sábado, 12 de septiembre de 2020

Dulce Nombre de María (II)

Hoy celebramos la festividad del Dulce Nombre de María. Desde hace siglos, la Iglesia ha querido hacer énfasis en el nombre de la Virgen, nombre por el cual la invocamos a diario y aquél que el Ángel mencionó cuando le anunció su vocación.

La Madre de Dios fue elegida desde antes de nacer por el Señor para traernos la Salvación. Esta predilección, hizo que Dios quisiera que la Primera Portadora de Cristo tuviera una Concepción Inmaculada, sin pecado original, dentro de una familia santa, y también, que fuera llamada por el más dulce de los nombres.

España siempre ha celebrado a María como Madre. Este sentimiento, profundamente arraigado en el pueblo español, nos ha dejado ricas tradiciones que se plasman en sus fiestas patronales a lo largo de toda nuestra geografía. A modo de muestra os dejamos un par de referencias a esta devoción.  

Virgen de Lluc (Mallorca)

Patrona de Mallorca desde el año 1884 y su advocación, recibida del nombre de un joven esclavo cuya visión provocó la fundación del santuario en honor a la imagen, significa "lugar sagrado del bosque".

Se trata de una imagen labrada en piedra arenisca y policromada en tonos oscuros, de unos 65 cm de altura, que no se corresponde con la primigenia que dió lugar a la devoción en el siglo XIII, de supuesto origen paleocristiano, pues la pieza que nos ocupa pertenece a la estatuaria producida en nuestro país durante la segunda mitad del XIV.

Presenta la silueta curvada hacia la derecha, habitual en los iconos marianos del momento, por el peso del Niño que porta sobre su brazo izquierdo. También muy típica es la vestimenta, compuesta por manto caído sobre ambos hombros y amplia túnica ceñida al talle. El pequeño Jesús porta un libro sagrado entre ambas manos, mientras que la Madonna, con la ondulada cabellera al descubierto, ofrece al espectador una peculiar y cautivadora mirada que raya el esoterismo; no en vano, las devociones auspiciadas por los templarios en Europa, como es el que caso que nos ocupa, se caracterizaban por su tonalidad negra e insondable semblante.


Santa María del Alcor (El Viso del Alcor - Sevilla)

Es conocida como la reina de los alcores ya que antiguamente era patrona tanto del Viso del Alcor como del pueblo vecino, Mairena del Alcor y se empezó a conocer a la imagen con el título de reina de los alcores pues de los cuatro pueblos que lo conforman era patrona de dos.

Para encontrar los orígenes de la devoción de El Viso hacia la Santísima Virgen bajo la advocación de Santa María del Alcor hay que remontarse hasta el siglo XIII, fecha de la reconquista de este pueblo por el rey santo Fernando III.

Como consecuencia de la conquista de ciudades y reinos musulmanes comienzan a proliferar en las zonas, distintas instituciones cristianas de carácter religioso, entre los cuales nos interesa destacar los franciscanos.

En 1270 ya hay constancia de la existencia de una fundación franciscana ubicada en el eremitorio de Santa María del Alcor. Dicho eremitorio se hallaba en el lugar donde hoy se encuentra la Parroquia de Santa María del Alcor en El Viso del Alcor, de manera que conocemos que por éstas fechas ya se veneraba a la Virgen en la advocación del Alcor en este lugar.

La explicación más lógica a la advocación de Santa María del Alcor es la de la toponimia del lugar. A la denominación de El Viso (Visu o Visus en época romana) se añadió en tiempo árabe "Alcor" como referencia al lugar en el que la localidad se encuentra situada.

En el siglo XIII, tras la reconquista cristiana por parte del rey santo Fernando III, comienzan a surgir diferentes advocaciones de la Virgen María en las tierras reconquistadas, especialmente en Sevilla. En ese contexto aparece la devoción a la Santísima Virgen en su advocación del Alcor, en clara referencia a la toponimia del lugar en el que surgió, y no sólo en lo que hoy conocemos como El Viso, sino también en las demás poblaciones de Los Alcores como Mairena del Alcor (donde la parroquia mayor llevó el título de "Santa María del Alcor" hasta tiempo reciente) o Carmona.

Esta es la explicación más plausible que podemos dar a la advocación, que no sigue los cánones de otras devociones sevillanas que hacen referencia a acontecimientos de tipo histórico -como el "Váleme, Señora" del rey San Fernando antes de conquistar Sevilla que dio lugar a la advocación de la virgen de Valme- o bien otras advocaciones que surgen asociadas a apariciones de la Virgen, como en Constantina con la Virgen del Robledo o Cazalla de la Sierra con la Virgen del Monte, e incluso con la Virgen del Rocío. Todo ello, además, de la enorme devoción que suscita la sagrada imagen, explica que se la conozca como la ‘Reina de Los Alcores’.