jueves, 31 de marzo de 2022

Evangelio diario: 31-03-2022

Lectura del santo evangelio según san Juan 5, 31-47

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí. 
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. 
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. 
Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no lo creéis. 
Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros. 
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ese sí lo recibiréis. 
¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?».




Comentario

En el evangelio de Juan, Jesús aparece defendiendo con energía su misión frente a sus acusadores. Esgrime a su favor cuatro argumentos de peso: el testimonio de Dios, su Padre, el testimonio del Bautista, el prestigioso precursor del Mesías, el testimonio de las mismas obras que realiza en apoyo de su mensaje, y el testimonio de Moisés, que ya había hablado proféticamente de él.

El Padre y Jesús son uno. El testimonio del Padre se revela en Jesús: lo que él dice y hace es un reflejo de la voluntad del Padre que le envió, es la palabra misma del Padre que se hace visible en las palabras del Hijo que habla en Su nombre. La autoridad profética de Juan el Bautista también testifica ante todo el pueblo en favor de Jesús, “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. El testimonio de sus obras es la transparencia en ellas del mismo designio del Padre. Finalmente, las Escrituras, y Moisés en ellas, también dan un testimonio concorde de quién es Jesús y de dónde le viene su misión.

Sólo los que se encierran en sus propias ideas humanas y no se abren al mundo de la fe son los que rechazan cualquier otro testimonio que pueda suponer una presencia de Dios en medio de su vida. Si se excluye a Dios de nuestro horizonte es evidente que no se pueden percibir sus huellas en nuestra historia de cada día: ni Jesús ni su mensaje tienen nada que ver con él.

miércoles, 30 de marzo de 2022

Evangelio diario: 30-03-2022

Lectura del santo evangelio según san Juan 5, 17-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».
Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.

Jesús tomó la palabra y les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro. 
Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. 
Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió. 
En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida. 
En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. 
Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre. 
No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. 
Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió».





Comentario

El evangelista Juan nos presenta muchas veces a Jesús discutiendo con los judíos, también en este pasaje de su evangelio, del que podemos sacar algunas de sus sabrosas enseñanzas. Jesús nos indica cuál es su relación con Dios, es la de ser su Hijo. Algo que a los judíos les quedó claro y les sonó a una auténtica blasfemia. ¿Cómo Jesús, un hombre como ellos, se atrevía a proclamarse como Hijo de Dios? Y querían matare por ello.

Pero Jesús no se desdijo y les fue explicando las consecuencias de la verdad que les acababa de indicar. La primera es que el Padre y él actúan al unísono, por eso, quien honra al Hijo honra al Padre y el poder del Padre es el poder del Hijo. Si el Padre tiene poder de resucitar a los muertos ese mismo poder tiene su Hijo. También nos indica que el Padre ha delegado en el Hijo el poder de juzgarnos, le ha confiado “el juicio de todos”. Esa es nuestra gran suerte. Quien nos va a juzgar al final de nuestra vida no es un juez humano, por justo que sea, sino Jesús, el Hijo de Dios, en el que sobresale ante todo por su amor hacia nosotros, el que nos espera no solo al final de nuestra vida, sino que junto con el Padre, cada día de nuestra vida, viene en nuestra ayuda y nos ofrece su amor y su luz: “Mi Padre sigue actuando y yo también actúo”. 

martes, 29 de marzo de 2022

Evangelio diario: 29-03-2022

Lectura del santo evangelio según san Juan 5, 1-16

Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.

Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.

Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.

Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
«¿Quieres quedar sano?».
El enfermo le contestó:
«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
Jesús le dice:
«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.

Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».
Él les contestó:
«El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».
Ellos le preguntaron:
«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado.

Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.

Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.



Comentario

Un lamento es la respuesta a la pregunta que Jesús realiza: ¿quieres quedar sano? Cómo no va a querer. Hace todo lo que puede, pero no consigue llegar a tiempo. Parece reservado a privilegiados y a un esfuerzo individual insolidario. Jesús es lo contrario a todo eso. Como el agua que brotaba por debajo del umbral de la puerta del templo, en la puerta de la ovejas llevadas al sacrificio, él se llega al hombre postrado en la camilla, le habla y escucha su queja: “Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua...” El dolor de la impotencia y de la insolidaridad. No tengo a nadie. Es la soledad a la que la falta de comunión reduce al ser humano. Sin embargo este hombre, Jesús, está cercano y con sólo su palabra llena de vida, cambiará la existencia de esta persona. “Levántate, toma tu camilla y echa a andar.” le dirá. Si hoy escucháis su voz... Si escuchamos y creemos en la Palabra, veremos su salvación.

