miércoles, 31 de marzo de 2021

Miércoles Santo en la Pasión del Señor


La Traición de Judas - Giotto (1303)
Capilla de Los Scrovegni - Padua (Italia)


Lectura del santo evangelio según san Mateo 26, 14-25

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
«¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?».
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.

El primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?».
Él contestó:
«Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle:
“El Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”».
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.

Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
«En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar».
Ellos, muy entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
«¿Soy yo acaso, Señor?».
Él respondió:
«El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!».
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
«¿Soy yo acaso, Maestro?».
Él respondió:
«Tú lo has dicho».





Comentario

En Judas Iscariote se personifica la traición. Ya no queda confianza que medie entre Jesús y Judas. Las expectativas de Judas se han roto, y la palabra de Jesús ya no cumple el deseo de su liberación.

Por un lado, en la escena del Evangelio de Mateo, leemos el acuerdo de la traición: “¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?” La amistad rota dirige a Judas a vender a su amigo, a su Maestro. No ha quedado ninguna palabra, ninguna enseñanza que valide la amistad. Ahora Judas está vendiendo a Jesús como un esclavo.

Por otro lado, el escenario es la comida fraterna de la Pascua de Jesús con sus discípulos, en ella está presente la confianza y la traición. Sus discípulos y Judas acuden a la cena.

Jesús confiesa en la intimidad la traición que está sufriendo por uno de los suyos. “Uno de vosotros me va a entregar”. Y sus discípulos quedan desconcertados. Todos se preguntaban quién va a ser el traidor. Inquieta la pregunta de Judas, como si no supiera lo que hizo, también pregunta “¿Soy yo acaso, Maestro?”Ante lo que Jesús le contesta: “Tú lo has dicho”.

La traición es la ruptura de la lealtad debida, es la ruptura de la confianza. Pero, en Judas la confianza en su interior ya estaba rota. Jesús no cumplía con sus expectativas. Una decepción que fue creciendo hasta llegar a la actitud más despectiva o que nos provoca desprecio, la traición. Ya nada valen los momentos compartidos, la experiencia de verdad que uno ha vivido; ya nada valen las comidas fraternas donde la palabra y el amor eran expresados. La traición acaba con todo, es la grúa demoledora de toda esperanza. No hay nada que hacer, ha sido vendido como un esclavo, entregado a la muerte y a la sinrazón.

Todo está en manos de Dios. La suerte de Jesús está en manos de su confianza en Dios. Judas fue el ejecutor de la traición, pero de alguna manera los otros discípulos también lo traicionaron, porque por miedo lo abandonaron al borde del abismo.

La traición es lo más fácil: vendemos al amigo por intereses espurios, lo desterramos de nuestra presencia, lo conducimos al abismo, y lo abandonamos a su suerte.