jueves, 11 de febrero de 2021

Evangelio diario: 11-02-2021

Lectura del santo evangelio según san Marcos 7,24-30

En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.

Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija.

Él le dijo:
«Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».
Pero ella replicó:
«Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños».
Él le contestó:
«Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.



Comentario

Las palabras que Jesús dirige a la madre pagana que le pide que cure a su hija poseída por un espíritu inmundo… nos resultan duras y sorprendentes y dan pie para pensar que Jesús, en un primer momento, sólo quería predicar al pueblo judío. Pero, siguiendo adelante en esta escena, caemos en la cuenta que atedió el ruego insistente y confiado de esta madre afligida: “Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija”.

Por todo lo que sabemos de la vida de Jesús, es claro que quiso predicar su buena noticia a todos y nos pidió a sus seguidores que la divulgásemos por las cuatro esquinas del universo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

El sublime tesoro que él nos trajo de parte de Dios no podía quedar reducido a su pueblo. Estaba destinado a toda la humanidad. El amor de Dios, la luz de Dios, el perdón de Dios, la bondad de Dios, las promesas de Dios, las curaciones de Dios, el cielo de Dios… están destinados a todos los hombres de todas las épocas.