Creyó aquella persona a Jesús; se fió de su palabra en la puerta de las ovejas. Por su fe en la palabra, se pone en pie y de ser portado por la camilla, lleva él ahora la camilla. Jesús lo ha liberado. Frente a los que le cuestionan desde la legalidad esclavizante ¿por qué llevas la camilla en sábado? responde la experiencia personal de la salvación: el que me ha curado es quien me ha dicho: Toma tu camilla y echa a andar. Mientras no hay experiencia personal de la obra liberadora de Jesus, no puede darse una respuesta convicente frente al cuestionamiento de la novedad de la existencia cristiana.

No sabía esta persona quién era Jesús, sólo creyó en su palabra. No puede responder, ante quiénes le preguntan, señalando al autor de su sanación. Hace falta tener ese encuentro. Juan termina el relato de este signo, colocando al hombre frente a Jesús y escuchando una advertencia: Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te suceda algo peor. Hay que tener presente la renovación interior es la que permite un cambio radical en las manifestaciones y relaciones humanas. Sin ese cambio interior, personal, nada se renueva en la convivencia y tampoco se transforman las estructuras, personales y sociales. Y esto se produce a partir de este encuentro sanador.

lunes, 28 de marzo de 2022

Evangelio diario: 28-03-2022

Lectura del santo evangelio según san Juan 4, 43-54

En aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado:
«Un profeta no es estimado en su propia patria».
Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.

Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.

Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose.

Jesús le dijo:
«Si no veis signos y prodigios, no creéis».
El funcionario insiste:
«Señor, baja antes de que se muera mi niño».
Jesús le contesta:
«Anda, tu hijo vive».
El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron:
«Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre».
El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.



Comentario

Jesús volvió otra vez a Caná donde en una boda que se les terminó el vino, realizó el primer signo, convirtiendo el agua en vino, iniciando así su vida pública.

Aunque Jesús había afirmado que un profeta no es estimado en su propia Patria, cuando llegó a Galilea, los galileos sí que lo recibieron bien y creyeron en su nombre, probablemente por todo lo que habían visto hacerle en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, a la cual ellos también asistieron.

También en Caná efectuó un segundo signo; a ruegos de un funcionario del Rey Herodes Antipas, probablemente un oficial pagano, que le pidió la curación de su hijo enfermo. Jesús no se encierra en su raza ni en su religión, acoge a todos. El oficial tenía puestas las esperanzas en Jesús, motivo por el cual le pidió un par de veces que le acompañara antes que muriese su hijo, pero Jesús siempre le respondió lo mismo “Vete, que tu hijo vive”. No obstante Jesús añadió como reproche “Si no veis signos y prodigios, no creéis”, lo que también nos dice a nosotros.

Al funcionario le costó ponerse en camino pero al final tuvo fe en Él y marchó hacia su casa. Antes de llegar los criados fueron a buscarle para decirle que su hijo estaba curado y al preguntarles a qué hora se había producido la mejoría, cayó en la cuenta que era la hora en que Jesús le había dicho que su hijo estaba curado, en este momento tuvo la confirmación de su fe “Y creyó él con toda su familia”.

¡Cuántos cristianos limitan su fe, a pedir prodigios y milagros! Quieren que Él escuche su oración, resuelva sus dificultades al momento y haga milagros con sus peticiones.

Este relato del Evangelio de San Juan, nos está enseñando cuál es la única fe que merece tal nombre, la que se apoya en la Palabra de Jesús, la que llega hasta aceptar su persona; nadie más que Jesús da vida; nadie más que Él vence la enfermedad y la muerte.

Apoya nuestra labor de ayuda a las familias más afectadas

Situación actual de la crisis

Han pasado dos años desde que, en marzo de 2020, el Gobierno de la Nación declarase el estado de alarma para combatir el impacto de la pandemia del Covid-19. 

