jueves, 11 de marzo de 2021

Evangelio diario: 11-03-2021

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,14-23

En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo.

Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. 
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín. 
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».




Comentario

La escena que nos presenta el evangelio de hoy es bien sencilla. Jesús echa un demonio de una persona muda y “apenas salió el demonio habló el mudo”. Ahora vienen las interpretaciones. Los que están en contra de Jesús llegan a afirmar que Jesús echa los demonios “por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios”. Jesús les indica que eso no puede ser, porque en ese caso Satanás iría en contra de Satanás. Algo inconcebible.

Jesús tiene su propia y sencilla explicación. Ha sido él con “el dedo de Dios”, con el poder Dios, el que es contrario de Satanás, el que echa los demonios. Y esta acción revela que “el reino de Dios ha llegado a vosotros”. Con Jesús ha llegado hasta nosotros el Reino de Dios. Jesús nos anuncia que Dios está dispuesto a reinar en nuestros corazones, a ser lo que realmente es, nuestro Dios, nuestro Señor, nuestro Rey. Jesús está dispuesto a combatir a los demonios, a los que hacen daño al hombre y se oponen a Dios, y a pedirnos que dejemos que Dios sea el Rey, el que dirija nuestros pasos, nuestra vida, por los caminos de la verdad, de la justicia, de la fraternidad, del amor, de la felicidad.