viernes, 15 de octubre de 2021

Evangelio diario: 15-10-2021

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».




Comentario

Hoy, celebrando la fiesta de santa Teresa de Jesús quiero resaltar como esta mujer del siglo XVI, desde la sencillez de un corazón que buscaba a Dios entre los muros de un monasterio, llega a experimentar no solo la presencia de Dios, sino la urgencia de reformar el carmelo, de volver al auténtico espíritu: la austeridad, la pobreza y la clausura. En esta difícil y ardua misión encontró, como siempre sucede, fortísimos contratiempos y oposiciones. Sin embargo, dos pilares fundamentales sustentaron la misión recibida: la paz que brota en lo más profundo, fruto de la sabiduría de Dios, y la constancia, firmeza y determinación para llevar adelante la misión encomendada.

El Evangelio de hoy resalta tres aspectos fundamentales: la oración agradecida: “te bendigo Padre”, el reconocimiento de que todo procede de Dios-Padre, y la invitación a ir a descansar junto al maestro, asumiendo su yugo y su carga.

Una bendición porque la revelación de Dios, la Sabiduría auténtica, fructifica en las personas de corazón sencillo y abierto al querer de Dios. Jesús al manifestar que todo proviene del Padre, también expresa el vínculo tan íntimo y especial que existe entre ellos. Y la llamada a confiar plenamente en Él, rebasa todas las expectativas humanas ante las dificultades y problemas. El yugo y la carga que provienen de la opción de ser discípulos, discípulas… es leve, porque pertenecen al ámbito del compromiso desinteresado y generoso, del ámbito del Amor.

En Teresa de Jesús, encontramos un camino de santidad, es decir, de seguimiento radical, forjado por la búsqueda de un Dios que se hace presente entre los pucheros, en lo más sencillo y cotidiano. Su vida manifiesta que, a partir del encuentro personal con el Maestro, surge una confianza plena, incluso en las circunstancias más adversas: “Nada te turbe, nada te espante (…) quien a Dios tiene, nada le falta”. Y eso sí, esta gran mujer llevó adelante la misión que Dios le confió con “determinada determinación”, rebasando todas las expectativas humanas ante las dificultades y problemas. La radicalidad en nuestro compromiso evangélico es posible, podemos ir hasta Él sin miedo, porque Él nunca falla.