En aquellos momentos las previsiones emitidas tanto por organismos internacionales, el propio Fondo Monetario Internacional o la Unión europea, como por los propios expertos nacionales indicaban que se podrían producir situaciones de necesidad incluso más profundas que aquellas que originó la crisis de 2008.

Ante esa situación, el Presidente de Cáritas Castrense y Arzobispo Castrense don Juan del Rio, fallecido a consecuencia del Covid-19 (q.e.p.d.), encomendó a Cáritas Castrense la misión de crear un fondo de emergencia con el fin de paliar las necesidades que se produjeran.

Cáritas Castrense, organismo oficial del Arzobispado Castrense de España constituido para promover la acción caritativa y social, inició todas las acciones necesarias para llevar a cabo la iniciativa lo antes posible, pudiendo así comenzar con las primeras ayudas en el mes de junio del 2020. 

En los momentos actuales a los efectos derivados de la “no concluida” crisis sanitaria se han sumado los de la crisis económica y social que se predecían .

Por todo ello las necesidades que llevaron a la creación del “Granero de José” no han finalizado y ahora son indispensables para muchas personas.

Damos las GRACIAS a todas las personas, organismos e instituciones que desde entonces están colaborando con esta campaña.


“Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número. Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto. Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan”

 (Gn, 41, 53ss)







Queridos hermanos y amigos.

Durante los últimos meses hemos visto como nuestras vidas se transformaban para enfrentarnos al COVID-19 y sus trágicas consecuencias, no solo sanitarias, sino también sociales y económicas, cambiando nuestras costumbres cotidianas.

Todos conocemos el caso de un ser querido y cercano que ha sucumbido ante las perniciosas consecuencias de la pandemia, pérdidas irreparables que nos han atormentado y creado un gran dolor al que enfrentamos nuestra oración y el saber que a todos nos llegará la resurrección ante nuestro Señor.

Las familias han sufrido la desgarradora muerte de algún ser querido, amigo o conocido. Pero el drama también se ha plasmado en el día a día cuando los puestos de trabajo han desaparecido o han sufrido una merma notable de los ingresos provocando un gran quebranto en los hogares.

Para enfrentar esas necesidades nació “El Granero de José” que gestiona Cáritas Castrense con el objetivo de paliar las penurias de los más necesitados en aspectos como la vivienda, la sanidad, la educación y los suministros del hogar. Esenciales para mantener el nivel de vida de las familias y su dignidad, elemento esencial para que una persona de sienta en plenitud.

Desde el inicio “El Granero de José” fue diseñado para que no existieran trabas burocráticas y que su gestión fuese prácticamente automática desde la petición de ayuda que la inician los capellanes castrenses.

Desde está página os animo a todos a llenar este “Granero de José” para poder repartir entre quien lo necesita y ejercer con generosidad la caridad hacia el prójimo.

Muchas gracias por vuestra colaboración, Dios os lo pague.

Carlos Jesús Montes Herreros
Ordinario Castrense de España



Necesitamos tu apoyo urgente


Con el referente de la figura de José en Egipto, se creará un “granero” (Cf. Génesis 41, 56) que, a modo de fondo de emergencia, constituido por los donativos de personas físicas o jurídicas, permita paliar con inmediatez las necesidades más básicas generadas por la crisis del Covid-19.



Se pondrá especial atención en cubrir necesidades como:
• Alimentación 
• Medicina 
• Vivienda y suministros servicios (agua; luz; gas etc.)
• Académicos/escolarización
• Cualquier otra actividad que tienda a cubrir necesidades básicas.

Ayudar y alentar a las CPC, extendidas por el territorio nacional y al resto de capellanes que no tienen CPC en sus unidades, bases o acuartelamientos en la consecución de los mismos fines anteriormente mencionados.



Gracias por apoyarnos en esta campaña en pro de los más desfavorecidos

domingo, 27 de marzo de 2022

Domingo IV de Cuaresma

Primera lectura
Lectura del Libro de Josué 5, 9a. 10-12


En aquellos días, dijo el Señor a Josué:
«Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto».
Los hijos de Israel acamparon en Guilgal y celebraron allí la Pascua al atardecer del día catorce del mes, en la estepa de Jericó.

