domingo, 27 de noviembre de 2022

La Corona de Adviento




La corona de adviento hunde sus raíces en las costumbres paganas del norte de Europa, entre los siglos IV y VI. Durante el frío y la oscuridad de diciembre, se trenzaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera.

En el siglo XVI se comenzó a utilizar este símbolo en Alemania durante el Adviento: Jesús es la Luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas, que ser van encendiendo progresivamente, domingo tras domingo, anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.

El benedictino y experto en liturgia Juan Javier Flores Arcas, del monasterio de Silos, anima a cada familia cristiana a elaborar su propia corona en Adviento y ponerla en un lugar visible de la casa, tratando de incluir en ella los cuatro elementos básicos: las ramas verdes trenzadas en formas circular, las cuatro velas (tres moradas y una de ellas rosada), una cinta roja que rodea todo el conjunto, y algún adorno de colores, como frutas secas, bolas navideñas o piñas. «De ese modo la celebración litúrgica entra en las costumbres caseras y empapa de sentido cristiano y esperanza mesiánica toda la vida del cristiano».

El Bendicional de la Conferencia Episcopal, propone una oración de bendición de la corona que puede hacer no sólo un clérigo sino también un laico, según la fórmula aprobada.




Oremos

La tierra, Señor, se alegra en estos días,
y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas
de la ignorancia, del dolor y del pecado.

Lleno de esperanza en su venida,
tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque
y la ha adornado con luces.

Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo
de preparación para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor,
que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines
con el esplendor de aquel que,
por ser la luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.