jueves, 25 de noviembre de 2021

Evangelio diario: 25-11-2021

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 20-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción. Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito. 
¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! 
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo. 
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles. 
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. 
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. 
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».




Comentario

Estamos al final del ciclo litúrgico. Los evangelios de estos días nos hablan, con un lenguaje apocalíptico y misterioso, de lo que sucederá con la destrucción de Jerusalén y también en los últimos tiempos. Resaltan dos ideas. En primer lugar, nos anuncian tiempos malos: “serán días de venganza”, “habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo”, “caerán al filo de la espada, los llevarán cautivos a todas las naciones”, “los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad”.

Pero, ante este panorama profundamente negativo, hay un canto fuerte a la alegría y a la confianza ante nuestro destino último: “Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación”.

Lo que es cierto, y nos llena de esperanza, es que, al final de los tiempos, nos espera Jesús para decirnos: “Venid, benditos de mi Padre, a disfrutar del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”. Nos espera la felicidad total. Este es nuestro destino último y definitivo.

Este es el sentido de la historia de la humanidad. El triunfo de Jesús sobre el mal y la muerte, que nos asegura también nuestra resurrección a esa vida de total plenitud.