Al día siguiente a la Pascua, comieron ya de los productos de la tierra: ese día, panes ácimos y espigas tostadas.

Y desde ese día en que comenzaron a comer de los productos de la tierra, cesó el maná. Los hijos de Israel ya no tuvieron maná, sino que ya aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán.



Salmo 33

R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.

R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.

R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.

R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.




Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 5, 17-21


Hermanos:
Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo.

Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación.

Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de sus pecados, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.

Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.

Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.




Lectura del santo Evangelio según San Lucas 15, 1-3. 11-32

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”.
El padre les repartió los bienes. 
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. 
Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. 
Recapacitando entonces, se dijo:
“Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”.
Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.
Pero el padre dijo a sus criados:
“Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.
Y empezaron a celebrar el banquete. 
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 
Este le contestó:
“Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”.
Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. 
Entonces él respondió a su padre:
“Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.
El padre le dijo:
“Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».


Comentario


A esta conocida parábola del hijo prodigo, representativa de Jesús, podríamos darle un título más adecuado: parábola del Padre compasivo ante las actitudes de sus hijos, pues es él, el verdadero protagonista de la historia.

La parábola del Evangelio de Lucas se sitúa en el momento que Jesús y sus discípulos peregrinan hacia Jerusalén. En este episodio la historia va dirigida a los escribas y fariseos, que murmuran contra Jesús, porque ‘acoge a pecadores y come con ellos’.

El Padre del relato es quien lleva las riendas de la trama, porque a pesar de la pérdida del hijo menor de toda identidad familiar, religiosa y cultural sale a su encuentro. Este hijo reconoce que se ha equivocado y comienza un proceso que tiene por finalidad ponerse en camino, volver a casa, y pedir perdón a su padre. La respuesta del padre es la acogida, y ofrecer una gran fiesta en su honor.

Pero el padre también abandona la fiesta, para acudir al encuentro del hijo mayor que no quería participar del convite. La expresión de ‘ese hijo tuyo’ del hijo mayor resume su actitud de dureza, envidia, y sin ánimo de perdonar. El padre le recuerda que no es un desconocido, sino su propio hermano al que le une un fuerte vinculo.

En definitiva, el padre de la parábola se identifica con Dios, y Jesús nos muestra como es en realidad Dios. Es quien contempla con amor a sus hijos, a los perdidos, es quien se alegra cuando sus hijos retornan, es quien no guarda rencor, no tiene envidias, olvida incoherencias, y perdona de corazón. El mensaje es claro: transformar nuestro interior, ser comprensivos, aún cuando nosotros no somos capaces de perdonar.

La parábola en apariencia no tiene un desenlace cerrado, deja la incógnita si el hijo mayor participa en la fiesta en honor de su hermano o no. Al quedar el relato abierto, es posible que nos sugiera, si aceptamos a un Dios que se hace cercano ante nuestras inconsistencias.

Incluso podemos hacer un ejercicio al ponernos en la piel del hijo mayor, y decidir si entramos en la celebración de un hermano ‘que estaba muerto y ha vuelto a la vida’ o por el contrario lo rechazamos y permanecemos cerrados al amor de Dios. A veces no es cuestión de andar lejos o cerca, pues el hijo menor se alejó, recapacitó y volvió. En cambio el hijo mayor está junto al padre, pero en realidad está muy lejos de él.

La parábola es más actual de lo que nos puede parecer a simple vista, pues describe actitudes de creernos capaces de valernos por nosotros mismos, y sin aceptar frustraciones. Pero una vez, que reconocemos nuestros errores, encontramos a un Dios abierto al perdón y la acogida.

También es real, cuando somos personas excesivamente ceñidas a leyes y convenciones con el único propósito de tener todo atado y bajo control, y en ese afán de cumplir, seamos incapaces de mostrar empatía ante quien necesita comprensión y ayuda.

Por consiguiente el amor de Dios, que Jesús nos muestra, debe ser el pilar básico en nuestras relaciones humanas, así como en el itinerario de nuestra fe. Porque si no, corremos el riesgo de convertirnos en meros espectadores de nuestra vida, manejada por criterios y clichés externos, sin cuestionar nada, y convirtiendo la religión en algo rígido e inamovible, sin tener en cuenta situaciones concretas de personas que necesitan curar y sanar sus heridas.


sábado, 26 de marzo de 2022

Evangelio diario: 26-03-2022

Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 9-14

En aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“Oh, Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo:
“Oh, Dios!, ten compasión de este pecador”.
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».




