOE nº 78, de 1 de abril), se organizan las Escalas Básica de Suboficiales y Especial de Jefes y Oficiales del Ejército de Tierra. Dentro de estas escalas se crea el Cuerpo de Especialistas.

La incorporación de la mujer al ejército se produce en el año 1988 con la publicación del Real Decreto 1/1988 de 12 de febrero. A partir de entonces se han formado cientos de mujeres especialistas que desempeñan misiones en las unidades del Ejército de Tierra.



EL CUERPO DE ESPECIALISTAS

El Cuerpo de Especialistas del Ejército de Tierra queda constituido como tal, al entrar en vigor la Ley 17/89, de 19 de julio, Reguladora del Régimen del Personal Militar, integrándose en él la Escala Media (actualmente denominada Escala de Oficiales), en sus empleos de alférez a Teniente Coronel, y la Escala Básica de Suboficiales (actualmente denominada Escala de Suboficiales), en los empleos de Sargento a Suboficial Mayor.

En la Escala Media se integran: La Escala Especial de Jefes y Oficiales Especialistas, de Intendencia, de Sanidad, de Farmacia y de Veterinaria.

En la Escala Básica se integran: El Cuerpo Auxiliar de Suboficiales Especialistas, el de Suboficiales de Intendencia, de Sanidad, de Farmacia, de Veterinaria, Agrupación Obrera y Topográfica del Servicio Geográfico, la Escala Básica de Suboficiales Especialistas, de Intendencia, de Sanidad y de Farmacia y los Sargentos de Complemento de Mantenimiento procedentes de los IPE’s.

Se estableció igualmente el emblema que portarían ambas Escalas: Un Águila Azorada, de plata, con una espada de igual metal en sus garras y un listón de pico con el lema “PERITIA PERITIS”, (maestro de maestros). En años posteriores sufrió una ligera transformación, modificándose el color plata por el de oro. 

Con la publicación en el Boletín Oficial del Estado nº 278 de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar, el Cuerpo de Especialistas se integra en el Cuerpo General que la propia Ley acaba de crear, propiciando su desaparición como tal Cuerpo tras dieciocho años de existencia, habiendo escrito una página inolvidable en el libro de la historia de nuestras Fuerzas Armadas.

Dentro de este Cuerpo General, es la actual Agrupación de Especialidades Técnicas, quien recoge el testigo del Cuerpo de Especialistas, siendo la Academia de Logística y antes los Institutos Politécnicos, los Centros de Formación donde sus componentes se formaron y a su vez forjaron su futuro. La Academia de Logística constituye actualmente el hilo conductor de los anhelos de todos sus miembros.

Santoral: San Juan Bosco, patrón de los especialistas del Ejército

Juan Melchor Bosco Ochienna, conocido popularmente como Don Bosco, nació en I Becchi en 1815 y murió en Turín en 1888.

Sacerdote y pedagogo italiano, fundador de la orden salesiana. Hijo de un humilde matrimonio campesino, su niñez fue dura, perdió a su padre y tuvo que trabajar para sacar adelante su familia y estudiar en el liceo para ser sacerdote.




En 1835 ingresó en el seminario arzobispal de Turín, y en 1841 fue ordenado sacerdote. Ya por entonces sentía una viva preocupación por la suerte de los niños pobres de los barrios obreros de Turín, que vivía por aquellos años el auge de la Revolución Industrial, y particularmente por su imposibilidad de acceso a la educación. Inspirándose en San Felipe Neri y en el prelado francés San Francisco de Sales, en 1844 fundó el Oratorio de San Francisco de Sales, cuya sede fijó dos años después en una casa de la periferia. 

Estableció luego las bases de la Congregación de los sacerdotes de San Francisco de Sales, o salesianos (1851), aprobada en 1860, y de su rama femenina, el Instituto de Hijas de María Auxiliadora. Tales instituciones, dedicadas a la enseñanza de los niños pobres, se desarrollaron con rapidez gracias al impulso de uno de los grandes pedagogos del siglo XIX. Además de recibir una educación cristiana, los alumnos podían familiarizarse e instruirse en diversos oficios, razón por la que se ha visto en Don Bosco a uno de los precursores de la moderna formación profesional. Desde el punto de vista metodológico, Don Bosco implantó lo que él mismo denominaba «sistema preventivo», frente al sistema represivo tradicional.

La orden salesiana alcanza hoy en día 17.000 centros en 105 países, con 1.300 colegios y 300 parroquias, mientras que el instituto femenino de María Auxiliadora (las Hermanas Salesianas) posee 16.000 centros en 75 países, dedicados a la educación de la juventud pobre.

Ya en vida de Don Bosco las instituciones por él fundadas llegaron a reunir más de cien mil niños pobres bajo su protección; su fama como educador y como santo favoreció su relación con importantes personalidades de su tiempo (entre ellas el monarca italiano Víctor Manuel II y los papas Pío IX y León XIII) y el apoyo a su labor filantrópica.

