sábado, 29 de enero de 2022

Evangelio diario: 29-01-2022

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 35-41

Aquel día, al atardecer, dice Jesús a sus discípulos:
«Vamos a la otra orilla».
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar:
«¡Silencio, enmudece!».
El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:
«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?».
Se llenaron de miedo y se decían unos a otros:
«¿Pero quién es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!».




Comentario

El poder de Jesús no tiene límites: domina las fuerzas de la naturaleza, el cuerpo y alma de los hombres. En medio de la tempestad, Jesús estaba dormido en la popa sobre un almohadón, mientras los discípulos remaban desesperadamente. Imagen ésta que refleja bien cómo nuestra situación en ciertos momentos de la vida: mientras nosotros hacemos esfuerzos desesperados por salir de un peligro y sabemos que el Señor está a nuestro lado, nos resulta difícil rechazar el pensamiento o la tentación de imaginar que a Jesús no le importa que nos hundamos.

Pero sí le importa. La prueba de que le importa es que está embarcado en la misma barca que nosotros y sacudido y sacudido por la misma tempestad. El Hijo de Dios se metió en nuestro mundo de alegrías y también de sufrimientos e injusticias. Y fue zarandeado como pocas personas lo han sido. Si se ha embarcado con nosotros, es precisamente para que no nos hundamos. Pero no nos dice hasta cuándo durará la tempestad ni cuándo llegará la calma.

Mientras tanto nos dirige la misma pregunta que aquél día: ¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?