Comentario

La parábola nos presenta a un pecador humilde y a un justo satisfecho de sí mismo. En el plano humano, valoramos lo que vamos consiguiendo por nuestro propio esfuerzo, sea en los estudios, sea en nuestra profesión.

Pero cuando nos ponemos en la presencia de Dios, entonces tenemos que admitir que todo es puro regalo, todo es gracia, todo es don de Dios, incluidas las buenas obras que, por su gracia, logramos hacer. Poder mejorar libremente nuestra propia vida con nuestras buenas obras es el mejor regalo que Dios nos puede hacer.

Nuestra vida entera es don de Dios: la luz que nos envuelve, el aire que respiramos, el universo entero. El perdón que necesitamos y nuestra salvación serán también un regalo de Dios, porque la salvación consistirá en compartir la vida misma de Dios. Creer todo esto nos llena de paz y nos hace más humildes, como al publicano. En una palabra, nos justifica, como dice Jesús, Por todo ello, una vez más damos gracias a Dios en cada Eucaristía.

viernes, 25 de marzo de 2022

Jornada por la Vida



Con el lema «Acoger y cuidar la vida, don de Dios», la Iglesia celebra el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, la Jornada por la Vida. 

La Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida ha editado los materiales para la difusión y celebración de esta Jornada, con la que se celebra «el misterio más excelso de nuestra fe, la encarnación del Hijo de Dios», como recuerdan los obispos de la Subcomisión en su mensaje para este día.



 

El mensaje de los obispos

Los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida explican en su mensaje de este año que en la solmenidad de la Anunciación celebramos que el «sí» de la Virgen María se ha convertido en la puerta que nos ha abierto todos los tesoros de la redención. Y puntualizan, «en este sentido acoger la vida humana es el comienzo de la salvación, porque supone acoger el primer don de Dios, fundamento de todos los dones de la salvación; de ahí el empeño de la Iglesia en defender el don de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural, puesto que cada vida es un don de Dios y está llamada a alcanzar la plenitud del amor«. 

Por eso, «acoger y cuidar cada vida, especialmente en los momentos en los que la persona es más vulnerable, se convierte así en signo de apertura a todos los dones de Dios y testimonio de humanidad; lo que implicatambién custodiar la dignidad de la vida humana, luchando por erradicar situaciones en las que es puesta en riesgo: esclavitud, trata, cárceles inhumanas, guerras, delincuencia, maltrato».


El cristiano, centinela del Evangelio de la vida

Los obispos lamentan que se permita jurídicamente y se promueva la eliminación de la vida por criterios económicos o utilitarios, alegando «humanidad» y desde el emotivismo. Sin embargo, afirman «lo cierto es queacabar con una vida humana es lo más contrario a la verdadera humanidad». En esta situación hacen una llamada a acoger y cuidar la vida, principalmente la que se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad, como es el caso de los concebidos
no nacidos o de los más enfermos o ancianos. 

Especialmente invitan a los cristianos a ser «centinelas» del Evangelio de la vida, porque son testigos de su belleza como don de Dios, y porque vigilan para salvaguardarla de cualquier atentado o manipulación. Ser «centinela» implica según los obispos, «tomar conciencia de la necesidad de formarnos y de formar a las generaciones más jóvenes para conocer y comprender la verdad del hombre, creado por Dios, llamado a amar y ser amado en plenitud. De ahí la importancia de una correcta formación de la afectividad y la sexualidad, como elementos constitutivos del ser humano que definen su identidad». 

Los obispos dedican la última parte de su mensaje a María, que acogió «la suprema donación del que se entregó por nosotros hasta la muerte para darnos vida eterna» y que se convirtió en una mujer «que acompaña la vida del que sufre en la esperanza de la victoria de la resurrección y modelo de todo aquel que cuida de los hermanos enfermos o en precariedad».




Evangelio diario: 25-03-2022

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque “para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra».
Y el ángel se retiró.