Además de su labor educadora y fundadora, San Juan Bosco publicó más de una cuarentena de libros teológicos y pedagógicos, entre los cuales cabe destacar El joven instruido, del que se llegaron a publicar más de cincuenta ediciones y un millón de ejemplares sólo en el siglo XIX. 

Basílica Mª Auxiliadora
Turín
El propio santo se encargó también de compilar y editar los llamados Sueños de Don Bosco, un total de 159 sueños en ocasiones premonitorios que tuvo a lo largo de su vida, el primero de ellos a los nueve años. Cuenta Don Bosco que, a esa edad, soñó que se hallaba en el patio de un colegio y que se lanzaba a puñetazos contra un grupo de muchachos que «decían malas palabras». Apareció entonces Jesucristo, quien le indicó que los vencería «no con puños, sino con amabilidad», y luego la Virgen María, que anticipó su destino de educador: su misión sería llevar la mansedumbre a los niños, una vez se hubiera hecho él mismo «humilde, fuerte y robusto».

San Juan Bosco murió la madrugada del 31 de enero de 1888 en Turín. Durante tres días, la ciudad piamontesa desfiló ante su capilla ardiente, a cuyo entierro acudieron más de trescientos mil fieles. Fue beatificado en 1929 y canonizado en 1934, durante el pontificado de Pío XI; para su canonización se presentaron seiscientos cincuenta milagros obrados por él. Su festividad se conmemora el día de su fallecimiento, el 31 de enero.

Apoya nuestra labor de ayuda a las familias más afectadas

Situación actual de la crisis

Ha pasado un año desde que, en marzo de 2020, el Gobierno de la Nación declarase el estado de alarma para combatir el impacto de la pandemia del Covid-19. 

En aquellos momentos las previsiones emitidas tanto por organismos internacionales, el propio Fondo Monetario Internacional o la Unión europea, como por los propios expertos nacionales indicaban que se podrían producir situaciones de necesidad incluso más profundas que aquellas que originó la crisis de 2008.

Ante esa situación, el Presidente de Cáritas Castrense y Arzobispo Castrense don Juan del Rio, fallecido a consecuencia del Covid-19 (q.e.p.d.), encomendó a Cáritas Castrense la misión de crear un fondo de emergencia con el fin de paliar las necesidades que se produjeran.

Cáritas Castrense, organismo oficial del Arzobispado Castrense de España constituido para promover la acción caritativa y social, inició todas las acciones necesarias para llevar a cabo la iniciativa lo antes posible, pudiendo así comenzar con las primeras ayudas en el mes de junio del 2020. 

En los momentos actuales a los efectos derivados de la “no concluida” crisis sanitaria se han sumado los de la crisis económica y social que se predecían .

Por todo ello las necesidades que llevaron a la creación del “Granero de José” no han finalizado y ahora son indispensables para muchas personas.

Damos las GRACIAS a todas las personas, organismos e instituciones que desde entonces están colaborando con esta campaña.


“Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número. Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto. Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan”

 (Gn, 41, 53ss)







Queridos hermanos y amigos.

Durante los últimos meses hemos visto como nuestras vidas se transformaban para enfrentarnos al COVID-19 y sus trágicas consecuencias, no solo sanitarias, sino también sociales y económicas, cambiando nuestras costumbres cotidianas.

Todos conocemos el caso de un ser querido y cercano que ha sucumbido ante las perniciosas consecuencias de la pandemia, pérdidas irreparables que nos han atormentado y creado un gran dolor al que enfrentamos nuestra oración y el saber que a todos nos llegará la resurrección ante nuestro Señor.

Las familias han sufrido la desgarradora muerte de algún ser querido, amigo o conocido. Pero el drama también se ha plasmado en el día a día cuando los puestos de trabajo han desaparecido o han sufrido una merma notable de los ingresos provocando un gran quebranto en los hogares.

Para enfrentar esas necesidades nació “El Granero de José” que gestiona Cáritas Castrense con el objetivo de paliar las penurias de los más necesitados en aspectos como la vivienda, la sanidad, la educación y los suministros del hogar. Esenciales para mantener el nivel de vida de las familias y su dignidad, elemento esencial para que una persona de sienta en plenitud.

Desde el inicio “El Granero de José” fue diseñado para que no existieran trabas burocráticas y que su gestión fuese prácticamente automática desde la petición de ayuda que la inician los capellanes castrenses.

Desde está página os animo a todos a llenar este “Granero de José” para poder repartir entre quien lo necesita y ejercer con generosidad la caridad hacia el prójimo.

Muchas gracias por vuestra colaboración, Dios os lo pague.

Carlos Jesús Montes Herreros
Ordinario Castrense de España



Necesitamos tu apoyo urgente


Con el referente de la figura de José en Egipto, se creará un “granero” (Cf. Génesis 41, 56) que, a modo de fondo de emergencia, constituido por los donativos de personas físicas o jurídicas, permita paliar con inmediatez las necesidades más básicas generadas por la crisis del Covid-19.



Se pondrá especial atención en cubrir necesidades como:
• Alimentación 
• Medicina 
• Vivienda y suministros servicios (agua; luz; gas etc.)
• Académicos/escolarización
• Cualquier otra actividad que tienda a cubrir necesidades básicas.

