jueves, 12 de noviembre de 2020

Evangelio diario: 12-11-2020

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 20-25

En aquel tiempo, los fariseos preguntaron a Jesús:
«¿Cuándo va a llegar el reino de Dios?».
Él les contestó:
«El reino de Dios no viene aparatosamente, ni dirán: “Está aquí” o “Está allí”, porque, mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros».
Dijo a sus discípulos:
«Vendrán días en que desearéis ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo veréis. 
Entonces se os dirá: “Está aquí” o “Está allí”; no vayáis ni corráis detrás, pues como el fulgor del relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día. 
Pero primero es necesario que padezca mucho y sea reprobado por esta generación».




Comentario

El relato está situado en la segunda parte del evangelio, en el que Lucas nos narra el recorrido de Jesús en el camino de Galilea hacia Jerusalén.

Los fariseos, piadosos y cumplidores de la Ley, se acercan a Jesús a preguntarle por el horizonte de la esperanza judía: ¿Cuándo será la restauración del Reino de Dios por intervención del Mesías? El Reino de Dios formaba parte de la esperanza mesiánica. Dios va a reinar y trae con Él un reino diferente al de los hombres, es un Reino de justicia, de paz y de fraternidad (Is 52,7-12). Los fariseos que conocen bien la Escritura no solo le preguntan por el momento en que llegará el Reino sino por los signos que le precederán y anunciarán su venida.

Jesús afirma que el Reino no va a llegar y menos con signos espectaculares y terribles, porque el Reino “ya está en medio de nosotros”. El Reino no va a irrumpir con señales aparatosas y catastrofistas, celestes o terrestres, como creía el judaísmo de la época, sino que manifiesta su presencia con otras señales, como ya ha dicho a los enviados de Juan Bautista: los ciegos ven, los cojos oyen, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan se anuncia a los pobres la buena noticia… (Lc 7,22). El Reino trasciende todo lugar y todo momento porque no es algo externo, sino que es una experiencia interior: “esta entre vosotros”.

Con su paso por la tierra, Jesús ha inaugurado el Reino. Descubrirlo y hacerlo visible depende de nosotros, sus seguidores. Para ello hemos de hacer patentes sus señales. Estamos llamados a realizar los signos del Reino para que realmente otros perciban que ya está “en medio de nosotros”. En este tiempo de pandemia, en que nuestra vulnerabilidad humana se ha puesto “a flor de piel,” se nos invita especialmente a hacer esos signos acompañando y dando consuelo y esperanza a aquellos que están sufriendo, y compartiendo solidariamente con los que se han quedado en la cuneta de la sociedad en estos momentos. Como nos ha dicho el papa en “Un plan para resucitar”: 
Urge discernir y encontrar el pulso del Espíritu para impulsar junto a otros las dinámicas que puedan testimoniar y canalizar la vida nueva que el Señor quiere generar en este momento concreto de la historia.