Comentario

San Lucas nos regala la narración del anuncio de la Encarnación del Verbo. Un hermoso relato catequético. Un diálogo que revela el infinito respeto de Dios con el ser humano y en la figura de María, la doncella desposada con José, la imagen de una mujer que vive conscientemente su fe. Planteamiento de un proyecto del Padre en el que desea la intervención del ser humano. Puede hacerlo sin contar con él, pero en asunto de esta envergadura, cuenta con su libre aceptación. Si el Verbo se pronuncia antes de la encarnación, María, la mujer que será la puerta por la que entre el Verbo en el mundo y en la historia de la humanidad, “actuando como un hombre cualquiera”, deberá pronunciarse también.

Escucha con atención; pregunta ante lo excepcional del anuncio sin exigir pruebas. Recibe la explicación y se entrega totalmente al plan de Dios. Disponibilidad total, en sintonía con la afirmación de que nos habla la carta a los Hebreos. Se trata de la humanidad nueva totalmente identificada con la voluntad del Padre.

Al asumir la humanidad el Verbo, comienza a devolver al ser humano la nobleza de su origen y más aún, lo llevará a la plena comunión con Dios. El sí de María resume toda la expectación y deseo de la humanidad marcada por las consecuencias del pecado de Adán. San León Magno dirá: “Esta naturaleza nuestra quedó viciada cuando el hombre se dejó engañar por el maligno, pero ningún vestigio de este vicio original hallamos en la naturaleza asumida por el Salvador.” 

Esta maravillosa cercanía provoca una sorprendente alegría, porque el invisible se hizo visible, palpable y actuando como un hombre cualquiera, muestra a todos los seres humanos su auténtica vocación que no está reservada a unos pocos sino ofrecida a todos.

Así, la celebración de este Misterio, nos ayuda a prepararnos para la fiesta de la Pascua. En ella se pondrá de manifiesto todo lo que encerraba este abajamiento del Verbo y cómo con su retorno al Padre, la humanidad entera entra con él en la comunión para la cual Dios nos creó.

Por esta ofrenda todos quedamos santificados y como dice el Apóstol en esperanza estamos salvados.

jueves, 24 de marzo de 2022

Evangelio diario: 24-03-2022

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,14-23

En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo.

Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. 
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín. 
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».




Comentario

Jesús estaba echando un demonio que era mudo. Junto a él hay una multitud que se admira. Brota dicha admiración al contemplar cómo el mudo habla. El bien procurado a esta persona despierta la admiración de la multitud. Frente a muchos, algunos y otros. No todos se admiran. Aparecen los críticos sin la más elemental lógica humana: “Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios.” Otros piden un signo del cielo.

Y eso es lo que Jesús acaba de hacer: “Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.” Los milagros que él realiza van más allá del hecho milagroso, para convertirse en signo, señal de lo que realmente está ocurriendo. Y lo que ocurre es que con él el reino de Dios ha llegado.

El mismo Jesús conduce la reflexión que cada uno tiene que hacer, examinando lo que ellos mismos dicen, para que vean hasta dónde están errados. Si Satanás está dividido ¿cómo se mantendrá su reino? Para poder reconocer los signos del Reino hay que despojarse de los prejuicios. Hay que dejar espacio a la admiración y a la sorpresa de un Dios que se ha hecho cercano. Que usa un lenguaje inteligible. El misterio se ha hecho pura transparencia. Eso es lo que percibe la gente sencilla y por eso Jesús afirma que lo ha revelado a la gente sencilla, que es capaz de dejarse llenar por la alegría que produce su presencia.

Y termina el pasaje con esta afirmación de Jesús: “El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. No hay alternativa posible para acceder al Reino. Jesús es el camino. En su Persona se revela todo el misterio de Dios. Por eso el camino cuaresmal arranca centrándose en el misterio de Cristo para vivirlo en plenitud. La penitencia cuaresmal se ordena a quitar todo aquello que impide que el misterio de Cristo ilumine la existencia humana. Su luz nos hace ver la luz.