Ayudar y alentar a las CPC, extendidas por el territorio nacional y al resto de capellanes que no tienen CPC en sus unidades, bases o acuartelamientos en la consecución de los mismos fines anteriormente mencionados.



Gracias por apoyarnos en esta campaña en pro de los más desfavorecidos

domingo, 30 de enero de 2022

Domingo IV del Tiempo Ordinario

Primera lectura
Lectura del Profeta Jeremías 1, 4-5. 17-19


En los días de Josías, el Señor me dirigió la palabra:
«Antes de formarte en el vientre, te elegí;
antes de que salieras del seno materno, te consagré:
te constituí profeta de las naciones.
Tú cíñete los lomos:
prepárate para decirles todo lo que yo te mande.
No les tengas miedo,
o seré yo quien te intimide.
Desde ahora te convierto en plaza fuerte,
en columna de hierro y muralla de bronce,
frente a todo el país:
frente a los reyes y príncipes de Judá,
frente a los sacerdotes y al pueblo de la tierra.
Lucharán contra ti, pero no te podrán,
porque yo estoy contigo para librarte
—oráculo del Señor—».



Salmo 70

R/. Mi boca contará tu salvación, Señor.

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre.
Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído y sálvame.

R/. Mi boca contará tu salvación, Señor.

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa.

R/. Mi boca contará tu salvación, Señor.

Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías.

R/. Mi boca contará tu salvación, Señor.

Mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación,
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas.

R/. Mi boca contará tu salvación, Señor.



Segunda lectura
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12, 31 - 13, 13


Hermanos:
Ambicionad los carismas mayores. Y aún os voy a mostrar un camino más excelente.

Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde.

Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.

Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría.

El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca.

Las profecías, por el contrario, se acabarán; las lenguas cesarán; el conocimiento se acabará.

Porque conocemos imperfectamente e imperfectamente profetizamos; mas, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará.

Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño.

Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es ahora limitado; entonces conoceré como he sido conocido por Dios.

En una palabra, quedan estas tres: la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor.



Lectura del santo Evangelio según San Lucas 4, 21-30

En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca.
Y decían:
«¿No es este el hijo de José?».
Pero Jesús les dijo:
«Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”, haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».
Y añadió:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.


Comentario

Para comprender el evangelio de hoy hay que comenzar por recordar el evangelio del pasado domingo. Jesús, en la Sinagoga de Nazaret, lee un texto del profeta Isaías, que habla del Espíritu que ha enviado al profeta a anunciar la buena noticia a los pobres y “el año de gracia del Señor”. Tras realizar la lectura, Jesús se dirige a las personas que hay en la Sinagoga y afirma: “hoy se cumple esta Escritura”. Hoy, o sea, aquí y ahora. En Jesús se cumple esta Escritura. Él es quién trae buenas noticias para los pobres y anuncia el amor gratuito e incondicional de Dios para todos y cada uno de los seres humanos.

El evangelista narra luego la reacción de la gente. Es una pena que la traducción que hemos leído no mantenga la ambigüedad de los dos verbos griegos que describen esa reacción. Son verbos que pueden entenderse en un doble sentido. En realidad, habría que traducir que la gente “daba testimonio” y estaba “extrañada”. Se puede dar testimonio a favor o en contra; y estar extrañado agradable o desagradablemente. La conclusión del relato (los nazarenos, furiosos, pretenden despeñar a Jesús) nos obliga a pensar que la gente daba testimonio contra él, porque se quedó desagradablemente sorprendida de lo que estaba ocurriendo. Lo que ocurría es que Jesús había manipulado la lectura del texto del profeta Isaías, que los oyentes conocían muy bien.

El texto de Isaías después de hablar del año de gracia del Señor, habla del “día de la venganza de nuestro Dios”. Por eso los nazarenos se extrañaban de que Jesús solo hubiera pronunciado las palabras sobre la gracia. Ellos esperaban la frase de Isaías que venía a continuación del texto que Jesús leyó: “el día de la venganza de nuestro Dios”. Este deseo de venganza encajaba perfectamente con la situación que aquella gente vivía, pues el imperio romano ocupaba el país y les oprimía. Pero en el mensaje de Jesús no tiene cabida la idea del castigo ni el deseo de venganza.

También hoy nosotros debemos estar atentos a nuestros deseos de venganza, a nuestros rencores, rencores que, a veces, son muy lógicos y comprensivos. Pero un cristiano no puede vivir con un corazón lleno de odio. Entre otras cosas porque el odio a quién hace daño, en primer lugar, es al que odia. El primer beneficiario del perdón es el que perdona. Pero la razón principal está en que un cristiano quiere identificarse con Cristo. Por eso la norma de su vida es el perdón y la misericordia. Así se realiza lo que hemos escuchado en la segunda lectura: el amor disculpa sin límites, aguanta sin límites.

