martes, 22 de diciembre de 2020

Evangelio diario: 22-12-2020

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,46-56

En aquel tiempo, María dijo:

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes en mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
como lo había prometido
a nuestros padres
en favor de Abrahán y
su descendencia por siempre.

María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.



Comentario

El Magníficat es un compendio de virtudes. María canta su salvación por Dios. María canta la salvación de Dios a los pobres, a los humildes, a los hambrientos. Es el canto de todo el pueblo de Dios, heredero de las promesas hechas a Abraham.

El planeta en que vivimos está lleno de incongruencias; mientras hay zonas en que la gente se muere de hambre en otras se tira la comida; los humildes pasan inadvertidos; muchas personas huyen de sus países para buscar una vida mejor y se quedan por el camino sin conseguir su sueño; todo son prisas y las cosas son para el momento; sin reloj ni sin móvil hay quién no puede vivir. Viendo este caos el ejemplo de María nos debe hacer poner los pies en el suelo y comprender que muchas cosas son innecesarias y lo más importante es el amor, a Dios y al prójimo.

En el léxico actual hay una palabra que está muy de moda “Solidaridad” que va unida íntegramente al Amor. En la encíclica “Fratelli Tutti” el Papa Francisco nos habla del amor y de la solidaridad:

(94). “El amor implica algo más que una serie de acciones benéficas. Las acciones brotan de una unión que inclina más y más hacia el otro considerándolo valioso, digno, grato y bello, más allá de las apariencias físicas o morales. El amor al otro por ser quien es, nos mueve a buscar lo mejor para su vida.”

(115) “La solidaridad se expresa concretamente en el servicio, que puede asumir formas muy diversas de hacerse cargo de los demás”

(116) “Solidaridad es una palabra que no cae bien siempre, yo diría que algunas veces la hemos transformado en una mala palabra, no se puede decir; pero es una palabra que expresa mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos”.

María era solidaria, siempre atenta a las necesidades de los demás y dispuesta a ayudar al prójimo. La Bienaventurada y Mediadora de todas las Gracias no tuvo prisa ante la necesidad, era consciente que su prima la necesitaba, se puso en camino, no tenía miedo a las dificultades que pudiera encontrar, y se quedó con Isabel para cuidarla y socorrerla en lo que precisase. “María se quedó con Isabel unos tres meses” y después volvió a su casa.