Podemos entender la frase final como comunión con él. No aceptarlo o romper la comunión con él desemboca en enfrentamiento y dispersión. Con él o contra él; recoger con él o sin él dispersar. El planteamiento se nos hace a cada uno y tendremos que responder y definirnos. La cuaresma es un buen tiempo para considerar de qué lado estamos y hasta dónde estamos dispuestos a llegar.

miércoles, 23 de marzo de 2022

Evangelio diario: 23-03-2022

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. 
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. 
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. 
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».




Comentario

Ciertamente los cristianos somos más afortunados que el pueblo judío, al que Dios habló a través de los patriarcas, de los profetas… a nosotros nos ha hablado a través de su Hijo, de Jesús de Nazaret.

El que sabe mejor que nadie, para eso es Dios, los caminos que hemos de seguir los hombres para encontrar eso que todos tanto deseamos que es el sentido y la felicidad. Jesús, en el evangelio de hoy, nos dice que no ha venido a abolir la ley o los profetas, sino que ha venido a dar plenitud. Y la plenitud nos la regala no solo con algún retoque en algunos de los mandatos antiguos, sino principalmente a través de su amistad. “A vosotros os llamo amigos”. Viene hasta nosotros para que podamos recorrer nuestro camino siempre unidos a él, desde la amistad con él. Una amistad que le lleva a instalarse en nuestro corazón. “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre está en mí y yo en él”. Ciertamente eso es dar plenitud a lo vivido en el Antiguo Testamento por el pueblo judío.

También la buena memoria debe funcionar en los cristianos. Debemos recordar siempre todo lo que Jesús hizo y sigue haciendo por nosotros. Cada eucaristía pretende refrescar nuestra memoria para recordar el camino trazado por Jesús, el camino del amor, de la vida entregada, el que conduce a la resurrección, a la plenitud de la vida y de la felicidad. “Haced esto en memoria mía”. Un camino que da cumplimiento y va más allá de la ley y los profetas.

martes, 22 de marzo de 2022

Evangelio diario: 22-03-2022

Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 21-35

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:
«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».
Jesús le contesta:
«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. 
Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”.
Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo:
“Págame lo que me debes”.
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”.
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. 
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”.
Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. 
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».





Comentario

Con extraordinaria pedagogía, Jesús quiere dejarnos muy clara la cuestión del perdón.

Jesús desea meternos muy dentro, allá en lo más profundo de nuestro corazón, que también a la hora de perdonar debemos parecernos a nuestro Padre Dios, que hagamos lo que hagamos, si nos acercamos a Él arrepentidos, siempre nos perdonará y nos seguirá invitándonos al banquete de su amor. Así hasta setenta veces siete, siempre. Para ello nos relata la hermosa y sugerente parábola de hoy.

Nos conoce bien y sabe que una de nuestras tentaciones es usar una doble vara de medir. Una para nosotros, en este caso la vara del deseo de ser perdonado siempre, y otra para los demás, la vara de aplicar la justicia a rajatabla y no el perdón, cuando se trata de las ofensas que hemos recibido de nuestros hermanos. En relación con nuestros hermanos hemos de seguir la conducta que Dios tiene con nosotros. “¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”.

lunes, 21 de marzo de 2022

Evangelio diario: 21-03-2022

Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 24-30

Habiendo llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naámán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.

Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.



Comentario

Es triste que seamos incapaces de descubrir al profeta que existe entre nosotros, precisamente porque está entre nosotros, le vemos continuamente, como uno más de nuestro pueblo o ciudad o comunidad.

Hemos asfixiado la capacidad de descubrir lo que Dios nos dice a través del que convive con nosotros, precisamente porque está siempre cerca de nosotros. Parece que Dios no puede hablar si no es al estilo del Sinaí, entre truenos y vientos, en lo espectacular y extraordinario.

Lo peculiar de Jesús no son sus milagros, sino su convivencia sencilla con la gente del pueblo y su modo también sencillo de proclamar el Reino de Dios. Los milagros, como él dice, son signos de ese Reino. A la vez que nos cuesta descubrir al profeta en lo sencillo y cotidiano, tendemos a ser los únicos depositarios de la acción de Dios, porque somos los creyentes, los practicantes, lo cristianos “de siempre”.

No entendemos que Dios y su acción de Padre, dispensador de bienes, se manifieste en otros que no pueden presentar nuestro pedigrí religioso. Nuestra conversión cuaresmal ha de manifestarse también en descubrir a Dios en lo sencillo, en lo cotidiano en aquellos con los que vivimos, y también en los de “lejos”.

