jueves, 6 de enero de 2022

Evangelio diario: 06-01-2022

Lectura del santo evangelio según san Mateo 2, 1-12

Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo».
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y toda Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenia que nacer el Mesías.

Ellos le contestaron:
«En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta:
“Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres ni mucho menos la última
de las poblaciones de Judá,
pues de ti saldrá un jefe
que pastoreará a mi pueblo Israel”».
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:
«Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo».
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.

Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con Maria, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.

Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino.





Comentario

Epifanía es la escenificación del solemne prólogo del evangelio de San Juan. La Palabra que estaba junto a Dios y era Dios se manifestó -eso significa Epifanía- a los suyos. Descendió y asumió lo humano y acampó entre los hombres. Y a cuantos lo recibieron ─como es el caso de aquellos magos─ les dio el poder de ser hijos de Dios.

La Epifanía celebra que tenemos una nueva familia: la de quienes han nacido de Dios. Y ese Dios, a quien nadie había visto jamás, se dio a conocer a todos los que vagamos por el mundo tras las estrellas de cada momento, cual magos errantes. Se nos ha señalizado cuál es la estrella en que tenemos que fijarnos y se nos ha incitado a seguirla, como a los magos.

Epifanía es, pues, fiesta de la luz. Las fiestas del 25 diciembre y 6 enero son fiestas de la luz. La luz nace en el solsticio de invierno. De ahí se pasa a la luz de Cristo, que es el sol que alumbra nuestras vidas. Ya Isaías anunciaba la salvación de Dios bajo la imagen de la luz: “llega la luz, la gloria del Señor amanece sobre ti¨”; “sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti”. Y los pueblos “caminarán a tu luz”.

Nuestra actitud de acogida del misterio de Navidad debe ser una apertura a la luz. Es el misterio de la iluminación. En la bendición final de la eucaristía se nos recuerda: “Dios os llamó de las tinieblas a su luz admirable y que podamos encontrarnos al final de la vida con Cristo luz de luz”.