martes, 15 de febrero de 2022

Evangelio diario: 15-02-2022

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 14-21

En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó tomar pan, y no tenían más que un pan en la barca.

Y Jesús les ordenaba diciendo:
«Estad atentos, evitad la levadura de los fariseos y de Herodes».
Y discutían entre ellos sobre el hecho de que no tenían panes.

Dándose cuenta, les dijo Jesús:
«¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?». 
Ellos contestaron:
«Doce»

Jesús preguntó: 

«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?». 
Le respondieron:
«Siete». 
Él les dijo:
«¿Y no acabáis de comprender?».




Comentario

La conversación de los discípulos se centra en la falta de pan, suponemos que por un olvido. A Jesús no le pasa desapercibido el tema de su conversación y aprovecha la circunstancia para hacerles caer en la cuenta del riesgo que corren, no por el pan que han olvidado, sino por la posibilidad de dejarse llevar por otras “levaduras”.

La levadura es un elemento imprescindible para que la masa fermente. Es lo que aprovecha Jesús, valiéndose de este elemento para recordarles las veces en que ha hecho el milagro de proporcionar pan allí donde no lo había. Partiendo de ese punto su discurso toma otra dirección e invita a los apóstoles a algo mucho más peligroso que la falta de pan. Desde ahí insta a sus seguidores a huir de dos actitudes que percibe con frecuencia en aquella sociedad. No tienen nada que ver la una con la otra. La levadura de los fariseos equivale a vivir una vida donde el legalismo, la hipocresía, la piedad desenfocada están presentes en muchos de estos hombres considerados piadosos.

La levadura de Herodes equivale a una sociedad donde Dios está ausente y, por lo mismo, proliferan elementos destructivos donde para conseguir un fin no se valoran los medios. No es raro que ahí crezcan la mentira, la corrupción, la insolidaridad, el individualismo egoísta.

Esas “levaduras” no pueden hacer fermentar el “pan,” ese pan que es el mismo Jesús y su mensaje. Contra esa levadura, tan cercana a todos y en todos los tiempo, nos previene Jesús. Él nos insta a alejarnos de esas dos actitudes que van contra el Reino de Dios que Él nos propone.

Es la levadura que podemos contemplar en nuestra sociedad y, en nosotros mismos: la levadura de la comodidad, de dejarnos llevar por los mensajes publicitarios, del qué dirán, del individualismo egoísta… Todo ese mundo oscuro y que va dejando a Dios en la penumbra olvidando su amor y devolviéndole lo contrario de lo que Él espera de cada uno. De esa levadura hemos de huir, si queremos sentirnos auténticos seguidores suyos.