viernes, 10 de febrero de 2023

Evangelio diario: 10-02-2023

Lectura del santo evangelio según san Marcos 7, 31 - 37

En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano. Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.

Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
«Effetá» (esto es, «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.

Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.

Y en el colmo del asombro decían:
«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».




Comentario

El párrafo evangélico recalca la soledad de este hombre. Hasta tal punto que necesita de las mediaciones. Son otros los que le conducen a Jesús. Mientras los inmigrantes tengan mediadores, mientras los marginados tengan acceso a las mediaciones, pueden estar salvados. Lo malo es cuando faltan las mediaciones, los mediadores. Porque los sordomudos de entonces y de ahora no pueden saber, por sus limitaciones, dónde está Jesús.

Antes de llegar al milagro, Jesús humaniza a este hombre, tiene gestos inequívocos con él para demostrarle su aprecio y su interés. Y le lleva aparte y le cura los medios que impedían su comunicación en lengua y oídos.

Y, como sanador y Mesías, da la orden: “Effetá” para facilitarle la comunicación con Dios y con los demás. El Evangelio dice que se le abrieron los oídos y se le soltó la lengua para oír y hablar correctamente.

Jesús, que practicó como nadie la comunicación con Dios y entre Dios y los hombres, que hizo y hace oír a los sordos y hablar a los mudos, provoca también que aprendan a escuchar el Evangelio y, a través de él, a Dios. Así se lo pedimos en una de las oraciones del rito del bautismo: “El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la fe, para alabanza y gloria de Dios Padre”.