jueves, 4 de noviembre de 2021

Evangelio diario: 04-11-2021

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice:
“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. 
O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice:
“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”.
Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».




Comentario

La conducta de Jesús acercándose a los pecadores no es más que la consecuencia de lo que nos dice san Pablo: “En la vida y en la muerte somos del Señor”. Los cristianos somos del Señor. Queremos seguirle, queremos vivir como él vivió. Los pecadores son los que rompen con Jesús, van en dirección contraria, y dejan de disfrutar de la luz, el amor, la alegría que Jesús nos regala.

Cómo no vamos a entender que Jesús, guiado siempre por su amor a todos nosotros, se acerque a los pecadores, para convencerles de que vuelvan a la amistad con él y disfruten de todos lo que nos regala. Jesús, que nos ama a todos, también a los pecadores, busca que no sigan por el camino que han emprendido, un camino equivocado que no les llevará a la alegría de vivir, la que nos proporciona Jesús. Siempre buscará a la oveja perdida, a la que se ha perdido por lugares oscuros y tristes.

Para que hoy no nos quedemos en enfadarnos y criticar a los “fariseos y letrados”, tenemos que preguntarnos si vivimos la actitud de Jesús acogiendo a los pecadores, a los que no piensan igual que nosotros, a los distintos, a todos nuestros hermanos, o damos también nosotros la espalda a Jesús.