miércoles, 19 de agosto de 2020

Octava de la Asunción de la Virgen (II): Virgen de los Reyes








La Leyenda de
la Virgen de los Reyes


La Virgen de los Reyes sale en procesión el 15 de agosto por la mañana desde la Catedral de Sevilla, es la patrona de la ciudad y se coronó canónicamente en 1904. Pero, ¿conoces la historia que hay tras esta talla?

Cuenta la leyenda que el rey Fernando III tuvo una visión de la Virgen el día anterior a la toma de Sevilla. En la aparición, el rey vio a la Virgen sentada con su hijo en brazos y le dijo: «Fernando, por tu gran piedad, yo te prometo que habrás de conquistar Sevilla».

Cuando conquistó Sevilla, San Fernando quiso elaborar una talla de la Virgen como muestra de gratitud. Sin embargo, rechazó todas las tallas de los escultores porque no se asemejaba a la de su aparición. Se estaba dando por vencido cuando aparecieron tres jóvenes que aseguraban estar cualificados para tallar la Virgen. San Fernando les dio todo el material necesario y les cedió cobijo en latorre de los Herberos (todavía se puede ver en el municipio de Dos Hermanas).

Una creación divina


Con esta misiva, los escultores se pusieron manos. De pronto, una de las sirvientas escuchó música celestial y fue a comprobar el estado en el que se encontraba la talla. Miró a través de la cerradura y vio que los trabajadores estaban cantando plegarias. Acto seguido, fue a comunicárselo al rey y este se dirigió a la estancia. Al entrar se llevó la mayor sorpresa de su vida: allí estaba la talla de la Virgen tal como la había visto en la visión. Fue en ese momento cuando se dio cuenta que los escultores eran 3 ángeles celestiales.

Otros escultores de Sevilla aseguraron que era imposible haber tallado la imagen en un periodo de tiempo tan breve. Incluso el obispo Don Remondo lo calificó como un milagro y ordenó que la imagen se colocase en la capilla del Alcázar con la denominación de «Nuestra Señora de los Reyes».



El rey dejó escrito en su testamento el deseo de ser enterrado bajo los pies de la Virgen de los Reyes, y es por ello que la talla se trasladó a la Catedral, donde a día de hoy reposa el monarca junto a ella.