Apoya nuestra labor de ayuda a las familias más afectadas

Situación actual de la crisis

Han pasado dos años desde que, en marzo de 2020, el Gobierno de la Nación declarase el estado de alarma para combatir el impacto de la pandemia del Covid-19. 

En aquellos momentos las previsiones emitidas tanto por organismos internacionales, el propio Fondo Monetario Internacional o la Unión europea, como por los propios expertos nacionales indicaban que se podrían producir situaciones de necesidad incluso más profundas que aquellas que originó la crisis de 2008.

Ante esa situación, el Presidente de Cáritas Castrense y Arzobispo Castrense don Juan del Rio, fallecido a consecuencia del Covid-19 (q.e.p.d.), encomendó a Cáritas Castrense la misión de crear un fondo de emergencia con el fin de paliar las necesidades que se produjeran.

Cáritas Castrense, organismo oficial del Arzobispado Castrense de España constituido para promover la acción caritativa y social, inició todas las acciones necesarias para llevar a cabo la iniciativa lo antes posible, pudiendo así comenzar con las primeras ayudas en el mes de junio del 2020. 

En los momentos actuales a los efectos derivados de la “no concluida” crisis sanitaria se han sumado los de la crisis económica y social que se predecían .

Por todo ello las necesidades que llevaron a la creación del “Granero de José” no han finalizado y ahora son indispensables para muchas personas.

Damos las GRACIAS a todas las personas, organismos e instituciones que desde entonces están colaborando con esta campaña.


“Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número. Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto. Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan”

 (Gn, 41, 53ss)







Queridos hermanos y amigos.

Durante los últimos meses hemos visto como nuestras vidas se transformaban para enfrentarnos al COVID-19 y sus trágicas consecuencias, no solo sanitarias, sino también sociales y económicas, cambiando nuestras costumbres cotidianas.

Todos conocemos el caso de un ser querido y cercano que ha sucumbido ante las perniciosas consecuencias de la pandemia, pérdidas irreparables que nos han atormentado y creado un gran dolor al que enfrentamos nuestra oración y el saber que a todos nos llegará la resurrección ante nuestro Señor.

Las familias han sufrido la desgarradora muerte de algún ser querido, amigo o conocido. Pero el drama también se ha plasmado en el día a día cuando los puestos de trabajo han desaparecido o han sufrido una merma notable de los ingresos provocando un gran quebranto en los hogares.

Para enfrentar esas necesidades nació “El Granero de José” que gestiona Cáritas Castrense con el objetivo de paliar las penurias de los más necesitados en aspectos como la vivienda, la sanidad, la educación y los suministros del hogar. Esenciales para mantener el nivel de vida de las familias y su dignidad, elemento esencial para que una persona de sienta en plenitud.

Desde el inicio “El Granero de José” fue diseñado para que no existieran trabas burocráticas y que su gestión fuese prácticamente automática desde la petición de ayuda que la inician los capellanes castrenses.

Desde está página os animo a todos a llenar este “Granero de José” para poder repartir entre quien lo necesita y ejercer con generosidad la caridad hacia el prójimo.

Muchas gracias por vuestra colaboración, Dios os lo pague.

Carlos Jesús Montes Herreros
Ordinario Castrense de España



Necesitamos tu apoyo urgente


Con el referente de la figura de José en Egipto, se creará un “granero” (Cf. Génesis 41, 56) que, a modo de fondo de emergencia, constituido por los donativos de personas físicas o jurídicas, permita paliar con inmediatez las necesidades más básicas generadas por la crisis del Covid-19.



Se pondrá especial atención en cubrir necesidades como:
• Alimentación 
• Medicina 
• Vivienda y suministros servicios (agua; luz; gas etc.)
• Académicos/escolarización
• Cualquier otra actividad que tienda a cubrir necesidades básicas.

Ayudar y alentar a las CPC, extendidas por el territorio nacional y al resto de capellanes que no tienen CPC en sus unidades, bases o acuartelamientos en la consecución de los mismos fines anteriormente mencionados.



Gracias por apoyarnos en esta campaña en pro de los más desfavorecidos