LA MINISTRA DE DEFENSA ASISTE A UN FUNERAL POR LAS VÍCTIMAS CIVILES Y MILITARES DEL COVID-19 PRESIDIDO POR EL ARZOBISPO CASTRENSE
(Fuente: Arzobispado Castrense)
La ministra de Defensa, Margarita Robles, asistió ayer en la Catedral de las Fuerzas Armadas a una misa funeral que presidió el Arzobispo Castrense de España, D. Juan del Río, en recuerdo de todos los fallecidos por el coronavirus Covid-19.
En la homilía monseñor Juan del Río dijo: “Y toda la región quedo en tinieblas” (Marcos 15,33).
Estas palabras del evangelista Marcos, plasman al confinamiento que a causa de la pandemia del coronavirus que golpea con enfermedad y muerte a la sociedad española y se ha propagado por el mundo.
No calculado por investigadores y médicos este coronavirus crea dolor en el corazón de creyentes y no creyentes llevándoles a interrogarse: ¿Dónde estaba Dios? Es la mima pregunta que Jeremías se hacía, tal y como hemos escuchado en la primera lectura: “Me han arrancado la paz… se me acabaron las fuerzas”. Pues bien, todo el sufrimiento pasado, presente y venidero se ha plasmado en el fragmento oído donde un militar, el centurión romano, proclama que quien muere en la cruz no es un hombre cualquiera sino el hijo de Dios.
Queridos hermanos y hermanas que estáis en esta Catedral. Familiares que habéis perdido a un ser querido. Os digo como el Apóstol Pedro le dijo al paralitico que pedía limosna en la puerta del templo de Jerusalén: “no tengo ni oro ni plata, lo único que tengo es a Jesucristo”.
Ante la impotencia de vuestro dolor y el sufrimiento de tantos hombres y mujeres en España y en la humanidad ante el covid-19, os anuncio que no estáis solos, Cristo nos acompaña y todo tiene su sentido, aunque no lo veamos ahora y pronto el Señor nos librará de esta peste funesta.
Al finalizar la Eucaristía, se rezó un responso ante la placa que recuerda a los fallecidos en el accidente del Yak-42.