martes, 1 de noviembre de 2022

Evangelio diario: 01-11-2022

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:

«Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre
y sed de la justicia,
porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos 
por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».




Comentario

Los textos de la liturgia de hoy nos presentan una forma de mirar, una certeza y la renovación de una propuesta de vida.

La visión nos es transmitida por el relato del libro del Apocalipsis. El texto nos ofrece una mirada de esperanza en tiempos difíciles. El triunfo de Cristo, el Cordero, que trae la salvación a todos. Se nos invita a la alabanza. Por un momento somos parte de la liturgia en la Jerusalén Celeste, junto todos aquellos que han entregado su vida generosamente.

Dios es Amor, y desde la dinámica del amor nos engendra como hijos. Ser hijos de Dios nos va configurando de una manera nueva. Nos vamos reconociendo hermanos en medio de un mundo plural.
«Si toda persona tiene una dignidad inalienable, si todo ser humano es mi hermano o mi hermana, y si en realidad el mundo es de todos, no importa si alguien ha nacido aquí o vive fuera de los límites del propio país.»  
Papa Francisco (FT 125).
La fiesta de Todos los Santos nos invita a renovar el camino de felicidad que nos ofrece Jesús y que Él manifiesta en las Bienaventuranzas.

El Papa Francisco nos ha exhortado a “Vivir el espíritu de las Bienaventuranzas, a la luz del Maestro”, como camino de santidad. En los números 67 al 94 de Gaudete et exsultate, va desglosando cada una de las Bienaventuranzas y las va aplicando a lo concreto de la vida. En cada una de ellas el Francisco nos ofrece un breve corolario. Tal vez, hoy pueda ayudarnos hacer memoria de los mismos en forma de binomios:

“Ser pobre en el corazón, esto es santidad”, porque desde allí podemos, “aceptar cada día el camino del Evangelio, aunque nos traiga problemas.”

“Reaccionar con humilde mansedumbre, esto es santidad”, que nos lleva a “sembrar paz a nuestro alrededor.”

“Saber llorar con los demás, esto es santidad”, que nos permite, “mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor.”
En el corazón de su propuesta Jesús nos anima a “buscar la justicia con hambre y sed, esto es santidad”, para, “mirar y actuar con misericordia.”

Que la Fiesta de Todos los Santos nos permita hacer memoria agradecida y nos impulse a construir el Reino cada día.