jueves, 9 de septiembre de 2021

Evangelio diario: 09-09-2021

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,27-38)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.

Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.

Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.

Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.

Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».





Comentario

El cristiano es el que se ha dejado seducir por Jesús y el principio de su actuar es hacer lo mismo que hizo Jesús, seguirle las 24 horas del día. “El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo”. Tener también las mismas actitudes que nuestro Padre Dios: “Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo”.

Tirando de este principio, Jesús en el evangelio, nos indica cómo debe ser nuestra misericordia, nuestra bondad, nuestra humildad, nuestra dulzura, nuestra compasión, nuestro amor, nuestro perdón, nuestra actitud ante el nos pegue en la mejilla, y ante el que nos pide… las mismas que las que tuvo Jesús.

Sabiendo también que la desmesura es la nota predominante de la actuación de Jesús y que nos pide que esa misma desmesura presida todos nuestros actos. Dos ejemplos de esta desmesura: Jesús nos pide que amemos no solo a los amigos, sino incluso a los enemigos. Jesús nos pide que perdonemos a los que nos ofenden no solo dos o tres veces, sino setenta veces siete, es decir, siempre. Así es Jesús, así debemos ser sus seguidores.