El final del evangelio debería hacernos pensar. Jesús, cuando la gente furiosa pretende despeñarlo, “se abrió paso en medio de ellos y se alejaba”. Cuando no acogemos el mensaje de la gracia, cuando no vivimos en el amor, cuando la misericordia desaparece de nuestro corazón, Jesús se aleja de nosotros. Porque Jesús resucitado sólo se hace presente dónde hay perdón, misericordia y amor. Eso no significa que aprobemos la injusticia o la mentira. Significa que nosotros actuamos siempre desde la verdad, la justicia y el amor, hagan lo que hagan los demás. Para un cristiano, la verdad y la justicia pasan por encima de su comodidad. Eso puede hacerle sufrir, pero en este sufrimiento, llevado por amor, manifiesta tener una gran esperanza, la gran esperanza, la esperanza de que el amor no pasa nunca, porque donde hay amor, allí está Dios.

El amor es la madurez y la perfección de la vida cristiana; es la única realidad humana que trascenderá este mundo pasajero: el amor no pasa nunca.

sábado, 29 de enero de 2022

Evangelio diario: 29-01-2022

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 35-41

Aquel día, al atardecer, dice Jesús a sus discípulos:
«Vamos a la otra orilla».
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar:
«¡Silencio, enmudece!».
El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:
«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?».
Se llenaron de miedo y se decían unos a otros:
«¿Pero quién es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!».




Comentario

El poder de Jesús no tiene límites: domina las fuerzas de la naturaleza, el cuerpo y alma de los hombres. En medio de la tempestad, Jesús estaba dormido en la popa sobre un almohadón, mientras los discípulos remaban desesperadamente. Imagen ésta que refleja bien cómo nuestra situación en ciertos momentos de la vida: mientras nosotros hacemos esfuerzos desesperados por salir de un peligro y sabemos que el Señor está a nuestro lado, nos resulta difícil rechazar el pensamiento o la tentación de imaginar que a Jesús no le importa que nos hundamos.

Pero sí le importa. La prueba de que le importa es que está embarcado en la misma barca que nosotros y sacudido y sacudido por la misma tempestad. El Hijo de Dios se metió en nuestro mundo de alegrías y también de sufrimientos e injusticias. Y fue zarandeado como pocas personas lo han sido. Si se ha embarcado con nosotros, es precisamente para que no nos hundamos. Pero no nos dice hasta cuándo durará la tempestad ni cuándo llegará la calma.

Mientras tanto nos dirige la misma pregunta que aquél día: ¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?

viernes, 28 de enero de 2022

Santoral: Santo Tomás de Aquino

Apoteosis de Santo Tomás - Museo de Bellas Artes de Sevilla
Francisco de Zurbarán (1631)


Santo Tomás de Aquino nace en el castillo de Roccaseca (Italia) el año 1225. Hijo de los condes de Aquino recibe la primera educación religiosa y científica en la abadía de Montecasino, para pasar después a la universidad de Nápoles. Allí el contacto con fray Juan de San Juliano fue causa de que, a sus dieciséis años, frecuentase la comunidad de los hermanos predicadores, siendo el principio de su vocación a la vida apostólica. A los diecinueve años ingresa en la Orden de Predicadores. Esta opción juvenil de Sto. Tomás deberá ratificarla más de una vez; primero, frente a su aristocrática familia que, de novicio, le secuestra y le pone en calabozo durante seis meses en el castillo de Roccaseca; y, posteriormente, frente a los maestros de París, que no le permiten la docencia en la universidad por su condición de fraile mendicante.

Por indicación de Fray Juan Teutónico, Maestro de la Orden, termina sus estudios en París y Colonia, bajo la guía de Fray Alberto Magno, quien le convence de la necesidad de profundizar en Aristóteles, el filósofo de la razón, la razón es don de Dios y a él debe ordenarse.

A los treinta y dos años Tomás de Aquino es maestro de la cátedra de teología de París. En Tomás, la Palabra de Dios en la Escritura tiene la primacía sobre las otras ciencias, y hace de la oración la fuente más fecunda de sus investigaciones. Mientras permanece en París, Tomás y los hermanos Predicadores elaboran en comunidad filosofía y teología, para después hacerla presente en la universidad. Escribe muchas obras que destacan por su profundidad, admirando a maestros y estudiantes por la claridad, la distinción, la sutileza y la verdad con que procedía en la explicación de tantas y tan distintas materias, como son de ver en los cuatro grandes libros que escribió sobre el Maestro de las Sentencias. En estos años dio de sí tales muestras arguyendo, discutiendo y respondiendo que, según el sentir de la universidad, sólo Dios podía dar tanto ingenio, y así era en verdad. Por toda Europa volaba su fama, llevada por los que de todas partes iban a estudiar a la Sorbona y luego regresaban a sus tierras cantando la sabiduría del maestro.

Después de París, impartiría docencia en Roma y en Nápoles, dejando entre otras muchas obras la Suma Teológica.



Santo Tomás de Aquino murió en la abadía de Fossanova el día siete de marzo de 1274 cuando iba de camino al concilio de Lyon. Fue canonizado el dieciocho de julio de 1323 por Juan XXII. San Pío V, el once de abril de 1567, lo declaró Doctor de la Iglesia. León XIII, el cuatro de agosto de 1880, lo proclamó patrón de todas las universidades y escuelas católicas.

