martes, 18 de agosto de 2020

Octava de la Asunción de la Virgen (I): Virgen del Sagrario

Como casi todos los festivos y periodos vacacionales en España, el 15 de agosto también es de carácter religioso. Este es el día en que se celebra la Asunción de la Virgen María, concebida sin pecado y madre de Jesucristo, quien es ascendida al cielo tras terminar su tiempo en la Tierra.

Y de este carácter religioso surgen la mayor parte de las fiestas patronales de los pueblos de España, muchas de las cuales coinciden en este 15 de agosto, centradas, en la Asunción de María.

Una semana más tarde, el día 22 de Agosto, celebramos la memoria de la Virgen María Reina. Fiesta litúrgica instituida por el papa Pio XII, como culminación del octavario de la Asunción de María, exaltación y glorificación de la humildad de la esclava del Señor.

Coincidiendo con este octavario, hacemos un pequeño recorrido por la devoción mariana de España que durante esta semana celebra la glorificación de María. Un recorrido que forma parte de esta familia castrense que aporta a este suelo africano las distintas devociones que lleva en su corazón



Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Lc 1, 48-49


EL AGUA DE LA VIRGEN (Leyenda)
''Mana aquí dentro el tesoro,más rico que la plata y más que el oro;bebed, bebed, que nativaestá la mina en el pozo del agua viva''.
(Calderón de la Barca).


Se finalizaron las obras de la actual capilla de la Virgen del Sagrario en el año 1616. Estas obras se habían comenzado durante el pontificado del arzobispo don Gaspar de Quiroga y la inauguración se llevó a cabo bajo el mandato del cardenal don Bernardo de Sandoval. Siendo esta obra la más importante de las que se hicieron en la catedral en los primeros años del siglo XVII.

Con motivo de la inauguración de la capilla, ocurrida en pleno verano, se decretaron ocho días de fiesta y de «puertas abiertas» para que tanto los toledanos como los devotos venidos de los pueblos de la diócesis o de otras provincias, pudieran rezar o pedir favores a la famosa Virgen del Sagrario. En pleno mes de agosto el calor en Toledo es sofocante y por tal motivo, ante los innumerables fieles que se daban cita en la catedral, se decidió --con buen criterio-- instalar en el claustro unas tarimas para repartir agua a cuantos quisieran acercarse para mitigar el calor bebiendo «el agua de la Virgen». Se nos cuenta que iba ya avanzada la tarde y un matrimonio con su hijo se disponían a abandonar la catedral cuando este último sufrió un desvanecimiento, debido al calor y al agobio de la muchedumbre allí congregada. Todos creyeron que el joven había muerto pues quedó muy bajo de color, sin moverse y no se le podía tomar el pulso. Corrieron unos cuantos vecinos al claustro a por una jarra de las aguas del pozo, con la cual rociaron al muchacho, quien al recibirla empezó a recobrar el conocimiento. Fue tal el regocijo que todos pensaron que se había realizado un milagro gracias a la preciosa agua que se había repartido en el día de la fiesta principal de Nuestra Señora y con la cual habían rociado al chico.



Pero desde tiempo inmemorial se ha bebido en la catedral el agua llamado «de la Virgen», pues según la tradición, en uno de los pozos que existían en el subsuelo del antiguo templo visigodo, estuvo escondida una imagen de María, para evitar que fuera profanada por los árabes, si bien no se sabe a ciencia cierta qué advocación fue la que guardaron tan celosamente los toledanos de aquella época. Unos dicen que fue la antiquísima virgen de la Paz, que perteneció a los apóstoles y que trajo San Eugenio a nuestra ciudad, otros relatores la nombran como Santa María de Toledo, pero lo cierto es que allí estuvo guardada una imagen durante toda la dominación árabe y la forma de encontrarla, según nos cuenta la tradición, fue también milagrosa. 

Cuenta esta antigua leyenda que a la misma hora que se apareció la Virgen María a san Ildefonso para imponerle la casulla, se podía ver claramente una extraña luz muy brillante que iluminaba el punto donde hoy se encuentra la capilla del Sagrario. Aquello sucedía con mucha frecuencia y tanto el prelado, como el clero y el pueblo estaban seguros de que aquello era una señal y decidieron excavar en el lugar señalado por aquel fenómeno. Cavaron más profundamente donde la luz era más potente y en efecto, no muy lejos del punto elegido apareció la imagen de la Virgen de la que todo el mundo había oído hablar, pero que nadie sabía dónde estaba realmente. Con gran alegría y regocijo, fue llevada hasta el altar mayor del primer templo toledano, que no sabemos cómo sería en aquella época.


Actualmente se sigue celebrando el octavario de la Virgen como en el siglo XVII, bajo el rigor del mes de agosto y el día 15, --fiesta principal--, seguimos
Bebiendo el agua de la Virgen
acudiendo los toledanos a felicitar a nuestra Patrona y a beber «el agua de la Virgen» Terminada la misa de pontifical oficiada por el señor arzobispo, se realiza la procesión con la actual Virgen del Sagrario, por las naves de la catedral. Esta talla es románica, (preciosa obra en madera de níspero), por tanto es una «Virgen Negra»¹ y revestida de plata en su color; no es la imagen que encontraron nuestros antepasados en el pozo, esta es de principios del siglo XIII más o menos y su entronización tuvo lugar el año 1226.


¹ «Negra soy, pero hermosa ante mi creador, ¡Oh hijas de Jerusalén!; no os fijéis en que soy morena, pues me ha quemado la tez el Sol» (...) «Del cantar de los cantares» 1,5-8.