Alternó la enseñanza con la predicación. Actuó con eficaces intervenciones ante la curia pontificia en favor de los mendicantes. Destacó por su gran candor de vida y una fiel observancia de la vida conventual. La misión de la Orden, es decir, el ministerio multiforme de la Palabra de Dios en la pobreza voluntaria, en él se centró en una continua dedicación al trabajo teológico; investigar incansablemente la verdad, contemplarla con amor y entregarla a los demás en escritos y en la predicación directa. Empleó su capacidad totalmente al servicio de la verdad, ansioso de encontrarla, recibiéndola de donde quiera que viniese y participarla a los demás.

Tuvo siempre un comportamiento humilde y cordial. Su obra demuestra la estrecha coherencia entre la razón humana y la divina revelación.

Santo Tomás de Aquino fue muy devoto de Cristo Salvador, especialmente de la cruz y de la eucaristía, que exaltó en sus composiciones litúrgicas para la fiesta del Corpus Christi. Tuvo una ferviente devoción filial a la Madre de Dios, la Virgen María.


Frases célebres de Santo Tomás


“Justicia sin misericordia es crueldad.”

“El pecado ofende a Dios, lo que perjudica al hombre.”

“Los seres dotados de inteligencia desean existir siempre y un deseo natural no puede existir en vano.”

“Creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia.”

“Teme al hombre de un solo libro.”

“Lo que se recibe, se recibe al modo del recipiente.”

“La justicia es la firme y constante voluntad de dar a cada uno lo suyo.”

“Tratad a los demás como deseáis que los demás os traten a vosotros.”

“El ser de las cosas, no su verdad, es la causa de la verdad en el entendimiento.”

“A todo movimiento de la voluntad es necesario que le preceda un conocimiento. Pero no a la inversa: no a todo conocimiento precede una noción voluntaria.”

“El derecho es lo justo o ajustado a otro conforme cierta clase de igualdad.”

“Dios, que es acto puro y no tiene nada de potencialidad, tiene un poder activo infinito sobre las demás cosas.”

Evangelio diario: 28-01-2022

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 26-34

En aquel tiempo, Jesús decía al gentío:
«El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega».
Dijo también:
«¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra».
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.


Comentario

Dado que ya hace tiempo que caminamos por la vida acompañados de Cristo Jesús, el que nos ha llamado a seguirle y a predicar su evangelio, sabemos por experiencia que lo nuestro es trabajar con él. Que él tiene su parte y nosotros la nuestra. Que nosotros solos con nuestras propias fuerzas no podemos hacer nada: “Sin mí no podéis hacer nada”. Él sigue siendo el protagonista de nuestra vida y de nuestra actuación.

Las parábolas del evangelio de hoy insisten en el papel de Dios. Es Él el que da el crecimiento, el que hace que la semilla del Reino de Dios vaya germinando después de que el sembrador haya echado la simiente en la tierra.

Hay momentos en que los cristianos tenemos que parar en nuestra actividad evangelizadora, dormir de noche, sabiendo que “la semilla germina y va creciendo sin que el sembrador sepa cómo”. San Pablo nos dice lo mismo: “Pablo plantó, Apolo regó, pero el que da el crecimiento es Dios”. Dejemos a Dios hacer su tarea, que es la principal. Hagamos la nuestra: sembrar, abonar, cuidar la tierra sembrada, acoger a Cristo, cultivar la amistad con Él, seguir sus indicaciones, predicar y ser testigos de su evangelio, dormir, descansar. Además de la colaboración de los hermanos, lo nuestro siempre es cosa de dos…

jueves, 27 de enero de 2022

La "Shoah" no debe ser olvidada



Yad Vashem, el Museo del Holocausto en Jerusalén




La Subcomisión Episcopal para Relaciones Interconfesionales y Diálogo Interreligioso ha hecho pública una nota con motivo del Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, hoy, jueves 27 de enero de 2022. 

La «Shoah» no debe ser olvidada, es el título que encabeza este escrito. 




La «Shoah» no debe ser olvidada 
(texto íntegro)


El 27 de enero de 1945 más de 7.000 prisioneros fueron liberados del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Junto al pueblo judío, queremos hacer hoy memoria de tantos hermanos nuestros que fueron exterminados y afirmar una vez más que la Shoah no debe ser olvidada. Así lo afirma el Papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti; «Es el símbolo de hasta dónde puede llegar la maldad del hombre cuando, alimentada por falsas ideologías, se olvida de la dignidad fundamental de la persona, que merece respeto absoluto independientemente del pueblo al que pertenezca o la religión que profese» (Fratelli tutti, 247).

La humanidad y especialmente las nuevas generaciones no pueden perder la memoria de las persecuciones o las matanzas étnicas acontecidas en tantos países, que nos avergüenzan. Sin ella no se puede construir un futuro más justo y más fraterno. «Nunca se avanza sin memoria, no se evoluciona sin una memoria íntegra y luminosa» (Fratelli tutti, 249).

Uniéndonos al dolor de nuestros hermanos judíos, elevamos así nuestra plegaria: «Acuérdate de nosotros en tu misericordia. Danos la gracia de avergonzarnos de lo que, como hombres, hemos sido capaces de hacer, de avergonzarnos de esta máxima idolatría, de haber despreciado y destruido nuestra carne, esa carne que tú modelaste del barro, que tú vivificaste con tu aliento de vida. ¡Nunca más, Señor, nunca más!» (Fratelli tutti, 247).


Madrid, 27 de enero de 2022
Subcomisión Episcopal para Relaciones Interconfesionales y
Diálogo Interreligioso


Evangelio diario: 27-01-2022

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 21-25

En aquel tiempo, Jesús dijo al gentío:
«¿Se trae la lámpara para meterla debajo del celemín o debajo de la cama?, ¿no es para ponerla en el candelero? No hay nada escondido, sino para que sea descubierto; no hay nada oculto, sino para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga».
Les dijo también:
«Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene».




Comentario

Jesús sigue con su discurso en forma de parábolas. La que encontramos en la lectura de hoy quizás tenga alguna dificultad de interpretación mayor que las anteriores. Es manifiesto que el candil es para alumbrar. Si no lo hace, está de sobra. La dificultad está en la frase: “si se esconde algo es para que se descubra; si algo se hace a ocultas es para que salga a la luz”. La frase siguiente puede manifestar que el mismo Jesús preveía que no era fácil entender lo que decía. “El que tenga oídos para oír que oiga”. ¿Quién tiene oídos para oír?

Tenemos que plantearnos si tenemos oídos para oír, abiertos a oír; quizás lo que no nos gustaría oír, porque nos sacaría de una ignorancia agradable, querida, que nos hacía la vida más fácil, más cómoda. ¿Tenemos oídos para oír lo que a la luz del Evangelio nos dice Dios? ¿Tenemos oídos para oír lo que el prójimo nos dice con palabras, con la vida? Quizás si oyésemos a Dios y al otro, saldría a la luz lo que tenemos escondido.

Puede que tengamos ya ideas sólidas, juicios contundentes, sobre los demás, que no se quiere que se pongan en cuestión. Pues bien, atendamos a las palabras de Jesús: “la medida que uséis la usarán con vosotros y con creces”. ¿No es una clara invitación a que antes de juzgar negativamente al otro, tratemos de comprenderlo; de tener oídos a lo que puede decirnos?

“Al que no tiene se le quitará lo que tiene”. Expresión que aparece en la parábola de los talentos, referida a quien recibió un talento, y lo enterró en vez de ponerlo a producir. El avaro no tiene, es tenido por el dinero. Lo perderá, lo tiene perdido, porque, por no gastarlo, ni para sí lo usa.

miércoles, 26 de enero de 2022

Santoral: San Timoteo y San Tito



Las principales y más firmes fuentes para conocer sus vidas son los escritos neotestamentarios; de modo particular, los Hechos de los Apóstoles y las tres cartas canónicas, llamadas «pastorales» de las que uno y otro son destinatarios.

Ambos son discípulos del Apóstol Pablo, tomados por él para incorporarlos a su acción evangelizadora. Sus figuras son importantes; ayudan a conocer la evolución del episcopado a partir de los Apóstoles. Son como el eslabón de la cadena que une al obispo itinerante con el obispo sedentario que ya aparece con san Ignacio de Antioquía. Predican al Señor, celebran los misterios, atienden a las comunidades dispersas por un amplio territorio, ordenan presbíteros para atender a las distintas iglesias que comienzan a organizarse y se encargan de velar por la fe y las costumbres de los que se han bautizado para vivir según el espíritu que dejó el Señor.

De los dos, Timoteo es el discípulo predilecto. Una tradición venerable y antigua afirma que murió mártir en la persecución de Domiciano; pero el principal eco que resuena es el de discípulo fiel, compañero, colaborador y quasihijo de Pablo.

Nació en Asia Menor, en la provincia de Licaonia, cuya capital era Iconio. En el año 48, Pablo y Bernabé tuvieron que salir huyendo de allí, a pesar de que Pablo curara milagrosamente a un paralítico y se les llegara a confundir con los dioses Zeus y Apolo por los sacerdotes del templo pagano, que estuvieron a punto de ofrecerles un sacrificio; los judíos promovieron un tumulto, Pablo y Bernabé escaparon malheridos, contentos de haber sufrido persecución por Jesús y llegaron a Listra donde conocieron a las piadosas judías Loida y a su hija Eunice, que estaba casada con un griego pagano y era la madre de Timoteo. Posiblemente, Pablo los bautizó en aquella ocasión, cuando hacía su primer viaje apostólico.

Durante el segundo viaje, Pablo pensó en Timoteo como un posible colaborador, apareciendo como compañero leal e inseparable en las correrías por Frigia y Galacia; lo llevó también con él cuando pasó a Europa para predicar en Filipos, Berea y Atenas. Le encomendó varias misiones para atender a las iglesias ya fundadas, alguna de ellas, delicada, como la de Macedonia. Timoteo acompañó a Pablo en la primera prisión en Roma y le acompaña después de su puesta en libertad hasta que se le encargó de la atención de Éfeso y sus alrededores con amplios poderes de supervisión.

Desde Macedonia escribirá Pablo la primera carta al joven obispo pidiéndole que cuide su salud algo delicada y dándole excelentes consejos prácticos. La segunda carta se la escribirá desde Roma durante su segunda y definitiva prisión antes de su muerte, dejando desahogar su corazón de padre y haciéndole ver la soledad y abandono en que ha quedado.

De la vida posterior de Timoteo no sabemos gran cosa, salvo las afirmaciones de Eusebio; parece que continuó como de obispo en Éfeso con la autoridad propia de un metropolita actual sobre Asia Menor.

De Tito, tenemos menos datos. Es otro obispo-eslabón. Pablo mantiene con su discípulo contacto epistolar en el que le da instrucciones sobre las cualidades que debe prever tengan los futuros candidatos al orden sacerdotal para que su misión no sea restada por cargas personales, al tiempo que le orienta sobre las maneras prácticas de comportamiento con los fieles y el modo de actuar con aquellos que, ya cristianos, enseñan doctrinas no compatibles con lo que enseñó Jesús.

Fue uno de los discípulos más apreciados por Pablo; nació en el seno de una familia pagana y muy probablemente fue el mismo Apóstol quien lo convirtió a la fe. Pablo le confió misiones de importancia, entre las que cabe destacar el envío a Corinto, llevando desde Éfeso la carta llamada «de las lágrimas», para intentar pacificar a aquella comunidad inquieta y tan difícil que ya san Pablo daba por perdida para la fe; con un alarde de habilidad, tacto y paciencia supo reducirlos a la obediencia.

Obispo de Creta, lo tuvo bien difícil por el carácter levantisco y díscolo de los habitantes de la isla; pero lo que más le hizo sufrir fue el permanente acoso de los judeocristianos. De ahí la carta que Pablo le escribió para darle apoyo y las oportunas instrucciones.

Ambos fueron testigos del afán apostólico del infatigable Apóstol de los gentiles, los dos vieron sus sufrimientos en la cristianización del mundo, los dos le ayudaron en la tarea de extender el Evangelio, y los dos aprendieron de él la fidelidad. Por último, los dos constituyen un exponente de la sucesión apostólica en los primeros tiempos.

Evangelio diario: 26-01-2022

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 1-20

En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó, y el gentío se quedó en tierra junto al mar.

Les enseñó muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos:
«Escuchad: salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, la ahogaron y no dio grano. El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno».
Y añadió:
«El que tenga oídos para oír, que oiga».
Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
Él les dijo:
«A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que “por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”».
Y añadió:
«¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra enseguida la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno».




Comentario

Celebramos hoy la fiesta de estos dos discípulos de Pablo: Timoteo y Tito. A Tito le exhorta, cómo no, a predicar el evangelio: “Cuanto a ti, habla lo que es conforme a la sana doctrinada”. Lo doctrinal, siempre está presente en las cartas de San Pablo. En esta, que dirige a Timoteo, todas sus expresiones doctrinales están matizadas por su corazón, por el gran cariño que le tiene. “Sin cesar hago memoria de ti en mis oraciones noche y día, deseoso de verte, acordándome de tus lágrimas, para llenarme de gozo”.

Le recuerda también que fue él quien le impuso las manos para recibir el sacerdocio, y le exhorta a que no deje apagar sino a que reavive los dones necesarios recibidos de parte de Dios para vivirlo bien. Entre otros dones, le regaló un espíritu de fortaleza, de amor y de templanza para que no viva atemorizado y con miedo. Apoyándose en el “poder recibido de Dios”, no tiene que avergonzarse ni de Pablo ni, por supuesto, del Señor Jesús. Y predicar el evangelio, la mejor noticia que puede ofrecer a sus destinatarios.

Conectando estas palabras de Pablo dirigidas a Timoteo con la parábola del sembrador del evangelio de hoy, vemos que la vida real de los sembradores del evangelio es más dura que la de los sembradores de la semilla. Por sembrar el evangelio San Pablo está encarcelado, y recuerda a Timoteo que tiene que soportar los trabajos por causa del evangelio… pero ellos vivieron con entusiasmo su labor de sembradores de la buena noticia, “por la gracia que nos fue dada desde la eternidad en Cristo Jesús”. No pueden callarse, tienen que seguir predicando, les suceda lo que les suceda, no solo porque Jesús se lo ha pedido, sino porque es la mejor noticia que se puede ofrecer a cualquier persona para que viva su vida son gozo, con sentido, son esperanza.

En esta fiesta de Timoteo y Tito hemos insistido en los sembradores, pero la parábola evangélica insiste más en los que reciben la semilla sembrada. De ellos va a depender principalmente que dé frutos y no quede estéril. Esa es nuestra tarea: hacer germinar en nosotros el recibido regalo del evangelio. 

martes, 25 de enero de 2022

Santoral: Conversión de San Pablo

Conversión de San Pablo - Museo Cerralbo (Madrid)
Juan Antonio Frías y Escalante (1650)


En el capítulo 9 del libro de los Hechos de los Apóstoles, se narra la Conversión de San Pablo:

"Saulo, respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas de recomendación para las sinagogas de los judíos de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores de Cristo, los pudiera llevar presos y encadenados a Jerusalén.

Y sucedió que yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo; cayó en tierra y oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?". El respondió: ¿Quién eres tú Señor? Y oyó que le decían: "Yo soy Jesús a quien tú persigues. Pero ahora levántate; entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tendrás que hacer".

Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron de la mano y lo hicieron entrar en Damasco. Pasó tres días sin comer y sin beber.

Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: ¡Ananías! El respondió: "Aquí estoy Señor" y el Señor le dijo: "Levántate. Vete a la calle Recta y pregunta en la casa de Judas por uno de Tarso que se llama Saulo; mira: él está en oración y está viendo que un hombre llamado Ananías entra y le coloca las manos sobre la cabeza y le devuelve la vista.

Respondió Ananías y dijo: "Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los males que ha causado a tus seguidores en Jerusalén, y que ha venido aquí con poderes de los Sumos Sacerdotes para llevar presos a todos los que creen en tu nombre".

El Señor le respondió: "Vete, pues a éste lo he elegido como un instrumento para que lleve mi nombre ante los que no conocen la verdadera religión y ante los gobernantes y ante los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre".

Fue Ananías. Entró en la casa. Le colocó sus manos sobre la cabeza y le dijo: "Hermano Saulo: me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías. Y me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo". Al instante se le cayeron de los ojos unas como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Tomó alimento y recobró las fuerzas.

Conversión de San Pablo - Museo Nacional Del Prado
Bartolomé Esteban Murillo (1675-1682)


Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y enseguida se puso a predicar en favor de Jesús, en las sinagogas o casas de oración, y decía que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que lo escuchaban quedaban admirados y decían: ¿No es éste el que en Jerusalén perseguía tan violentamente a los que invocaban el nombre de Jesús? Y ¿No lo habían enviado los Sumos Sacerdotes con cartas de recomendación para que se llevara presos y encadenados a los que siguen esa religión? "Pero Saulo seguía predicando y demostraba a muchos que Jesús es el Mesías, el salvador del mundo".

Saulo se cambió el nombre por el de Pablo. Y en la carta a los Gálatas dice: "Cuando Aquél que me llamó por su gracia me envió a que lo anunciara entre los que no conocían la verdadera religión, me fui a Arabia, luego volví a Damasco y después de tres años subí a Jerusalén para conocer a Pedro y a Santiago". Las Iglesias de Judea no me conocían pero decían: "El que antes nos perseguía, ahora anuncia la buena noticia de la fe, que antes quería destruir". Y glorificaban a Dios a causa de mí.

Evangelio diario: 25-01-2022

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18

En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo:
«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. 
El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. 
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».





Comentario

Celebramos hoy la fiesta no de San Pablo sino de la conversión de San Pablo. El hecho más determinante de su vida, que se divide en un antes y un después de este encuentro con Cristo Jesús.

Muchas de sus expresiones nos revelan el vuelco de su vida y lo cogido que quedó su corazón después del brusco y, a la vez, reconfortante encuentro con Jesús. Llega a decir: “Para mí, la vida es Cristo”. Por eso, con expresiones fuertes, viviendo lo que ahora vive, nos dice: “Lo que era para mí ganancia, lo reputo ahora por Cristo como una pérdida. Es más, todo lo tengo por pérdida a causa del sublime conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor por quien todo lo sacrifiqué y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”.

No le entraba en la cabeza que alguien después de conocer a Cristo le diese la espalda: “!Oh insensatos gálatas! ¿Quién os fascinó a vosotros, ante cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado?

Desde el día de su conversión, San Pablo tiene grabado a fuego en su corazón que nunca se puede separar el amor a Dios, a Cristo, del amor a los hermanos. Persiguiendo a los cristianos oye la voz del Señor: “Yo soy Jesús Nazareno a quien tu persigues”.

Pablo predica a Cristo y su evangelio y quiere extenderlo a judíos, a gentiles, a todo el mundo “Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación”, porque sabe que el evangelio es “poder y salvación” para todos los que lo aceptan. La segunda parte de su vida, Pablo la dedicó a predicar el evangelio y no fue un camino de rosas, pero Cristo le dio fuerzas para enfrentarse a todo lo que tuviera que enfrentarse: “peligros de ríos, de ladrones, de los de mi linaje, peligros de los gentiles, en la ciudad, en despoblado, en el mar, peligros entre falsos hermanos… trabajos fatigas, vigilias, ayunos”. Él sabía donde tenía que apoyarse: “Todo lo puedo en aquel que me conforta”. A Pablo, Cristo, el amor de Cristo, le cambió la vida… y en medio de tantas adversas circunstancias por extender su buena noticia caminaba seguro: “Sé de quien me he fiado”.